sábado, 21 de febrero de 2009

Bolivia: La corrupción del viejo Estado.-

El viejo Estado necesita de la corrupción para reproducirse.
"Yo pensé que la nacionalización era para el beneficio de todos los bolivianosy no para el bolsillo y la billetera de algunos capos del gobierno"Poblador de El Alto declarando a una emisora local

Bolivia, 16 de febrero de 2009 (CEP).- El escándalo de corrupción que involucra al ex hombre fuerte del MAS Santos Ramírez Valverde no para. El gobierno y la oposición apuntan a él como el autor intelectual de una megacoima, contratos irregulares, gastos dispendiosos a costa de la empresa estatal, clientelismo, nepotismo, burocracia y hasta la creación de su empresa privada para arreglar negocios con el Estado. Las conocidas y antiguas taras del viejo Estado terrateniente burocrático vuelven a hacerse públicas puesto que en tres años de gobierno de Evo Morales nunca desaparecieron.
El ex presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) Santos Ramírez está detenido en la cárcel, por un negociado de 86 millones de dólares y cientos de miles en sobornos, con un proceso penal abierto por los delitos de conducta antieconómica, contratos lesivos al Estado, uso indebido de influencias, incumplimiento de deberes, asociación delictuosa y cohecho pasivo propio (recepción de soborno o coima).El gobierno ha "contribuido en la investigación", el escándalo es inobjetable, debido a que atraviesa una coyuntura electoral. No hizo lo mismo en años pasados ni en el más reciente escándalo de los 33 camiones de contrabando autorizados por una llamada telefónica del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.El "nuevo" Estado anunciado por el gobierno de Evo Morales y los oportunistas y revisionistas que lo sostienen, tiene viejísimos lastres. Una muestra de ello es que la petrolera estatal YPFB, con y sin "neoliberales", sirvió para pagar los favores políticos a través del clientelismo y la corrupción. La emblemática YPFB, producto de la nacionalización de los hidrocarburos en los 30 y 60, se convirtió en un armatoste burocrático e ineficiente hasta que el programa "neoliberal" la redujo a su mínima expresión en los 90.
El manejo del gobierno de Evo Morales no dista de esta línea. El escándalo que involucra a Santos Ramírez mancha también a más de una docena de empleados militantes del "proceso de cambio", incluida la esposa de éste (diputada suplente del MAS) y sus cuñados (dos funcionarios en la empresa estatal).Ni siquiera la telenovela venezolana inaugurada por Ramírez, cuando anunció la demanda de divorcio contra su esposa, pudo limpiar el negociado de los 86 millones de dólares y el asesinado del empresario petrolero Jorge O'Connor (de Catler Uniservice), muerto en la casa de los cuñados de Ramírez en un sospechoso asalto cuando portaba 450 mil dólares (supuestamente parte de un soborno).
La Fiscalía ha perdido la pista de más de 3 millones de dólares desembolsados a favor de Catler-Uniservice, y se ha hablado más bien de cuentas bancarias de Santos Ramírez en Costa Rica y Alemania.Pero al margen del poder de la corrupción, otras taras del viejo Estado se destaparon:1. El clientelismo. En 2006, la venta de avales firmados por los principales dirigentes del MAS para que los portadores accedieran a un cargo en la administración pública fue un escándalo. Las denuncias no cesaron a partir de ahí en diferentes reparticiones estatales en las que hubo necesidad de acomodar a los "militantes". En YPFB, la burocracia aumentó de 500 funcionarios en 2005 a más de 1.500 solamente en la oficina central de esta empresa, es decir para tareas administrativas y no técnicas. La mayoría de los nuevos trabajadores está afiliada al partido de gobierno.
2. Derroche de recursos públicos. El discurso de austeridad y "revolución institucional" es una demagogia más del "proceso de cambio" encabezado por Evo Morales. Las investigaciones periodísticas han mostrado que Ramírez gastó más de 169 mil bolivianos (unos 28 mil dólares) en ocho viajes en avionetas privadas, según memorandos de la Gerencia Nacional Administrativa.
