sábado, 21 de julio de 2012

BRASIL: El PCB desde los antecedentes al III Congreso.



PCB: Desde los antecedentes al III Congreso




Núcleo de Estudios del Marxismo-Leninismo-Maoísmo | Traducción: Enrique F. Chiappa

La lucha por asimilar el marxismo-leninismo y la comprensión de la realidad brasileña

Ningún hecho tuvo tanta importancia para el destino de nuestro país, particularmente para las clases que componen el pueblo brasileño, como la fundación del Partido Comunista del Brasil en 25 de marzo de 1922. A propósito de esto, iniciamos, como parte de la celebración de los 90 años de la fundación del Partido Comunista del Brasil (PCB), que se completará en marzo de 2012, la publicación de una serie de artículos en los cuales buscamos retomar y analizar los hechos y acontecimientos más importantes de su historia, destacando un conjunto de cuestiones que juzgamos de suma importancia para los verdaderos demócratas y revolucionarios de los días de hoy.



Manifestação operária durante a greve de 1917, no bairro paulistano do Braz.
O protesto foi motivado pelo enterro de um grevista morto pela polícia

Hoy, cuando caminamos para el aniversario de 90 años de la fundación del partido comunista en nuestro país, retomar y comprender las vicisitudes que enfrentó el partido, fundado en 1922, es de suma importancia para todos aquellos que aspiran a una Nueva Democracia y el socialismo en nuestro país. Retomar y comprender los hechos y etapas más importantes de la lucha de líneas que recorre toda su historia desde su fundación, para separar marxismo y revisionismo, sacar lecciones para las tareas del presente y para las generaciones futuras.

Aún más cuando todo un amalgama de siglas partidarias como PCdoB, PCB, PCML, PCR, PPS, PSB, PSOL, PSTU, PCO y otros, todos revisionistas y reformistas que se encuentran, unos más y otros menos, estrechamente vinculados con el viejo estado burocrático-latifundista brasileño, intentan reescribir la historia del verdadero partido comunista para justificar su oportunismo en el presente, más que nunca se hace necesario retomar la heroica experiencia histórica del proletariado brasileño, para deslindar marxismo de revisionismo. A estos que se autodenominan comunistas o socialistas restaron sólo la triste insignia de herederos del espolio de los partidos de la II internacional oportunista de Bernstein y Kaustky o de las cómicas versiones de la IV Internacional trotskista.
Introducción

En este primer artículo buscaremos, aunque de forma sucinta, abordar la primera etapa de su historia, de su fundación al III Congreso (1928), retomando también, aunque brevemente, los factores que condicionaron su surgimiento.
Los antecedentes

El desarrollo del pensamiento social en nuestro país estuvo condicionado, además de las limitaciones de un país colonial/semicolonial, a las implicaciones de ser una nación aún en formación con una cultura relativamente reciente. Las propias luchas anticoloniales y antifeudales de los siglos XVIII y XIX carecieron tanto de una amplitud nacional cuánto de un programa democrático revolucionario más consecuente, resultando inconcluso el proceso de formación nacional.

Un ejemplo demostrativo de esto es el hecho de que la primera universidad en el país fuera fundada sólo en 1920, mientras que los demás países de América Latina ya poseían universidades desde el siglo XVI.

Os fundadores. De pé (da esq. para dir.): Manoel Cendón, Joaquim Barbosa, Astrogildo Pereira, João da Costa Pimenta, Luiz Péres e José Elias da Silva. Sentados: Hermogênio Silva, Abílio de Nequete e Cristiano Cordeiro

Bajo régimen de trabajo esclavo hasta 1888, la formación del proletariado en el país comenzará a finales del siglo XIX (de 1890 a 1914 se abrieron en el país 7 mil fábricas), pero sólo ganará impulso con la primera guerra mundial, cuando en sólo cuatro años (1915 a 1919) surgieron 5.940 empresas industriales más, totalizando, según el censo de 1920, 13.569 establecimientos industriales.

