by Ehtamam Ul Haque
La
historia de Bastar es una historia de luchas. Bastar opuso una dura resistencia
a las fuerzas que querían explotar la tierra, la vida, los recursos naturales y
la dignidad de los bastariyas. La rebelión de Bhumkal en 1910 fue una de esas
rebeliones que sacudió al imperio británico. Dirigida por el líder adivasi
Gunda Dhur, la gente se resistió a la explotación de los bosques y los recursos
naturales por parte de los colonizadores. Desde entonces y hasta hoy, los
habitantes de Bastar luchan con firmeza contra la militarización de su tierra
por parte del gobierno quien sirve a los intereses de las grandes empresas de
dentro y fuera de la India y que están esperando para explotar los vastos
recursos naturales que encuentran disponibles.
Poonem
Somli, una mujer adivasi embarazada de Silger, una pequeña aldea situada en los
profundos bosques de Dandakaranya, en la frontera de los distritos de Bijapur y
Sukma, en Chhattisgarh, pensaba que su bebé no debería sufrir lo mismo que ella
durante años. Pensó que su bebé debía crecer en la misma tierra que ella. Somli
fue una de los miles de adivasis de Bastar que se levantaron contra la
adquisición ilegal de tierras para instalar campamentos policiales con el fin
de hacer realidad el ambicioso proyecto del gobierno de erradicar la amenaza
del "Extremismo de Izquierda" y traer el "desarrollo".
Asimismo,
Uika Pandu, un adolescente, probablemente de entre 14 y 17 años, se unió a las
protestas contra la instalación del campamento policial en Silger. Al igual que
Somli, Pandu tampoco quería abandonar su tierra. No quería convertirse en un
extranjero en su tierra natal. El 17 de mayo de 2021, la Fuerza Policial de
Reserva Central (CRPF) abrió fuego contra la gente que marchaba en protesta hacia
el campamento recién establecido en Silger, matando a tres adivasis: Kowasi
Waga, Kursam Bhima y Uika Pandu. En la estampida posterior, Poonem Somli, la
adivasi embarazada, resultó gravemente herida y falleció al día siguiente.
El
13 de mayo de 2021, la CRPF instaló un campamento en Silger durante la noche.
De acuerdo con la PESA, la consulta y la aprobación del Gram Sabha (concejo
local) es obligatoria para cualquier actividad de este tipo en el pueblo.
Dejando de lado la consulta, los habitantes de Silger ni siquiera fueron
informados sobre la instalación del campamento. La oposición de los habitantes
de Bastar a los campamentos policiales y paramilitares no es un fenómeno nuevo.
La gente llevó a cabo protestas masivas contra la militarización. En nombre de
las operaciones antimaoístas, los pueblos son asaltados diariamente. Las
fuerzas paramilitares recurren a falsos encuentros contra adivasis tachándolos
de "maoístas". Incendios provocados, violaciones, torturas,
detenciones ilegales, arrestos bajo leyes draconianas como la UA(P)A, la NSA y
la Ley de Seguridad Pública. Cualquier disidencia contra esta brutal represión
es silenciada en nombre de la "Seguridad Nacional". Organizaciones
como Salwa Judum, Agni, Tanta Mukti y otras bandas criminales tuvieron vía
libre para saquear, violar y quemar a mujeres, niños y pueblos. El recuerdo de
la Operación Cacería Verde aún no se ha borrado de la conciencia de las masas
que luchan en el centro de la India.
Volviendo
a Silger, la sentada de protesta continúa desde hace ocho meses. Las duras
condiciones meteorológicas durante el monzón, la severa represión estatal y las
detenciones no pudieron frenar las decididas masas que se organizaron. Miles de
adivasis marcharon el 1 de noviembre de 2021 para celebrar el 23º día de la
fundación de Chhattisgarh. Moolnivasi Bachao Manch, la organización popular que
lidera las protestas en Silger, exigió la retirada inmediata de los campamentos
de Bastar. Eslóganes como "Hamari Maang Poora Karo" (Cumplid nuestras
demandas), "Nari Shakti Zindabad"(larga vida al poder de las mujeres)
resonaron en las selvas de Bastar. Rechazando el "modelo de
desarrollo" al servicio de las empresas multinacionales y sus amigos
indios que impulsan el centro y el gobierno estatal, la gente exigió servicios
básicos como agua potable, salud y educación.
