viernes, 15 de agosto de 2014
El Presidente Mao discute veinte manifestaciones de burocracia
¡Proletarios de todos los países, uníos!
El Presidente Mao discute veinte manifestaciones de
burocracia
Tomado de "China Popular" (David Milton, Nancy Milton y Franz Schurmann, FCE,
México 1977/Biblioteca Maoísta.
1. Al más alto nivel hay escaso conocimiento; los en él situados no comprenden la opinión
de las masas; no investigan ni estudian; no captan la política concreta; no realizan trabajo
ideológico ni político; están divorciados de la realidad, de las masas y de la dirigencia del
Partido; constantemente emiten órdenes, y estas órdenes son por lo regular erróneas;
ciertamente conducen mal al país y al pueblo; por lo menos obstaculizan la adhesión
consistente al Partido, a su línea y a su política, y son incapaces de tratar con el pueblo.
2. Son presuntuosos, satisfechos de sí y discuten de política si propósito. No captan su
trabajo; son subjetivamente unilaterales, descuidados; no escuchan al pueblo y son
truculentos y arbitrarios; fuerzan las órdenes; les tiene sin cuidado la realidad; mantienen
un control ciego. Esta es la burocracia autoritaria.
3. Estos sujetos están muy ocupados desde la mañana hasta la noche; trabajan todo el año;
no examinan a la gente ni investigan los asuntos; no estudian política; no confían en las
masas; no preparan sus declaraciones ni planean su trabajo. Así es la burocracia sin cerebro
y desorientada. En otras palabras, esto es el rutinismo.
4. Su actitud burocrática es inmensa; no pueden tener ninguna dirección; son egoístas;
golpean sus gongos para alumbrar su camino; hacen que la gente se atemorice por el simple
hecho de mirarlos; cometen toda clase de abusos contra el pueblo; su estilo de trabajo es
basto; no tratan a la gente igualitariamente. Esta es la burocracia de los superseñores.
5. Son ignorantes; se avergüenzan de preguntar cualquier cosa, son exagerados y mienten,
son falsos a más no poder; atribuyen los errores a los demás, pero los méritos a sí mismos;
engañan y defraudan al gobierno central; mienten a quienes están por encima de ellos y
burlan a los que están más abajo; ocultan las faltas y atenúan las equivocaciones. Esta es la
burocracia sin honra.
6. No entienden de política; no ejecutan su trabajo; pasan su tarea a los demás; no afrontan
sus responsabilidades; porfían; dejan las cosas de lado; son irracionales; pierden su
sagacidad y su capacidad de atención. Es la burocracia irresponsable.
7. Son negligentes respecto a las cosas; subsisten como mejor pueden; nada tienen que
hacer con la gente; invariablemente cometen equivocaciones; se ofrecen respetuosamente a
quienes están por encima de ellos y se muestran indiferentes con quienes están debajo; son
cuidadosos en todos los aspectos; son octolatelares y resbaladizos como anguilas. Esta es la
burocracia de aquellos que trabajan como funcionarios y apenas logran ganarse la vida.
8. No aprenden completamente la política; no progresan en su trabajo; su manera de hablar
es sosa, sin gracia; no tienen orientación en su forma de dirigir; descuidan sus obligaciones,
pero cobran su salario; hacen las cosas para cubrir las apariencias. Lo holgazanes (por
ejemplo, los terratenientes) no hacen nada, salvo concentrarse principalmente en su propia
ociosidad; aquellos que trabajan duramente, son virtuosos, y no obran como funcionarios,
reciben mal trato. Esta es la burocracia falaz y sin talento.
9. Son estúpidos y confusos e incapaces de pensar por sí mismos; son putrefactos
sensualistas; se atracan sin saciarse; carecen en absoluto de diligencia y son inconstantes e
ignorantes. Así es la burocracia estúpida e inútil.
10. Quieren que otros lean documentos; los demás leen mientras ellos duermen; critican
las cosas sin reparar en ellas; critican los errores y culpan a otros, pues ellos nada tienen
que ver con los errores; no discuten los asuntos, sino que los dejan de lado y no les prestan
atención; son personas de “sí señor”, para sus superiores; pretenden, sin lograrlo,
comprender a quienes se encuentran en posición inferior a la suya; gesticulan; se reservan
sus desacuerdos con quienes están a su mismo nivel. Es ésta la burocracia perezosa.