Dado al gran peso de la pequeña burguesía en la sociedad brasileña y a las limitaciones de la difusión del marxismo en la época, durante un largo periodo, particularmente entre 1906 y 1920, el anarquismo, en su forma anarco-sindicalista, introducido en el país por los inmigrantes italianos y españoles, predominaba sobre el naciente movimiento obrero brasileño.

Mientras gran parte de la fundación de los partidos comunistas se dio con la ruptura con la socialdemocracia, en el Brasil este proceso se da con la ruptura con el anarco-sindicalismo. La influencia de este origen anarquista y la inexistencia de la más mínima tradición marxista anterior tendrán un gran peso en los primeros años del partido y en sus dificultades en la asimilación del marxismo-leninismo.

Al considerar las dificultades en que estuvieron inmersos los pioneros del partido, como la poquísima literatura marxista en el país (basta decir que la primera edición del Manifiesto del Partido Comunista fue publicada solamente en 1924 por el propio PCB), debemos considerarla nunca como justificación para los errores cometidos, pero sí para comprender lo cuanto que la falta de solidez ideológico-política dio espacio a tendencias revisionistas y reformistas.

Esta fue una enfermedad que, de hecho, acometió a la mayoría de los partidos comunistas en América del Sur, con excepción del Perú, con las tesis desarrolladas por José Carlos Mariátegui como esfuerzo para una verdadera aplicación del marxismo-leninismo a la realidad peruana.

La II Internacional y el papel que desempeñó en su origen de realizar una amplia difusión del marxismo, tuvo poquísimo impacto en Brasil. Quedando así restricto al conocimiento de algunos intelectuales progresistas de la época que tomaron conocimiento del marxismo en Europa y lo difundieron de forma dispersa, entre la intelectualidad en pocas publicaciones en el país.

De 1860 a 1869 aparecieron en el Brasil veinte publicaciones obreras, número que aumentó para 46 en la década siguiente. A partir de 1878, bajo influencia de la II Internacional, diversos clubes socialistas aparecieron en el país, junto a ellos la publicación de tres semanarios socialistas, como el Internacional Socialista, de Salvador.

En 1899 un manifiesto de Euclides da Cunha A los hijos del trabajo, afirmaba que "fue con Karl Marx que el socialismo científico comenzó a usar lenguaje firme, comprensible y positivo".

El inicio del siglo es marcado por crecientes y radicalizadas luchas obreras, destacadamente la gran huelga de 1917 que explota en São Paulo y se esparce por los principales centros urbanos. Bajo el impacto de la Revolución de Octubre y de la Primera Guerra Mundial, "el periodo de 1917-1920 se caracterizó por una ola irresistible de huelgas de masas, que en muchos lugares asumieron proporciones grandiosas (...) en 1918, 1919, 1920, en Río, de nuevo en São Paulo, en Santos, en Porto Alegre, en la Bahia, en Pernambuco, en Juiz de Fora, en Petrópolis, en Niterói, y otras muchas ciudades de norte a sur del país, las huelgas obreras se diseminaban con ímpeto avassalador."1

Después del crecimiento de las luchas obreras y la gigantesca influencia de la Revolución Rusa, la burguesía desata en todo el mundo y en el país una gran ofensiva contrarrevolucionaria, con una ola de represión, obreros son muertos en los combates callejeros y muchos dirigentes son perseguidos y presos. Para responder las calumnias divulgadas por la prensa, el líder obrero Astrogildo Pereira publica en 1918 un libreto llamado La Revolución Rusa y la prensa, defendiendo los bolcheviques de los ataques.

Algunos importantes intelectuales progresistas manifestaban también sus simpatías por la revolución socialista de octubre, sobre todo se colocó Lima Barreto, que publicó en 1919 un artículo bajo el título Manifiesto Maximalista2, que fuera publicado más tarde en su libro Bagatelas.

Os 18 do Forte

Las luchas de los años de 1917-1920 y la creciente influencia de la Revolución Rusa colocan al desnudo la incapacidad teórica, política y orgánica del anarquismo. Toda esta experiencia sirvió al esclarecimiento de diversos dirigentes del anarco-sindicalismo, que rompieron con el anarquismo y "vanguardiaron" la formación de diversos grupos comunistas, que, aunque dispersos en diferentes puntos del país, culminaron con la fundación del Partido Comunista del Brasil en 1922.