Para
acabar con las masas decididas y organizadas que protestaban contra el
campamento de Silger, la policía volvió a emplear su vieja táctica de declarar
cualquier resistencia popular como "complot maoísta". Cincuenta y
cinco adivasis que regresaban a sus hogares en bicicleta fueron interceptados
conjuntamente por la fuerza de comando de élite del CRPF: el batallón COBRA
(Batallón de Comandos para la Acción Resolutiva) y la policía del distrito de
Sukma. Ocho de ellos fueron acusados y enviados a la cárcel en virtud de la Ley
de Armas y Municiones, mientras que los demás fueron liberados posteriormente.
El superintendente de policía del distrito de Sukma declaró a los detenidos
como "maoístas".
Miles
de adivasis languidecen en las cárceles sin ser juzgados en todo el país. Según
los datos publicados por la Oficina Nacional de Registros de Crímenes (NCRB),
de cada diez presos en India siete están a la espera de juicio. Y por cada tres
presos uno es dalit o adivasi. Estas estadísticas se basan en casos denunciados,
pero cientos son detenidos ilegalmente cada día y decenas de ellos son
asesinados en "encuentros".
Militarización: ¿por qué y para quién?
El
Gobierno Central dirigido por el Brahmanical Hindutva Fascista RSS-BJP anunció
su nueva política en 2017 llamada "Operación Samadhan-Prahar" para
contrarrestar la amenaza del "Extremismo de Izquierda". No cabe duda
de que esta política es una continuación de la "Operación Cacería
Verde" que dio absoluta impunidad a la policía y a las fuerzas paramilitares
para exterminar a los adivasis en nombre de las operaciones antimaoístas. Se
está llevando a cabo una militarización a gran escala en el centro y el este de
la India en el marco de esta nueva política agresiva que quiere erradicar por
completo a los maoístas y al Partido Maoísta.
El gasto en
defensa en la India está aumentando de forma exponencial. En el actual año
financiero 2021-22 (en India el ano financiero finaliza el 31 de marzo), el
gobierno ha asignado un presupuesto de la friolera de 4.78.196 millones de
rupias (unos 40 billones de euros), lo que supone el 13,73% del gasto total del
gobierno central. Los acuerdos bilaterales entre Estados Unidos e India y los
acuerdos comerciales sobre armamento avanzado, incluidos los drones, son un
testimonio del hecho de que el ritmo de la militarización está aumentando. En
Cachemira, India Central, Nagaland, Manipur y Assam es donde se ha asignado la
mayor parte del presupuesto. Esto se corresponde con el hecho de que es únicamente
para contrarrestar los diversos tipos de movimientos populares que hacen
estragos (contra el gobierno central) allí.
La India
central y oriental es una de las regiones más ricas en minerales de la India.
Abundan el carbón, el hierro, la bauxita, el cristal, la piedra caliza, el
cuarzo y el uranio. Esta abundancia de recursos naturales se ha convertido en
una trampa para los habitantes de la zona, ya que las empresas multinacionales,
ávidas de beneficios, están esperando para explotarlos en su totalidad. La
tierra es el principal requisito para que se inicien las operaciones mineras.
Durante muchos años, tanto el gobierno central como los estatales, en estrecha
colaboración con estas grandes empresas, están tratando de impulsar su programa
de desarrollo neoliberal. Pero de nuevo surge la pregunta. ¿Desarrollo para
quién? ¿Cómo se puede llamar "desarrollo" al hecho de desplazar a los
habitantes de su propia tierra?
En el marco
de la nueva política de la "Operación Samadhan" para contrarrestar el
“extremismo radical de izquierda” (LWE), el gobierno central decidió establecer
múltiples campamentos policiales denominados "Bases Operativas Avanzadas"
bajo el mando de la CRPF. Para el año 2022, el centro ha planeado construir 22
de estos campamentos en los "estados afectados por los naxalitas".
