sábado, 7 de marzo de 2009

Chile: El imperialismo yankee, odiado enemigo.. Editorial de ND


El presente texto es el editorial del periodico comunista chileno Nueva Democracia por su claridad y correctas posiciones llamamos a a nuetros/as lectores/as a estudiarlo.



Imperialismo yanqui, odiado enemigo de los pueblosy naciones oprimidas.-


El afán de dominio mundial de la superpotencia norteamericana permite mostrarnos el aguzado carácter parasitario que ha adquirido. EEUU intenta hacer del mundo una gran cárcel en la cual pueda mantener sometido a trabajo forzado a todos los pueblos. Sueña con una inmensa masa de plusvalía que haga viable su desfalleciente sistema de explotación y acumulación. Pero estos deseos no son más que vanas ilusiones. En primer lugar porque debe competir con otros imperialismos que aspiran a convertirse en superpotencias y disputarle la supremacía mundial, generando constantes pugnas interimperialistas. Segundo, esto llevará únicamente a una mayor militarización no sólo de la sociedad norteamericana, sino que deberá imponer su dominio planetario utilizando cada vez más la violencia reaccionaria. Y lo tercero y principal, los pueblos del mundo se muestran cada vez menos dispuestos a tolerar la dominación imperialista, cada vez y con más odio rechazan la omnipresencia yanqui y se muestran decididos a luchar.
Efectivamente, EEUU deberá, para superar la recesión económica en que se debate, imponer violentamente términos de intercambio comercial que le resulten beneficiosos. Esto le permitirá momentáneamente traspasar la crisis a sus semicolonias y a la propia clase trabajadora norteamericana.
Esta crisis desembocará en un incremento del armamentismo y probablemente en una intensificación de la intervención directa de los distintos imperialismos en sus zonas de dominios o en la competencia entre ellos por ampliarlas. Las contradicciones del mundo contemporáneo lejos de quedar en el pasado se muestran más vivas que nunca.
China penetra cada vez más en África; Rusia intenta recuperar su lugar en Europa oriental además de Asia Central y refuerza su aparato burocrático-militar; Japón ansía reflotar sus fuerzas armadas y con ellas su agresiva política terrestre y marítima; Francia intenta recuperar posiciones en África y ganar terreno en América Latina; Inglaterra sueña con recuperar su posición hegemónica como una vez la tuvo y Alemania aspira a un nuevo orden internacional donde tenga más poder y así desenvolver su poderosa economía.
El mundo se tensiona, tras cada nueva colusión interimperialista surgen nuevas pugnas. No estamos diciendo nada nuevo, estas son leyes históricas formuladas por los clásicos del marxismo y que los hechos porfiadamente confirman.
La agudización de la crisis, no terminará simplemente en un ciclo más, en el cual, de paso, se confirme la recurrencia periódica de éstas, si no que llevará la situación a un más profundo colapso general del capitalismo que hará aún más difícil a la bestia imperialista salir del atolladero. Sólo logrará hacerlo sobre la base de la destrucción de grandes fuerzas productivas. Es esto lo que permitirá poner en marcha nuevamente el sistema imperialista mundial, pero el alto precio que esto implicará impactará favorablemente en la conciencia de miles de millones de seres en todo el mundo que verán en la revolución proletaria mundial el único camino para terminar definitivamente con las crisis.
La dominación imperialista a los pueblos y naciones oprimidas por él, genera combate, resistencia y violencia revolucionaria (plasmada en guerra popular o lucha armada de liberación nacional). Esto es una de los rasgos característicos de la contradicción fundamental del mundo contemporáneo Las protestas en Grecia, o la resistencia del pueblo palestino tienen como trasfondo la opresión imperialista. No es posible separar esto. Donde existe una situación de descontento tiende a manifestarse mediante la protesta violenta. Justamente por ello estas luchas despiertan, a pesar del cerco informativo, la más amplia solidaridad en todo el mundo.
No bastará entonces con una huelga legal, o exigir educación digna. Tarde o temprano, la violencia organizada de las masas inevitablemente se hará sentir. No es un problema de voluntad de algún individuo, la violencia revolucionaria es una ley histórica.
Es por ello que los comunistas, si verdaderamente pretenden serlo, no pueden rehuir esta trascendental cuestión. Los reaccionarios de todo el mundo lo saben y han venido tomando todas las medidas necesarias para prevenirse. En nuestro país han ampliado los gastos en seguridad, han aprobado una serie de leyes que restringen las libertades individuales, han desplegado una estrategia de guerra sucia contra el pueblo mapuche; se alistan para las elecciones presidenciales y parlamentarias este año imponiendo la inscripción automática y el voto voluntario. Con ello pretenden embaucar a la juventud popular y prolongar de paso la vida útil de las elecciones antes de abandonar el sistema representativo y entrar en una nueva etapa que las anule para desatar más abiertamente la represión a la clase y el pueblo.
Los principales acontecimientos ocurridos durante el 2008 justifican la existencia de un órgano para la rebelión. Con el número 24 de Nueva Democracia cerramos un año de la Campaña marxista-leninista-maoísta por un periódico mensual. Un breve balance confirma que al momento de lanzarse la Campaña la URC (MLM) necesitaba reafirmarse y consolidarse tanto ideológica como política y organizativamente. Planteamos en ese entonces, que la intensificación de la lucha de clases, el nuevo ascenso de la lucha de masas no podía pasar frente a nosotros sin que reaccionáramos enérgicamente frente a esta nueva situación. Necesitábamos poner nuestra actividad en consonancia con los cambios que se producían en la situación política nacional e internacional. El cumplimiento de la tarea ha implicado la tensión de nuestras fuerzas logrando un más alto compromiso para con la clase y el pueblo, pero además esta ha sido nuestra forma específica de aplicar el internacionalismo proletario e impulsar en Chile la gran ola de la revolución proletaria mundial.
Hacer un periódico mensual ha significado un salto en la construcción y un golpe al sistema de dominación. Pero no podemos quedarnos en ello. Se necesita que Nueva Democracia sea un verdadero organizador colectivo, que nos permite unirnos a las masas, organizarlas, movilizarlas y politizarlas. La prensa revolucionaria no puede reemplazar a las masas, pero debe contribuir a elevar su nivel de conciencia política, debe guiar las campañas de agitación y propaganda entregando en cada momento una orientación precisa al activista, al militante, al cuadro revolucionario para hacer frente a la situación política.


¡Viva un año de la campaña por un ND mensual!


¡Abajo el imperialismo yanqui!

No hay comentarios:

Publicar un comentario