En 1920 el 3º Congreso de la Confederación Obrera Brasileña (COB) aprueba, además de un saludo especial al proletariado ruso, otra moción en que declara su simpatía a la III Internacional.

En 1921 es fundado en Río de Janeiro el grupo comunista que publica la revista Movimiento Comunista, que contribuirá enormemente para la fundación del PCB, haciéndose su órgano oficial desde su fundación hasta 1923.
La fundación

El Partido Comunista del Brasil – PCB surge de la unificación de los diferentes grupos comunistas. Su congreso de fundación fue realizado en los días 25, 26 (en Río de Janeiro) y 27 (en Niterói) de marzo de 1922. Sus fundadores son Astrojildo Pereira – periodista, Hermogênio da Silva Fernandes – electricista y ferroviario, Manoel Cendón –sastre, Joaquim Barbosa – sastre, Luis Peres – artesano escobero, José Elias da Silva – funcionario público, Abílio de Nequete – peluquero, Cristiano Cordeiro – funcionario público y João da Costa Pimenta – tipógrafo. Dentro de la pauta del congreso está la lectura de las 21 condiciones de ingreso de la Internacional Comunista3, aprobadas todas, una a una.

Los nueve participantes del congreso representaron 73 comunistas de diferentes puntos del país. Por primera vez el pueblo brasileño, particularmente el proletariado, tiene un partido con una dimensión nacional, lo que significará por sí sólo un marco histórico para las luchas del pueblo brasileño.
La fundación del PCB representa en nuestro país el fracaso histórico de las revoluciones democrático-burguesas de viejo tipo y la apertura de la nueva era de la revolución proletaria en todo el mundo. Aunque con todas las deficiencias, marca el triunfo del marxismo en el movimiento obrero brasileño, la fusión en nuestro país del movimiento obrero con el marxismo. A partir de su fundación, la lucha entre las diferentes posiciones y corrientes (que expresan diferentes posiciones de clase) se darán fundamentalmente en el interior del propio partido.

Sin embargo, su fundación ocurre cuando el mundo ya había entrado en la época del imperialismo, cuando el marxismo se elevó a leninismo, el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria, como había definido Stalin. Por lo tanto, para desarrollarse como un verdadero partido del proletariado, el partido comunista necesitaba constituirse de hecho en verdadero partido marxista-leninista.

En noviembre del mismo año, Antônio Bernardo Canellas participa como enviado del PCB al IV Congreso de la III Internacional, con el objetivo de pedir la afiliación del PCB. Debido a las limitaciones en la comprensión y asimilación del marxismo-leninismo y a las graves herencias de su origen anarco-sindicalista, la III Internacional niega el pedido, admitiéndolo sólo como partido simpatizante. El partido solamente será reconocido como miembro en el V Congreso de la I.C., realizado en 1924.

Diferentemente de lo que afirman los revisionistas y reaccionarios de diferentes matices, siempre empeñados en encontrar las causas externas para las vicisitudes enfrentadas por el movimiento obrero y comunista en nuestro país, la III internacional, bajo la dirección de Lenin y Stalin, desempeñó un papel fundamental en el soporte y desarrollo del recién fundado Partido Comunista en el Brasil. Como veremos más adelante, la III Internacional fue un elemento clave para la comprensión y asimilación del marxismo-leninismo por el PCB y su desarrollo como auténtico partido comunista.

En 1923, la IC propone la publicación de un periódico de masas del PCB, que será lanzado bajo feroz represión del estado de sitio en el día 1º de mayo de 1925, con el título sugerido por la IC, La Clase Obrera – órgano del Partido Comunista del Brasil. El periódico, que será cerrado inmediatamente en julio del mismo año y reabierto en 1º de mayo de 1928, será hasta 1976 un importantísimo instrumento de politización y vinculación del partido con las masas, siendo el periódico publicado la mayor parte del tiempo en la clandestinidad.
El II congreso y el desvío derechista

"En el día 5 de julio de 1922, sólo tres meses después de la fundación del Partido, eclosiona el levante del Fuerte de Copacabana. En 1924, también en 5 de julio, ocurren nuevas rebeliones militares, que controlan durante algún tiempo la capital de São Paulo y zonas del interior de Río Grande do Sul. De estas rebeliones se origina la Columna Prestes, que recorre el Brasil durante tres años, luchando por el derrumbamiento del gobierno. Vinculada a la sucesión presidencial, en los años de 1929 y 1930, se verifica vasta agitación en que se predica, de manera genérica, la necesidad de la democracia y la realización de reformas sociales. La agitación culmina con el movimiento armado de 1930, que alcanza guarniciones militares de casi todos los Estados y derrumba el gobierno"4.

