Miguel
Alonso
En el Estado
español o Reino de España, se han celebrado elecciones a las Cortes (parlamento)
con una amplia participación. Reduciéndose la abstención en más de 6 puntos.
La victoria,
por mayoría, ha sido para los socialdemócratas del PSOE, ese viejo y eficaz
sirviente de la burguesía del E.E.
La ficción democrática
aun pervive entre las masas, incluso entre aquellas que quieren una sociedad
diferente. Son años de hegemonía ideológica de la burguesía y del revisionismo
para que desaparezca por un llamado al boicot.
Los llamados
al boicot hechos por diversos partidos u organizaciones, entre ellos los
maoístas, han sido desoídos por las masas. Esto es así, nos guste o no. Poder
transformarlo es partir de los hechos objetivos, sino caeremos en el idealismo
de Berkeley (1) y abandonaremos el marxismo-leninismo-maoísmo.
Dos fuerzas
han llamado, fundamentalmente, al boicot, los diversos núcleos anarquistas y
los comunistas revolucionarios, incluidos los maoístas, ahora bien no por ello
forman unidad.
Los
anarquistas, que consideran el boicot como un principio de su actuación
política, realizaron la campaña por su lado y los comunistas por el nuestro.
Los
comunistas no consideramos el boicot electoral como una cuestión de principios,
depende de la correlación de fuerzas del proletariado y de la burguesía, “del
análisis concreto de la situación concreta” como señalara el gran Lenin.
Es cierto
que en nuestras filas el “electoralismo” ha sido y es, bandera de los
revisionistas o de líneas derechistas pero es en la línea, en la lucha de lineas, donde hay que buscar
las causas de esa desviación y no solo en el ámbito de los procesos electorales
burgueses.
El Partido
debe trabajar en función de la guerra popular, mas también, codo a codo con
las masas, aprovechando los espacios que le permitan llegar a las mismas, con
su propaganda, creando “opinión pública”. No son más revolucionarios los
panfletos clandestinos sino los que llegan a un amplio sector de las masas. Es un medio,
el mensaje lo fija siempre la línea del Partido.
Las
elecciones para la burguesía son un instrumento eficaz para su hegemonía, para el
equilibrio entre las diversas fracciones de la burguesía, pero también contiene
su contrario, en la medida que tiene que permitir la propaganda partidaria, la “libertad
de expresión”, esto es así, otra cosa es, que ese espacio lo ocupen los
revisionistas y oportunistas, con sus mensajes desmovilizadores y su negra línea,
que ha hecho de las elecciones burguesas, su única forma de actuación.
La III Interrnacional, de la cual celebramos este año su centenario, fue clara en la función propagandistica que que podían tener las elecciones burguesas para el Partido, que rechaza el parlamentarismo como forma ajena a la revolución del proletariado, siendo su objetivo destruirlo, con el resto del aparato de poder burgués. Por lo que solo puede ser usado como campo de lucha permanente de lucha ideológica y para descrédito del mismo.
Los
comunistas trabajamos para hacer la revolución, para preparar el derrocamiento
del poder burgués, para eso tenemos los Tres Instrumentos, mas también es
nuestro deber llevar las ideas revolucionarias a las masas, pues son ellas
las autenticas protagonistas.
Sin un
pensamiento revolucionario anidado en las masas, nada podremos con llamados
abstractos a la revolución y a boicot. Eso camaradas, es aventurerismo "izquierdista" de
postureo.
Notas:
(1) J. Berkeley, obispo ingles del siglo XVIII, fue un importante filosofo idealista que formuló la tesis que el mundo, la materia, no existe mas haya de nuestros sentidos y nuestro espiritu, en su conocida obra Diálogos entre Hylas y Philonus. Lenin se tomo muy en serio estos delirios idealistas criticándolos en su magistral obra Materialismo y Empirocriticismo.
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