11. Las oficinas del gobierno crecen y crecen; las cosas cada vez se hacen más confusas;
es mayor el número de funcionarios que el de empleos; estos sujetos marchan en círculos;
regañan y disputan; no se muestran propicios a trabajar más de lo estrictamente obligatorio;
no cumplen tampoco sus tareas concretas. Esta es la burocracia de las oficinas del gobierno.
12. Abundan los documentos y se abusa del balduque; proliferan las instrucciones; hay
numerosos informes no leídos que no se critican; se preparan muchas tablas y gráficas de
las que nadie hace caso; las reuniones son numerosas y de ellas nada sale, existen muchas
íntimas asociaciones pero nada se aprende. Esta es la burocracia del balduque y el
formalismo.
13. Buscan el placer y evitan las molestias; se comprometen en tratos a hurtadillas; una
persona llega a funcionario y se beneficia toda su familia; una persona alcanza el nirvana y
todos sus íntimos ascienden a los cielos; se celebran fiestas y reuniones y se intercambian
regalos... Esta es la burocracia de los selectos, de los excepcionales.
14. Cuanto más asciende un funcionario peor se hace su carácter, sus exigencias para
mantenerse son cada vez mayores; su hogar y sus muebles son cada vez más lujosos; y su
posibilidad de obtener cosas es mayor de día en día. Los estratos superiores obtienen la
porción mayor, mientras que los inferiores obtienen los más altos precios; hay
extravagancia y derroche; el superior y el inferior, la derecha y la izquierda levantan las
manos. Ésta es la burocracia de los que se dan aires de funcionarios.
15. Son egoístas y satisfacen sus apetitos particulares con los medios públicos; ocurren
hurtos y se producen especulaciones; cuanto más devoran, más ansían, y nunca ceden ni
menos retroceden. Es la burocracia egoísta.
16. Luchan entre sí por el poder y el dinero; tienden sus manos al Partido: quieren fama y
fortuna, anhelan posición y, si no la obtienen, no quedan satisfechos; prefieren ser gordos a
ser delgados y prestan gran atención a los salarios; se portan agradablemente con sus
camaradas si llega la ocasión, pero no se ocupan en absoluto de las masas. Es la burocracia
que lucha por el poder y el dinero.
17. Una dirección plural no puede funcionar unida armoniosamente; sus integrantes obran
en muchas direcciones y su trabajo se transforma en un caos; cada uno trata de desplazar al
otro; la cabeza se divorcia de la base, no hay centralización ni existe democracia. Es ésta la
burocracia desunida.
18. No hay organización; se da empleo a amigos personales; se emprende el
faccionalismo; se mantienen relaciones de índole feudal; se forman pandillas para
conseguir la satisfacción de intereses particulares; unos se protegen a otros; el individuo
está colocado por encima de cualquier otra cosa; estos funcionarios de adorno perjudican a
las masas. Es la burocracia sectaria.
19. Su voluntad revolucionaria es débil; su política ha degenerado y cambiado su carácter;
obran como si estuvieran altamente calificados. Se dan aires de funcionario; no ejercitan
sus mentes ni sus manos. Comen a saciarse todos los días; evitan fácilmente el trabajo duro;
llaman al médico sin estar enfermos; van de excursión a la costa del mar o a la montaña;
hacen las cosas superficialmente; les preocupan los intereses personales, pero no les
interesan lo más mínimo las cuestiones nacionales. Esta es la burocracia degenerada.
20. Fomentan tendencias erróneas y el espíritu reaccionario. Tratan con personas malas y
toleran situaciones nocivas; cometen actos ilegales y transgreden las leyes; se dedican a la
especulación. Constituyen una amenaza contra el Partido y contra el Estado; suprimen la
democracia; luchan y toman venganza; violan leyes y reglamentos; protegen al malo. No
distinguen entre el enemigo y nosotros mismos. Esta es la burocracia de las tendencias
erróneas y de la reacción.
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