Movimento Comunista, órgão do partido
Movimiento Comunista, órgano del partido

En medio a esta turbulenta situación política, en el día 16 de mayo de 1925 se inicia el II Congreso del PCB. Su realización y las tesis aprobadas por él revelarán toda la debilidad en el dominio del marxismo-leninismo por el partido en la época. En el congreso son aprobadas las tesis basadas en las formulaciones del entonces dirigente Otávio Brandão, con la colaboración de Astrogildo Pereira, secretario general del partido en la época.

Las formulaciones, que quedaron famosas en nuestra historia como "Agrarismo x Industrialismo" son la primera tentativa de un análisis de clases marxista de la realidad nacional y la formulación de una estrategia y táctica para el proletariado en el país. Tales formulaciones serán objeto de la primera gran lucha de líneas en el interior del Partido Comunista del Brasil. Aunque de forma incipiente, evidenciaron importantes problemas, que atravesarán prácticamente toda la historia del partido, siendo también línea de demarcación entre marxistas y revisionistas aún en los días de hoy.
"Agrarismo x industrialismo"

"Agrarismo x Industrialismo" sostenía que el desarrollo de la sociedad brasileña desde la República, estaba determinado por la oposición entre el incipiente desarrollo industrial capitalista (industrialismo) representando el "progreso", liberal, asalariado, siendo este apoyado por el imperialismo yanqui; y el Agrarismo, sostenido por el imperialismo inglés, representando el retraso semifeudal, las oligarquías agrarias, con fuerza de trabajo esclava o servil. Aún según esta tesis, el ejército nacional constituiría un punto de sustentación del industrialismo contra el agrarismo y la proclamación de la República en 1889 habría sido una victoria del industrialismo.

Aunque el documento del II Congreso haga un rico levantamiento sobre el aumento de la penetración del imperialismo en la economía del país, la dominación del imperialismo era tratada como solamente un factor más, incluso secundario. El análisis de los datos concluye apuntando para el apoyo del imperialismo inglés al "agrarismo" y que el imperialismo yanqui apoyaba el "industrialismo".

El denominado "Estado agrario" es tomado como obstáculo a las fuerzas capitalistas en ascenso. Sostiene que la revolución "democrática pequeño-burguesa" colocará el país en pie de igualdad con las potencias burguesas, el nuestro "1789"5.

El partido comunista en nuestro país toma como antagónicas las contradicciones entre la oligarquía latifundista y la burguesía naciente, sin distinguir la burguesía nacional y sus intereses de los intereses de la gran burguesía, que, aunque naciente, ya se desarrollaba profundamente vinculada al imperialismo y al latifundio como burguesía compradora. Ambas clases se unifican como clases dominantes en el capitalismo burocrático, en una unidad que es el Estado Brasileño, como va a expresarse de forma patente en 1930 con el acuerdo de Vargas con los "barones del café".

La propia Internacional Comunista (I.C.) en 1923, al dirigir un llamamiento a los obreros y campesinos de América del Sur, había alertado que las pugnas entre las diferentes potencias imperialistas hacían agudizar la lucha entre las clases dominantes locales.

Jules Humbert Droz6, que entonces dirigía el Buró Sudamericano de la III Internacional, ya destacaba con gran claridad en 1928 que la burguesía "industrial no es sino una de las múltiples faces del latifundio", o sea, la burguesía "industrial no se contrapone a los latifundistas, pero tiene sus intereses a los de estos imbricados".