3. Complicidad. A medida que pasa el tiempo, el escándalo en YPFB apunta a las más altas esferas del gobierno. Santos Ramírez asegura que está amparado por 4 decretos (29506, 29564, 29661 y 29225) emitidos por el mismo Evo Morales, que le facultan a hacer contratos sin cumplir requisitos básicos para este tipo de negocios. El abogado de Ramírez, Víctor Borda, dice que los decretos le dieron "carta blanca" a su cliente.El ex ministro de Hidrocarburos y actual interventor de YPFB, Carlos Villegas, y el ministro de Hacienda, Luis Alberto Arce, (que hizo desembolsos para pagar a la irregular empresa Catler-Uniservice) aseguran que no tienen responsabilidades y se lavan las manos, a pesar de que el ex presidente de YPFB y masista Manuel Morales Olivera afirmó que un contrato como éste no podía ser desconocido por el Ministro de Hidrocarburos (Villegas). Con todo, los funcionarios de alto nivel del gobierno se han cerrado en su desconocimiento del contrato, que fue pomposamente firmado con la presencia de Evo Morales y anunciando la industrialización del gas.Un problema del sistema capitalistaSi algo caracterizó a los gobiernos anteriores fue la gran habilidad para crear circuitos de corrupción. El viejo Estado estuvo y está carcomido por este problema, no se trata sólo de personas o de individuos, sino de la reproducción del mismo sistema. Si tal o cual personaje en el poder es hoy protagonista de estos hechos es sólo la forma en que se expresa el hecho.
La característica del capitalismo burocrático es apuntalar a uno u otro sector o grupo de las clases dominantes para erigirse como los "nuevos ricos" de la sociedad, a través de estas "habilidades".El manejo prebendal de los recursos del Estado apuntan a potenciar económicamente a uno u otro grupo que brinde lealtades al gobierno de turno y así lo entiende el gobierno del MAS. Álvaro García Linera, vicepresidente de la República, en el Coloquio "Poder y Cambio en Bolivia" realizado en La Paz en noviembre del año pasado en torno al uso del Presupuesto General de la Nación, declaró:"Desde cosas tan sencillas como (…) comprar tractores. ¿A quién compro?, ¿al empresario vinculado a Podemos (Partido político de Tuto Quiroga) o al empresario vinculado al MNR (partido de Gonzalo Sánchez de Lozada)? En esa decisión administrativa se juegan 30 millones de dólares, ya no decir de las grandes carreteras o de las grandes inversiones para construir empresas o el uso de dinero que tienen que ver con la alimentación de la tropa, la confección de los uniformes o la compra de material administrativo del Estado. Mil millones solamente en pequeñas compras, enseres, ropa, bolígrafos, fotocopias, hojas, movilidades, etcétera. En esa redistribución se consolidan acuerdos que luego se los cobra al momento de levantar la mano en el Congreso, o que se sancionan al momento de preguntarles ¿dónde estuviste en septiembre de 2008?, ¿de qué lado, de aquél o de éste otro lado? Si estuviste de aquél lado, te perdiste de la compra de 50 millones de dólares".
La reproducción del capitalismo burocrático se da a través de esta "redistribución" de la que habla García Linera, pero la forma y el mecanismo es la corrupción y la prebenda. En el caso de Santos Ramírez se ha visto que los lazos con los "nuevos empresarios" están amarrados a alto nivel: los hermanos Córdova Santiváñez, uno de ellos ligado al empresario O'Connor, están acusados de ser autores intelectuales de la muerte y son a la vez allegados al hermano de Evo Morales que admitió que aportaron a la campaña electoral del MAS.El escándalo aún no termina. La "habilidad" de Santos no se queda ahí. Otra perla del ex presidente de la estatal petrolera es que éste creó una empresa privada (sociedad anónima) para venderle servicios a YPFB.
La empresa creada por Ramírez (YPFB-SIPSA) tiene como función reacondicionar garrafas del gas obligatoriamente cada 10 años y tareas de perforación petrolera. Negocio asegurado. El negocio se cierra con el Estado.

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