Las nuevas palabras del viejo electoralismo caduco.
"No olvidar jamas la lucha de clases"
Mao Tse-tung.
Cuando mayor
es el desprestigio del circo electoral burgués y su falsa democracia, nacen,
como champiñones clónicos, nuevas alternativas electorales para “derrotar a la
derecha neoliberal”. Todo ello envuelto en un lenguaje blando, reformista, que
se presenta como novedoso, empeñado en sustituir cualquier palabra
revolucionaria o análisis de la lucha de clases por un “discurso ético” en el
que el“ciudadano” (termino interclasista neo-clásico rescatado por la burguesa
revolución francesa) difumina o sustituye
la pertenencia a una clase social determinada (proletariado, campesinado,
pequeña burguesía…). Centrado en un lenguaje “políticamente correcto”, correcto
desde el punto de vista de la democracia burguesa a la que trata de
legitimar, dando por validas sus estructuras de participación falsamente democráticas,
de una persona un voto.
Su planteamiento de “poner fin al capitalismo salvaje” con “empoderamientos o revoluciones ciudadanas” lleva implícito el mensaje que puede haber un capitalismo ajeno a sus lacras; explotación, codicia y destrucción. Esta caduca mercancía de contrabando es el límite verdadero de su discurso radical.
Para ellos es importante tratar de incluir en el viejo régimen la idea de la lucha de clases, de una revolución proletaria o de un Estado de los trabajadores y trabajadoras, como algo obsoleto, del siglo pasado.
Estos impostores tratan de aprovechar el rechazo de las masas al poder burgués, para traficar con ellos, para presentarse como ajenos al sistema, como si no formaran parte de una parasitaria clase pequeño-burguesa dedicada a hacer perdurar y reproducir los valores del sistema, en la práctica, lo decisivo, ocultándolo con todo tipo de discursos eufemísticos.
El circo mediático los presenta como radicales para así legitimar sus propuestas electoralistas, que olvidaran tan pronto toquen sus pies la moqueta de los despachos, justificándolo, eso sí, con buenas palabras envueltas en el papel sobado de la falsa solidaridad.
Que nadie se engañe, si de verdad pretende cambios revolucionarios y una nueva sociedad, este fenómeno es una nueva línea de trincheras de la burguesía que habrá que asaltar.
Miguel Alonso.
Totalmente de acuerdo con el articulo. Podemos es el ejemplo claro del nuevo intento del capitalismo de poner fin a su continuo descredito.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por tu comentario compañero.
ResponderEliminarSaludos rojos.