Droz, aún esclareciendo sobre la supuesta oposición entre la dominación imperialista y el "desarrollo" capitalista, apunta que "cuanto más capitales el imperialismo invierte en la América Latina, más se desarrolla la industrialización y más se desarrolla también la colonización", destacando que por eso las clases dominantes locales "se encuentran, desde sus orígenes, conectadas al imperialismo e imposibilitadas de desarrollar un proyecto revolucionario burgués antiimperialista."
"La revolución democrática burguesa"

Delante del papel activo ejercido por la pequeña burguesía en la escena política del país, la dirección del partido había despreciado la importancia del campesinado, que en la época – en 1920, era compuesto por siete millones de personas en un universo de 8 millones de trabajadores. Afirma que en el Brasil el problema de la pequeña burguesía (diferentemente de Rusia) no es campesino, pero urbano, de ahí la conceptuación de revolución democrática pequeño-burguesa, en oposición a la consigna de la "revolución democrática burguesa" bajo hegemonía del proletariado, preconizada por Lenin y la Internacional Comunista.

Los documentos del II y III Congreso establecen que la política de alianzas del proletariado, en un primer momento, sería entre el proletariado urbano y rural con los revoltosos pequeño-burgueses y con la gran burguesía liberal (grandes industriales y comerciantes) contra el "zarismo brasileño", el partido republicano, de los hacenderos, el Estado agrario, o sea, un "frente único del proletariado, de la pequeña burguesía urbana y de la gran burguesía industrial, contra el imperialismo y el gobierno de grandes propietarios rurales feudales"7.

En su obra El proletariado ante la revolución democrática pequeño-burguesa, publicada en 1928, Otávio Brandão afirma que "tendremos que pasar por la etapa de la revolución democrática pequeño-burguesa y, a la sombra de ella, nos fortificaremos para conquistar el poder" (subrayado nuestro). Tratando así la revolución democrática pequeño-burguesa como un preludio fugaz de la revolución proletaria. O sea, en esta etapa, el papel del proletariado sería sólo de prepararse al margen de la revolución democrática pequeño-burguesa.

El desarrollo de la revolución proletaria sería fruto de una "tercera revuelta", como resultado del agravamiento de las contradicciones generadas por las dos anteriores8.

En lugar de esta "tercera revuelta", en octubre de 1930, las masas populares y las fuerzas armadas marcharon remolcados por la Alianza Liberal y de Getúlio Vargas, y derrumbaron el gobierno de Washington Luiz, representante directo del imperialismo inglés. Los revoltosos de Copacabana, São Paulo y parte del extinto comando de la Columna Prestes, excepto Luis Carlos Prestes, también marcharon a remolque. Luego, Vargas traiciona las aspiraciones democráticas que hicieron sublevar aquellas rebeliones y promueve la reconciliación con las oligarquías latifundistas, impulsando el capitalismo burocrático bajo la batuta del imperialismo yanqui, que conquistó posiciones importantes.

Aunque el III Congreso del Partido Comunista del Brasil, realizado en 1928 progrese, comprendiendo que el imperialismo avanza compenetrándose con las fuerzas agrarias feudales, mantiene en lo fundamental la influencia de las tesis del II Congreso.

Diferentemente de tratarse de una formulación original y creativa, como intentan hacer creer algunos, tales tesis subjetivistas se chocan por entero con la tesis del imperialismo de Lenin, al no comprender que en la época del imperialismo, el centro del problema nacional es el campesinado y no más la burguesía. Será en este mismo periodo que, aplicando el marxismo-leninismo a la realidad de un país semifeudal y semicolonial como la China, Mao Tsetung comprenderá de forma más cabal como desarrollar la revolución en los países dominados.

Mao Tsetung afirma que: "A partir de la Revolución Rusa de 1917, el mundo se había dividido en dos grandes campos opuestos, de un lado el campo socialista, con todo un movimiento revolucionario antiimperialista dirigido por el proletariado. De otro, el campo capitalista con todas las fuerzas de la contrarrevolución. Tal división producirá una ruptura inevitable en el seno de las clases intermediarias (burguesía nacional), eliminando la posibilidad de esta ejercer una posición independiente, una parte se moverá para la izquierda, para la revolución, y otra para la derecha, para el campo contrarrevolucionario".

