martes, 9 de septiembre de 2014
Los peligrosos cantos de sirena de la falsa multipolaridad. Un articulo del compañero J.L. Forneo (Cuestionatelotodo)
No hay que tener ni siquiera dos dedos de frente para saber qué representan en realidad Putin, los BRICS y otros nuevos evangelios que están creando tantos apostoles entre los que así se dicen "comunistas". Sin embargo, estos olvidan que para todo comunista, como dejaron claro desde los inicios del movimiento Marx y Engels, al final del Manifiesto Comunista, es el análisis del régimen de propiedad, de las relaciones de producción, lo que tiene que orientar todas las conclusiones si el objetivo es llevar a cabo la lucha de clases y construir un mundo sin explotación.
Al fin y al cabo, podríamos hacer un paralelo con estos movimientos que no proponen más que la falsa idea de que "otro capitalismo es posible" (el capitalismo no puede ser otra cosa que barbarie), y los movimientos socialdemócratas o los populismos tipo PODEMOS, que igualmente pretenden que es posible la lucha contra la desigualdad y por el bienestar de la clase obrera sin lucha de clases, sin revolución.
Afortunadamente, no todo el mundo se deja deslumbrar por la luz de los nuevos mesias, y algunos siguen teniendo presente que antes de adorar a los nuevos dioses es mejor analizar como viven los hombres. El comunista mexicano Pável Blanco Carrera ha escrito un interesante artículo, La multiporalidad ¿dos mundos o disputa interimperialista?, en el que, a pesar de la moda que emociona tanto a los falsos comunistas que aplauden e incluso beatifican a alguno de los que han aplicado con talón de hierro en Rusia las políticas más salvajes del neoliberalismo, como el instaurador de la propiedad privada de la tierra, como el presidente ruso Vladimir Putin (algo a lo que ni siquiera se atrevieron sus antecesores Gorbachov y Yeltsin), se pregunta y, en consecuencia responde:
"¿Pero cuál es la naturaleza clasista de esas alianzas interestatales? Mercosur, BRICS, ALBA, están determinadas por el modo de producción capitalista."
Y sigue preguntándose: "¿Qué pueden esperar los pueblos? La multipolaridad es una ilusión, pues no hay dos mundos en disputa, sino la continuación del capitalismo en su fase imperialista en todos estos casos".
Y concluye recordando el único camino posible ante los cantos de sirena de la barbarie: "El socialismo-comunismo es la única opción frente a unipolaridad o multipolaridad, distintos ropajes del sistema imperialista y su barbarie, la cual puede conducir a la extinción del género humano si no lo derrocamos".
A continuación, compartimos una parte del artículo citado, sobre los peligrosos cantos de sirena de la falsa nueva multipolaridad, que se puede leer completo pulsando en el siguiente link: La multiporalidad ¿dos mundos o disputa interimperialista?
"Hay (...) una gran esperanza en un mundo multipolar, pero ella es injustificada.
Es verdad que lentamente se va superando la desideologización y se dan respuestas antiimperialistas; que por ejemplo en Latinoamérica los países bolivarianos resquebrajan el dominio del centro imperialista norteamericano en el Continente; que se producen alianzas interestatales, como la Organización para la Cooperación de Shanghái, y ahora los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), que son consideradas progresistas, por el enfoque limitado de restringir antiimperialismo a antinorteamericanismo, o el enfoque geográfico del sur contra el norte y considerar la cooperación sur-sur como camino del desarrollo.
¿Pero cuál es la naturaleza clasista de esas alianzas interestatales? Mercosur, BRICS, ALBA, están determinadas por el modo de producción capitalista. En el caso de los BRICS, saludado con entusiasmo por el progresismo, las contradicciones con los EEUU se dan estrictamente en marcos interimperialistas. Es la disputa por la cúspide de la pirámide del imperialismo. Puede caracterizarse el rol de los BRICS en las regiones, y al interior de cada uno de esos países, donde los ataques a la clase trabajadora son salvajes, donde todo se hace para favorecer a sus propios monopolios. ¿Puede acaso considerarse progresista el papel de Brasil en Sudamérica? Cuando dirigió la ocupación de Haití, cuando fabrica aviones de guerra que adquiridos por Colombia son usados para combatir a las FARC-EP. ¿Y Rusia, la India o Sudáfrica? Hay quienes sostienen que China es socialista, pero el estudio de su economía nos indica que predomina el capitalismo. ¿De dónde la suma de economías capitalistas puede entregar un resultado antiimperialista?
¿Qué pueden esperar los pueblos? La multipolaridad es una ilusión, pues no hay dos mundos en disputa, sino la continuación del capitalismo en su fase imperialista en todos estos casos. Los argumentos para embellecer a los centros imperialistas que disputan la hegemonía a los EEUU o a la Unión Europea no logran ocultar su carácter explotador y sanguinario y sus aspiraciones de un nuevo reparto del mundo, ni que tales rivalidades interimperialistas puedan incluso desencadenar una nueva guerra mundial.
¿Tienen algo que ganar los trabajadores? Bien señala el Partido Comunista de Grecia: “el movimiento obrero tiene que decir No a los centros imperialistas, independientemente de su sede geográfica y seguir su lucha en la base de los intereses y las necesidades de los trabajadores sin perder su perspectiva que es el derrocamiento del capitalismo y la construcción del socialismo”.
Un argumento que se esgrime en contra de nuestra posición es el carácter táctico de las disputas interimperialistas y como éstas pueden repercutir favorablemente para los intereses de los pueblos. Sin embargo tal posición desestima el fondo del conflicto, es decir la contradicción capital/trabajo. No está negada para el movimiento comunista o para cualquier país donde se posibilitara la ruptura de la cadena imperialista en su eslabón más débil, la realización de maniobras, pero tarde que temprano los antagonismos son claros.
La bandera de la multipolaridad no puede ser de los comunistas y por supuesto tampoco la propuesta que los comunistas hagan a la clase obrera y a los pueblos. El mundo multipolar tal como lo presuponen los ideólogos de la Nueva Arquitectura es la prolongación del imperialismo vía un nuevo reparto de mercados, fuerza de trabajo y materias primas. Cambiar a un centro imperialista por otro, a un explotador por otro no es ninguna alternativa.
No es casual que sea la consigna de la socialdemocracia y del progresismo.
Hay que luchar contra el imperialismo desgajando al sistema imperialista, rompiendo los eslabones de la cadena, llevando a los pueblos por la vía del desarrollo del socialismo-comunismo, que como quedó demostrado con la existencia de la URSS y el campo socialista, sí expresa el fin de la hegemonía.
La multipolaridad sólo será consigna para las alianzas interestatales de naturaleza capitalista en tanto sea plataforma para disputar al centro que lidera el sistema imperialista.
En tanto, para los comunistas, para aquellos proletarios que levantan la bandera del marxismo-leninismo, la lucha contra toda unión interestatal de naturaleza capitalista es una cuestión de principios, una necesidad objetiva de la estrategia revolucionaria, desechando cualquier ilusión y evitando sembrar confusiones que más adelante pueden ser costosas para los pueblos, para la humanidad, para una perspectiva de emancipación.
El socialismo-comunismo es la única opción frente a unipolaridad o multipolaridad, distintos ropajes del sistema imperialista y su barbarie, la cual puede conducir a la extinción del género humano si no lo derrocamos".
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