Estos estados son Andhra Pradesh, Bihar, Chhattisgarh, Jharkhand, Madhya
Pradesh, Maharashtra, Odisha, Uttar Pradesh y Telangana. Ya se han establecido
31 de estos campamentos en diversas partes del país. Sólo en 2020 se crearon
dieciocho de estos campamentos. La mayoría de ellos están establecidos en
Chhattisgarh, Jharkhand y Odisha, que forman el cinturón rico en minerales de
nuestro país. Los movimientos populares contra las actividades mineras aquí no
son un secreto. Eso que os quede muy claro. Para frenar el levantamiento
combativo de las grandes masas explotadas y oprimidas contra los poderes
corporativos y sus lacayos, el gobierno central junto con los diversos
gobiernos estatales decidió contrarrestar militarmente los movimientos
populares y entregar la tierra a las grandes corporaciones. Esto revela la
naturaleza servil de las clases dominantes indias. Por un lado, el primer
ministro de este país habla de hacer que la India sea
"autosuficiente", mientras que por otro lado mantiene las puertas
abiertas para que el capital imperial penetre y saquee los recursos naturales
usando mano de obra barata.
No es tan
sorprendente saber que el Gobierno indio está tratando desesperadamente de
bombardear a su propio pueblo con el fin de allanar el camino a las fuerzas
imperialistas para saquear los recursos. El 19 de abril de 2021, cuando Bastar
dormía, se lanzaron bombas sobre aldeas adivasi entre los pueblos de Botalanka
y Palagudem del distrito de Bijapur. Al menos 12 bombas fueron lanzadas con
drones. Kamal Shukla, un veterano periodista que era miembro del comité de paz
constituido por el Gobierno de Chhattisgarh para lograr una tregua entre el
Gobierno y los maoístas, dimitió condenando los ataques con drones. Silger no
está muy lejos del lugar de los A unos 250 kilómetros de Silger se encuentra
Surjagarh, (Etapalli Taluk) en el distrito de Gadchiroli en Maharashtra.
Surjagarh es el centro de las protestas contra la extracción de mineral de
hierro. El 25 de octubre de 2021, miles de adivasis se dirigieron a Etapalli
para protestar contra los contratos de explotación minera concedidos a Lloyds
Metals and Energy Limited (LMEL) en Surjagarh. La caza de brujas que siguió dio
lugar a la detención de varios líderes de los movimientos, incluidos los
miembros del Zilla Parishad (Consejo del Distrito) que formaban parte de ellos.
No sólo en
Surjagarh, los movimientos populares contra el saqueo imperialista de los
recursos están surgiendo en varias partes del país, como en la región de Hasdeo
Arand, donde se concedieron autorizaciones forestales para iniciar las
operaciones de extracción de carbón en el Bloque de Carbón Parsa - II. El
bloque de carbón de Parsa ha sido asignado a la Rajasthan Rajya Vidyut Utpadan
Nigam Limited (RRVUNL) y la explotación minera será realizada por el grupo
Adani. Este proyecto desplazará completamente a dos pueblos, parcialmente a
tres y también provocará la tala de unos cien mil árboles en una superficie de
aproximadamente 841 hectáreas en el cinturón ecológicamente sensible de los
bosques del norte de Chhattisgarh.
Son los
adivasis, los dalits y otros sectores explotados y oprimidos de nuestra
sociedad los que siempre se llevan la peor parte del "desarrollo". La
idea del desarrollo neoliberal no significa más que desplazamiento, destrucción
y miseria. La santa alianza entre el gobierno y los conglomerados mineros debe
ser reconocida y combatida.
Hay varios
casos en los que los movimientos populares fueron reprimidos con la fuerza
bruta. Pero la represión genera resistencia y esa es la lógica que rige el
desarrollo histórico. Estos movimientos populares que unen a los sectores
explotados y oprimidos de nuestra sociedad no se han extinguido, sino que han
empezado a resurgir en varias partes del país como un incendio forestal.
El fascismo
brahmánico Hindutva está al servicio del imperialismo. La militarización, los
ataques a los movimientos populares democráticos, a las mujeres, a los diversos
sectores oprimidos como los dalits, los adivasis, los musulmanes, los
cristianos, los sikhs y otras comunidades minoritarias, a los pueblos de las
nacionalidades oprimidas como Cachemira, Nagaland, Manipur y otros, forman
parte de la agenda del RSS para convertir a la India en un Rashtra hindú. Sólo
una amplia unidad de todos los sectores explotados y oprimidos de nuestra
sociedad puede derrotar este ataque concertado contra el pueblo y el movimiento
popular democrático.