Una vez que el mundo entró en la época del imperialismo, en el cual el capitalismo se mantiene y se sostiene en el aumento de la explotación y opresión sobre las colonias y semicolonias, si una sexta parte del globo se emancipaba en 1917, eso hundía el capitalismo en una sexta parte del globo. Dado esto, todas estas revoluciones son ferozmente combatidas por el imperialismo, y con el adviento del primer Estado socialista en la Rusia en 1917, encontraron en él y en las demás fuerzas del proletariado internacional no sólo apoyo, pero una verdadera fuerza inspiradora.

Sin la dirección del proletariado, esta revolución caerá bajo la dirección de la gran burguesía, sometiéndose a una u otra potencia imperialista. La dirección del proletariado es, por lo tanto, el aspecto de identidad entre una y otra fase de la revolución, es el factor que permite que la revolución democrático-burguesa se convierta en su contrario, la revolución socialista. Por eso es por lo que, a partir de la experiencia de la Revolución China, Mao la caracterizó como revolución democrático-burguesa de nuevo tipo, o Revolución de Nueva Democracia ininterrumpida al socialismo.
La crítica de la Internacional Comunista

Aunque con estas formulaciones incorrectas, el PCB no se atreve a meterse en la lucha política, cuya situación de crisis en el país envolvía de cima a abajo toda la sociedad, lo que podría haber servido como importante acumulo de experiencias para su desarrollo posterior y para la realidad política nacional.

La I.C. a través de su Buró Sudamericano, criticará duramente las formulaciones presentadas por el PCB, contribuyendo enormemente para la aclaración y lucha en el interior del partido, principalmente en cuanto al papel del proletariado en la revolución democrática y la importancia del campesinado como aliado primordial del proletariado.

Recordemos que la I.C. ya había establecido en sus tesis, desde su IV congreso (1922), pero principalmente en su VI congreso (1928)9, bases sólidas sobre la revolución en los países dominados.

Las tesis sobre el movimiento revolucionario en las colonias y semicolonias afirman que los comunistas deberían "tomar parte activa en el movimiento revolucionario de masas dirigido contra el régimen feudal y el imperialismo, inclusive donde este movimiento estuviera dirigido por la pequeña burguesía, alertando que por eso los partidos comunistas no deben subordinarse en ninguna circunstancia a sus aliados temporales". El PCB, admitido como miembro desde 1924, no había asimilado tales contribuciones.

Sobre el contenido y etapa de la revolución brasileña, la IC había destacado correctamente que "bajo la hegemonía del proletariado, la revolución brasileña resolverá todas las tareas burguesas democráticas esenciales, que se le presentarán: 1) revolución agraria (liberación de las masas campesinas y de los obreros agrícolas de formas feudales y coloniales de explotación, confiscación, nacionalización y entrega de la tierra a los campesinos y a los obreros agrícolas) 2) liberación del Brasil del yugo del imperialismo (confiscación y nacionalización de las empresas, de las minas, de los dominios, de las empresas, de las vías de comunicación, de los bancos, de los imperialistas, anulación de las deudas externas; 3) instauración de la República Obrera y Campesina sobre la base de los Soviets, agrupando la clase obrera y masa campesina (dictadura democrática revolucionaria del proletariado y de la masa campesina"10.
El Bloque Obrero Campesino – BOC

Al formular una táctica para la aplicación de su línea política, el PCB definió la formación del Bloque Obrero – BO, reformulado posteriormente para Bloque Obrero Campesino –BOC. El BOC fue constituido como una organización de masas legal, a través de la cual el PCB promovió sus energías en la participación en las elecciones y luchas económicas en las ciudades (en el BOC, la ‘C’ de campesino era una mera formalidad), expresando de forma concentrada los desvíos electoralistas de su política reformista. En la práctica terminó por ser una especie de partido legal, como un substitutivo del partido comunista.

