El presente texto es parte del informe del Comité Central del Partido Comunista Revolucionario de Argentina denominado Informe sobre la situación internacional y nacional.
¿Quién pagará la crisis?
El gran tema planteado para las masas populares es ¿quién pagará la crisis? ¿La pagarán los trabajadores y el pueblo, o la pagarán los terratenientes y monopolios, principalmente los monopolios extranjeros? ¿Se seguirá pagando la deuda externa ilegal, tramposa y usuraria, incluso la que contrajo la dictadura, o se usará ese dinero para resolver las necesidades más urgentes de las masas populares be neficiando a los millones de pobres del campo y la ciudad? Esto lo decidirá la movilización popular. Pero tenemos que tener claro que para que el pueblo no pague la crisis es necesario derrotar la política de este gobierno, y que, si bien la lucha puede aminorar los efectos de la crisis y acumular fuerzas para la revolución, si no se destruye revolucionariamente el poder de la oligarquía y el imperialismo y se construye otro, hegemonizado por la clase obrera, en definitiva, la crisis la terminará pagando el pueblo. Como pagó la crisis de 1930 y la del 2001-2002. Esta última, la pagó, principalmente, con una gigantesca devaluación de los salarios de los trabajadores.Los obreros del automotor de Córdoba y los de General Motors de Rosario (lucha que contó con una gran solidaridad nacional), los de Paraná Metal de Villa Constitución, los del papel de Massuh en Quilmes, los de la construcción y la UOM de Siderar en San Nicolás, los del pescado en Mar del Plata, los rurales, los de la fruta y los portuarios en el Alto Valle y en San Antonio Este, en Río Negro, los rurales de San Juan y Tucumán, los de la carne en varios frigoríficos; los de la construcción de Santa Cruz, son miles de obreros, ignorados generalmente por los medios de comunicación, que han ganado la calle, cortado rutas y ocupado empresas, movilizándose en defensa de la fuente de trabajo o por aumentos salariales, como los obreros de la fruta de Río Negro. En el norte de Salta, en 2008, hubo más de 200 cortes de ruta. Ha habido días, como en la última semana, en que se han realizado 11 cortes de ruta, de petroleros, originarios, obreros de la construcción, desocupados, bagayeros, etc. Con 46 grados de calor. Simultáneamente se acuarteló la policía exigiendo aumento de salarios.
La experiencia más avanzada ha sido la de los obreros de Paraná Metal, quienes junto a otros obreros en lucha y a chacareros de la Federación Agraria, obreros y productores agropecuarios y a las Mujeres en Lucha, cortaron la ruta 9 superando, desde abajo, a la dirección de Piccinini, vacilante frente al gobierno y la patronal. Las luchas mencionadas han mostrado la complejidad del debate de masas en torno a la crisis y a cómo enfrentarla. En algunas se vacila en enfrentar al gobierno porque éste ofreció algún subsidio o sectores de la masa vacilan frente al peligro de los despidos y se acuerdan compromisos que afectan a transitorios y contratados. El debate sobre la crisis en la empresa Bosch es un ejemplo de esto. Primero costaba entender la magnitud que tendría la crisis en el país y cuándo se lo entiende surge la duda sobre si las fuerzas del movimiento obrero alcanzarán para enfrentarla y hacérsela pagar a los monopolios. Hay que entender que los ofrecimientos patronales de despidos de los trabajadores de agencia, vacaciones anticipadas, suspensiones parciales, rebajas de sueldo a cambio de estabilidad como aceptó Piccinini en Villa Constitución o los obreros de Sulfacid, son paquetes atados de las patronales para ganar tiempo e imponer sus condiciones. Patronales como la del automotor, que en los últimos años, batieron todos los records de producción y tuvieron ganancias enormes y en el mejor de los casos sólo dieron migajas a sus trabajadores y ahora, ante las primeras dificultades, descargan sin asco las consecuencias de la crisis en ellos. Hay que exigir rebaja de las horas de trabajo manteniendo los sueldos. Con las asambleas y movilizaciones de Gualeguaychú, Santa Rosa y Gral. Pico, Arroyo Seco, Cnel. Vidal y Villa Constitución, de autoconvocados, sociados a la Federación Agraria y otras organizaciones y la realización, el 20 de diciembre, por Asoma, de la movilización con corte de ruta, acordada el Primer Encuentro de Campesinos Pobres, se ha reiniciado la lucha agraria. Las asambleas de productores son muy combativas. A la gran masa le preocupa asegurar la unidad más amplia para la lucha y le disgusta la interferencia del tema electoral en las asambleas. Viene otra oleada de luchas en el campo, los campesinos semiproletarios, los pobres y los medios, la mayoría de los contratistas y una capa muy grande de los ricos y la burguesía agraria, está afectada por el aumento de los costos, la caída de los precios internacionales y la sequía. La situación de los obreros rurales se agravó tremendamente en estos meses. Hay buenas condiciones para fortalecer el movimiento de desocupados y jubilados de la CCC. El prestigio de ésta ha crecido y ha crecido su experiencia organizativa para afrontar exitosamente esta tarea. Hay desesperación en grandes masas porque no hay trabajo en la construcción, ni en el cartoneo y no hay oferta de trabajos municipales. El gobierno está muy debilitado. El repudio a su política en grandes regiones del país, en especial en el interior pero también en grandes ciudades, esenorme. El descontento con su política, según encuestas que maneja el propio gobierno, en la provincia de Buenos Aires, llega al 80%. Simultáneamente el bloque de las clases dominantes