La noche del 16 de junio, en Dersim, en una zona montañosa de Kurdistán, el gobierno de Turquía cometió un gran crimen contra la humanidad.
Un grupo de destacados líderes comunistas iba al Segundo Congreso del Partido Comunista Maoísta de Turquía y el Norte de Curdistán (PCM), entre ellos Cafer Cangoz, secretario general del PCM, y varios otros miembros del Comité Cenral.
Cuando pararon en Dersim para descansar, la muerte llegó sin advertencia desde el cielo. Repentinamente aparecieron dos helicópteros Sikorsky de las fuerzas armadas, que abrieron fuego con ametralladoras. Después, atacaron unos mil soldados.
Murieron 17 dirigentes del PCM y del Ejército Popular de Liberación.
Esta cobarde y salvaje masacre la llevó a cabo una enorme fuerza castrense. El gobierno turco es un policía regional al servicio del imperialismo yanqui. Este le ha dado un montón de armas modernas y lo ha alabado como “moderado” y “democrático”.
El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar informó que además de Cafer Cangoz murieron Aydin Hambayat, Ali Riza Sabur, Cemal Cakmak, Kenan Cakici, Okan Unsal, Berna Saygili Unsal, Alattin Ates, Okkes Karaoglu, Taylan Yildiz, Ibrahim Akdeniz, Binali Guler, Dursun Turgut, Gulnaz Yildiz, Ahmet Perktas, Cagdas Can y Ersin Kantar.
La masacre fue noticia de primera plana en los medios turcos durante tres días y el periódico Millyet se jactó: “Despacharon a los maoístas de un solo golpe”.
En respuesta a la masacre, por todo el país se realizaron audaces marchas fúnebres en que muchos se cubrieron la cara, enarbolaron banderas rojas y desafiaron el reaccionario gobierno para llorar públicamente la muerte de los revolucionarios y condenar este vil crimen.
En las calles y colinas del barrio Gazi de Estambul, miles de dolientes fueron desenvolviendo un rollo de tela roja encima de la cabeza. Parecía un enorme río rojo. También se realizaron marchas fúnebres en Ankara, Izmir y Dersim.
Hubo reuniones conmemorativas en varias ciudades europeas y una marcha de más de 5,000 personas por las calles de Duisburg, Alemania.
Se informa que torturaron a los camaradas del PCM y que en los cadáveres se ven señales de mutilación y quemaduras. En el entierro en Dersim, la sobrina de Aydin Hambayat dijo: “A mi tío lo aplastaron. No cabe duda de que lo agarraron herido pero vivo y de que lo balearon en la cabeza”. Varios grupos progresistas y de derechos humanos condenaron el ataque y exigieron que el gobierno divulgara los nombres de otros tres revolucionarios que dijo que capturó.
El PCM es participante del Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI). Una declaración del 24 de junio del Comité del MRI habla del papel de la secretaria general del PCM en la lucha en Turquía y en el MRI:
El camarada Cafer Cangöz Secretario General del PCm de Turquia y Kurdistan norte.
“El enemigo estaba muy familiarizado con el camarada Cangöz. Llevaba muchas décadas luchando por la liberación de los pueblos de Turquía, como parte de la revolución proletaria mundial. Pasó más de 10 años en las mazmorras, donde fue un modelo audaz e inspirador de la resistencia y el desafío. Los presos revolucionarios la querían y las autoridades carcelarias la odiaban. Incluso en la cárcel, le prestó mucha atención a los problemas del movimiento comunista en Turquía y a nivel internacional. Después de salir en 2002, desempeñó un papel clave en el congreso fundador del PCM y en la línea política que adoptó. Fue un suceso histórico que luchó por consolidar una línea marxista-leninista-maoísta en el partido. Desde el primer congreso, el camarada Cangöz estaba luchando por reorganizar y fortalecer el partido y lograr un gran avance en la guerra popular”.
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