La negligencia criminal tiene nombre, se llama Mato.
Miguel Alonso.
El contagio por Ébola de una enfermera del hospital Carlos III, es un claro ejemplo de la Ley de Murphy, "todo lo malo que pueda pasar, pasará". Es evidente, que ningún profesional sanitario rechazará, por miedo al contagio, el atender a un enfermo pero es absolutamente irresponsable y criminal exponer a los mismos a una infección escasamente conocida mundialmente y mucho menos en el Estado español, cuyo sector sanitario esta muy afectado por los recortes presupuestarios del gobierno reaccionario. El propio Hospital Carlos III fue practicamente desmantelado y solo la movilización popular logro impedir su cierre.
Desconozco las causas que motivaron el traslado de dos enfermos de Ébola desde África al Estado español; si fueron presiones de la Iglesia Católica, voluntad propia o simple estupidez de la Ministra, pero la improvisación, en ambos casos, fue evidente y particularmente grotesca en el ultimo, en el que ni siquiera se le pudo administrar la medicina experimental, que ha salvado a otros, porque no hay existencias. Esto nos lleva a pensar a que en el caso de una epidemia no hay medicación para la población puesta en riesgo por esta individua.
No solo se ha actuado de forma precipitada y negligente, se actúa de forma criminal exponiendo también a la población a un contagio, al carecer de protocolos de seguimiento eficaces a la vez que se desprecia las argumentadas denuncias de expertos sanitarios.
Esta corrupta ministra, de un gobierno corrupto y reaccionario, es responsable directa de la situación y debería de ser cesada y juzgada por su actuación negligente y frívola. Algo que no ocurrirá pues el gobierno Rajoy es un detritus en descomposición de un régimen moribundo.
Eso no puede impedir movilizarse contra esta nueva agresión de una camarilla corrupta, incapaz e irresponsable. Es una razón mas para luchar por la Revolución.
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