viernes, 4 de julio de 2014

La demonización del parado. Un articulo de Sergio Colado



La demonización del parado
Sergio Colado es redactor de ELPLURAL.COM


Las declaraciones de Juan Rosell asegurando que un millón de “amas y amos de casa” se apuntaron al paro para cobrar subsidios están lejos de ser una metedura de pata puntual. Sus palabras redundan en un fenómeno ascendente en los últimos tiempos, el de la demonización del parado, al que se presenta como vago, indolente o cazador de “subsidios”.
Al ser propaganda, Rosell fue poco preciso conscientemente para sembrar dudas generalizadas. No habla de prestaciones, no hay que olvidar que a todos los trabajadores se les resta un 1,6% de sus nóminas cada mes para financiar el sistema de coberturas, sino de subsidios inconcretos, porque a nadie le pagan por apuntarse al SEPE (y si se refería al RAI dirigido a colectivos especialmente vulnerables como parados de larga duración, uno de los requisitos es haber agotado antes una prestación contributiva). Pero lamentablemente con el alargamiento de la crisis y la falta de trabajo, la tendencia es que disminuyen las prestaciones y aumentan los subsidios, que se financian vía Presupuestos.
Los ejemplos sobre la estigmatización del parado son numerosos en los últimos tiempos y forman parte de un fenómeno más amplio y obviamente no limitado a nuestro país. El británico Owen Jones documentó en Chavs, la demonización de la clase trabajadora, cómo en el Reino Unido la lucha de clases pasa por la ridiculización sistemática de los trabajadores más precarios desde los poderes económicos, con el objetivo de legitimar el ‘statu quo’ de los arriba sobre los de abajo y enfrentar a los pobres entre sí. En España la guerra propagandística actual contra el parado, cuando hay una tasa de desempleo del 25%, incluye desde luego una vertiente de justificación en la línea del ‘algo habrá hecho’ para verse así o las cifras no son fiables porque ‘seguro que trabajan en negro por gusto’. Pero tiene otro aspecto clave: es una ofensiva, no se trata de mantener porque estamos inmersos en plena contrarreforma para engrosar la bolsa ingente de precariado listo para usar y tirar.
No hay que perder de vista que las declaraciones de Rosell se produjeron en FAES, la fundación de agit-prop del PP, donde se acababa de presentar una propuesta para potenciar –todavía más- las agencias de trabajo temporal, suprimir el salario mínimo –y que al estilo germano de los mini-jobs el Estado financie una parte para alcanzar una cantidad asumible por el trabajador- y limitar las prestaciones por desempleo -que ya han sido recortadas- para que dejen de ser “un derecho” a parecerse más a “un seguro de contingencia”. En cualquier caso experimentos en ese sentido ya han sido puestos en marcha.
Conviene tomar nueva nota del supuesto desbarre de Rosell como complemento indispensable a las propuestas ‘serias’ de los políticos que le acompañaban porque las directrices de FAES no son meras conjeturas. La fundación, con Luis De Guindos a la cabeza, ya marcó en noviembre de 2011 nada más ganar el PP las elecciones el camino de la devaluación interna -las bajadas de sueldos- que siguió posteriormente el Gobierno punto por punto con su reforma laboral y que, en términos de objetivos, para ellos ha sido un logro porque los salarios han bajado, aunque pretenden ahondar en ese camino con una nueva vuelta de tuerca. Resulta extraordinariamente ilustrativo que el Gobierno decidiera premiar con la medalla del Mérito al Trabajo al economista de FAES que -empujado por la troika eso sí- apostó por la devaluación interna en nombre de la “competitividad” y al mismo tiempo al actor Arturo Fernández que se burlaba en televisión de los sindicalistas que protestaban contra la reforma laboral.
Precarización o estigmatización, esas son las salidas a la crisis que con tanto empeño y éxito está implantando el poder político-empresarial. La propaganda resulta fundamental en cualquier conflicto, ya sea para amedrantar a los tibios o más vulnerables, reconfortar a los propios o convencer a los despistados. Pero esto no es un llamamiento a las oficinas de reclutamiento con el mensaje ‘tu país te necesita y baratito’. El ejército precario continuará creciendo sí o sí con las levas de parados sin alternativas y ahora gracias al desliz de Rosell sabemos que el que se quede en casa, “ama o amo de casa” por convicción o por obligación, será sospechoso de desafección o de fraude.

Blog Disidentes 6.0

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