se ha resquebrajado. La política oficial de aprovechar la crisis para apoderarse de empresas para sus testaferros y amigos, como pasó en Paraná Metal "comprada" por Cristóbal López, suscita enfrentamientos con otros sectores del bloque dominante. Los ejemplos más claros han sido las contradicciones con el grupo Techint y con el holding Clarín. Varios gobiernos provinciales oscilan en su adhesión al kirchnerismo.Es muy importante que tomemos, a fondo, la defensa del federalismo. Este es un gobierno profundamente unitario y su política en este tema golpea a grandes sectores populares, incluidos sectores grandes de la burguesía nacional. Hay un profundo rencor por una política que se lleva de provincias como Santa Fe cerca de 1.800 millones de dólares con las retenciones y concede, como "ayuda" contra la sequía, 60 millones de pesos. O que promete desparramar millones de pesos en el conurbano para ganar las elecciones y es incapaz de enviar una pequeña ayuda a productores que sufren el desastre de la sequía más impresionante en décadas. Impulsadas por nuestro Partido y las organizaciones de masa clasistas y combativas se están construyendo multisectoriales y organizaciones de coordinación en distintos lugares del país. Tenemos que unir y coordinar la lucha de los obreros, ocupados, desocupados y jubilados, con la de los sectores agrarios y otros sectores populares, incluso con sectores de la burguesía de las pyme e industrias regionales y crear las condiciones para un paro nacional activo obrero, campesino y popular. Las concentraciones de Villa Constitución y Gral. Vidal y la movilización unitaria impulsada por nuestro Par tido el 29 de enero es demostrativa de que esta tarea es posible. El gran contingente de los empleados estatales ya ha protagonizado luchas muy importantes, de repercusión nacional, como la de la provincia de La Pampa y la del INDEC, pero, con seguridad, se incorporará al combate masivamente en todo el país, porque el gobierno nacional y los gobiernos provinciales y municipales tratan de congelar sus salarios y conceder, como máximo, aumentos del 13 y el 15% en el 2009, al tiempo que planifican despidos. Por todos los medios el gobierno, apoyándose en dirigentes sindicales amigos, trata de evitar que los docentes -como ya han decidido en varias provincias- no inicien las clases en marzo. El movimiento de mujeres está jugando y tiene un gran papel que jugar en todas estas luchas. Adquieren particular importancia las movilizaciones contra el tarifazo brutal que acaba de descargar el gobierno con las tarifas de luz y de gas y los petitorios exigiendo la supresión del IVA a los productos de primera necesidad, petitorios que han tenido una gran recepción en las localidades donde circulan. Distintas fuerzas opositoras se esfuerzan para que esas multisectoriales sean instrumentos de acumulación de fuerzas para las elecciones de octubre y no para la lucha actual contra la política gubernamental frente a la crisis. En un momento en el que enormes sectores populares, millones de hombres y mujeres, millones de niños, sufren hambre y miseria extrema, como producto de la crisis económica y de la política del gobierno, y millones de trabajadores están amenazados por la desocupación, es criminal poner como objetivo central la preparación para las elecciones del mes de octubre en vez de empujar la coordinación para la lucha ahora e impedir que la contienda electoral nos divida. Simultáneamente debemos difundir la propuesta de "10 medidas" de nuestro Partido para enfrentar la crisis. Hemos resuelto realizar una difusión de masas de esa propuesta, mediante volantes, carteles, medios de publicidad, etc.
El papel y las tareas del Partido
La suerte del combate popular dependerá en gran medida de que el Partido encabece la lucha contra la crisis y se logre cambiar a favor de las fuerzas clasistas y combativas la correlación de fuerzas en las grandes empresas y las grandes concentraciones de obreros rurales y centros estratégicos al igual que en el campesinado pobre y medio y se fortalezca, en las nuevas condiciones creadas por la crisis, el movimiento clasista y combativo de los desocupados y jubilados.
Hemos dado pasos en el último período en lo que llamamos el viraje del Partido hacia el movimiento obrero ocupado, pero se comprueba que el mismo, además de un profundo debate ideológico y político, como planteó la Conferencia del 18 y 19 de noviembre de 2006, exige grandes cambios orgánicos.
La estructura actual no nos facilita asimilar a los nuevos afiliados y crecer en las células en general y en las de empresa, en particular. Perdemos muchos afiliados valiosos por nuestra incapacidad para asimilarlos y elevar su nivel político e ideológico. El funcionamiento celular es, salvo excepciones, deficitario. Muchas células carecen de objetivos de lucha e iniciativas.
En muchos lugares el Partido se ha diluido en el movimiento de masas. No hemos sabido, en general, combinar una política audaz en nuestro trabajo sindical y de masas, con el fortalecimiento de la organización revolucionaria del Partido, capaz de operar en las más difíciles condiciones y poder jugar su rol de vanguardia en la lucha por el poder.
En el próximo período tendremos que dedicar mucha atención a los temas de la construcción estratégica del Partido, para que esté en condiciones de enfrentar los cambios bruscos en la situación política y pueda jugar un rol de vanguardia en la revolución nacional y social por la que luchamos.
Partido Comunista Revolucionario
Comité Central - 1/2/2009
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