La I.C criticará la concepción y práctica en boga con el BOC y sus peligros y orienta sobre la necesidad de desarrollar organizaciones de masas del proletariado dentro de grandes fábricas y en el medio sindical, construyendo organizaciones revolucionarias ilegales, así como "emprender la organización de conferencias de campesinos, medieros y de arrendatarios, proponiendo en estas conferencias el programa de reivindicaciones inmediatas y preparando, así, la base para grandes organizaciones revolucionarias de campesinos."

Veamos que la IC, en su IV congreso (1922), ya advertía sobre el riesgo de los desvíos derechistas como principal peligro para el movimiento comunista. Alertando para las ilusiones pacifistas, afirma que lo que "caracteriza la situación política mundial en el momento es el fascismo, el estado de sitio y la creciente ola de terror blanco" y describe este periodo como un periodo "entre olas", en el cual el "proletariado adoptó una táctica defensiva para enfrentar la ofensiva de la contrarrevolución".

Tal comprensión, confirmada por el V congreso de la I.C. (1924), tendrá como principal directiva el inicio de la campaña de bolchevización de los partidos, para que estos, frente a la crisis del capitalismo y el ascenso del fascismo, pudieran prepararse para las batallas futuras y romper con toda la tradición de los viejos partidos socialdemócratas de la II internacional.
La autocrítica

El PCB asimilará parcialmente la crítica de la Internacional Comunista. Con la publicación en su órgano oficial La Clase Operaria de la crítica hecha por la Internacional, se abre un periodo de autocrítica en el interior del partido que aún no se profundizará suficientemente. El PCB no conseguirá superar por completo las limitaciones y desvíos de su origen, oscilando en un movimiento pendular entre izquierdismo y derechismo en el periodo siguiente.

Sin embargo, este periodo que se abre después del III Congreso será el de mayor vinculación del PCB con la I. C. y también el periodo en que desarrollará un mayor trabajo de masas, aumentando la experiencia y asimilación del marxismo-leninismo por el partido. Serán realizados importantes cursos de preparación de cuadros por la I.C.. Así, el PCB comienza, aunque con serias deficiencias, a adquirir la fisionomía de partido comunista, lo que abrirá una nueva etapa en su historia.







Notas

1 Astrogildo Pereira, Las luchas Obreras que Antecederían la Fundación del Partido Comunista del Brasil. Revista problemas Nº39. Abril de1952

2 Como era llamado el bolchevismo en el país en los primeros años del siglo, que designa "mayoría".

3 III Internacional o Internacional Comunista: fundada en 1919 por Lenin, pone fin a la II Internacional que había sido tomada por el revisionismo y oportunismo de Beirstein y Kaustky.

4 Cincuenta años de lucha, medio siglo de existencia. 1972. Ed Maria da Fonte.

5 En referencia a la fecha de la caída de la Bastilla en 14 de julio de 1789, marco de la Revolución Francesa.

6 Jules Humbert Droz, Algunos problemas del movimiento revolucionario en la América Latina publicado en la Correspondencia Sul Americana en 30/09/1928, y Sobre los países de América Latina en el VI congreso de la Internacional Comunista, Cuadernos de Pasado y Presente.

7 Otávio Brandão. Una Etapa de la Historia de Luchas. Publicado en Prensa popular en 20 de enero de 1957

8 Se refiere la revuelta de 5 de julio de 1922 y a la de São Paulo, en 5 de julio de 1924.

9 Para el VI Congreso de la IC y sus conclusiones, tuvo gran importancia la experiencia de la derrota de la Revolución China de (1924-1927), con la traición del Kuomintang y su pasaje a la contrarrevolución con la masacre de decenas de miles de comunistas. En este periodo, Mao Tsetung desempeñó un papel decisivo combatiendo tanto el oportunismo derechista (Chen Tú-siu), cuanto el oportunismo de "izquierda" (Chang Kuo-tao), destacando la importancia de la lucha armada y de los campesinos como fuerza principal de la revolución china. Inició el Levantamiento de la Cosecha de Otoño, organizó el primer destacamento del ejército rojo de obreros y campesinos y en las montañas Tchincam, estableció la primera base de apoyo de la revolución, dando inicio a la segunda fase de la revolución china, o Guerra Revolucionaria Agraria.

10 Periódico La clase Obrera 17 de abril de 1930


Traducciones:
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