viernes, 16 de enero de 2015

Sobre el frentepopulismo revisionista y la negación del Partido Comunista. Un articulo de los camaradas de Kimetz



 

 

Sobre el frentepopulismo revisionista y la negación del Partido Comunista

Decía Karl Marx en el 18 Brumario de Luis Bonaparte que la historia se repite dos veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa. En España, desde el Golpe de Estado fascista capitaneado por Franco, el ejército nacional, los grandes terratenientes y el Capital financiero contra el gobierno del Frente Popular de 1936, el refrán se ha materializado varias veces. En este Estado estamos muy acostumbrados a vivir en nuestras propias carnes lo que son verdaderas farsas. Y vamos camino de ser testigos de muchísimas más farsas nacionales.
Debido a la crisis del Régimen del 78 (como lo han catalogado algunos) o mejor dicho, debido la crisis de la infraestructura capitalista a nivel mundial y resultado de ella la institucional, en España, el telón que cubría a los colaboracionistas que permitieron que, parafraseando a Franco, todo siguiera atado y bien atado, se ha derrumbado como se derrumban todos los edificios viejos, podridos o putrefactos. Las cloacas del Estado español están a la vista de todos y la oligarquía financiera y toda su camarilla de terroristas no pueden seguir ocultándolas durante mucho más tiempo. El propio antagonismo entre los capitalistas y los trabajadores se ha acentuado hasta límites jamás antes vistos y la burguesía es más consciente que nunca de que ante la actual situación de crisis socioeconómica capitalista no pueden permitirse claudicar ante una clase obrera que cada día ve cómo aumentan las filas de los trabajadores, resultado del progresivo proceso de proletarización de la pequeña-burguesía y la aristocracia obrera.
Como consecuencia de este proceso, son ya muchos los proletarios que predican con consignas revolucionarias y antisistemas, empero, la clase obrera sigue estando huérfana porque, a pesar de que los revisionistas y los oportunistas no quieran verlo, el proletariado no posee su Partido de clase, es decir, no existe un Partido Comunista que ejerza de elemento consciente de las masas trabajadoras, que las dirija como vanguardia y que consiga fundir la teoría revolucionaria con la práctica transformadora de masas. Mientras la clase obrera no esté guiada por su Partido, la Revolución y la dictadura del proletariado no van a ser posibles y por ende, la conquista del Poder político por las propias masas está condenada a la bancarrota. ¿Por qué los revisionistas no quieren entender esto? Con la agudización de la lucha de clases, los revisionistas predican con nada más y nada menos que con ¡¡la creación de un segundo Frente Popular!! Insisten en que como resultado de la irrupción de grupos fascistas y el sucesivo aumento de la represión y el carácter ultrareaccionario de la burguesía monopolista, es necesario que la izquierda se una para hacer frente a los ataques de los capitalistas. ¡Hay que unir a la izquierda gritan los incapaces! ¡Unidad popular claman otros!
Lo que los revisionistas no entienden es que sin un Partido Comunista que conducirá a la clase obrera a la victoria  

1, todo intento de querer constituir un Frente Popular supone la completa supeditación de la clase trabajadora a los intereses de la aristocracia obrera y la pequeña y mediana burguesía republicanista. Es imprescindible que la clase obrera mantenga firme su independencia como clase y esto solo puede llevarse a cabo mediante la existencia de un Partido que cumpla con los requisitos y trabaje en torno a las características mencionadas. Mientras esto no ocurra, cualquier otro intento de querer dirigir a la clase obrera, fracasará. Los liquidacionistas de IU, los Alberto Garzón, los Cayo Lara y las Tania Sánchez y, por otra parte, el oportunismo en el seno del Movimiento Comunista del Estado español representado por organizaciones economicistas cuantitativamente más destacables como el PCPE son incapaces de ver esto, son incapaces de asimilar la necesidad de reconstituir el Partido Comunista (¡pues niegan incluso su papel y por ende, la dictadura revolucionaria del proletariado!). ¿Qué nos podemos esperar de los herederos del Partido que liquidó Santiago Carrillo y su camarilla? ¡¡Los mismos que agacharon la cabeza, vendieron sus principios y legitimaron la falsa Transición imperialista, la Constitución burguesa y la monarquía fascista de los Borbón, pretenden ahora darnos lecciones!! ¡¡Pretenden denunciar un Régimen que ellos mismos legitimaron!! El liquidacionismo -dice Lenin- no es solamente la liquidación (es decir, la disolución, la destrucción) del viejo Partido de la clase obrera; es también la destrucción de la independencia de la clase del proletariado, la corrupción de su conciencia por las ideas burguesas 

2. He ahí la esencia de Izquierda Unida y de los cuadros del ya tan destruido PCE. Sin embargo, esta vez no nos tragaremos su farsa, su intento de querer repetir la historia por segunda vez. Como es bien sabido, el PCE de Santiago Carrillo sirvió de actor político principal en la falsa Transición cuando renegó de lo poco que quedaba de sus principios marxistas y antifascistas y pasó a engrosar las filas del actual Estado monopolista español en representación de la aristocracia obrera, junto a la burguesía de las periferias nacionales representada por el PNV y CiU. El PCE fue el último inquilino en apuntarse al reparto de la acumulación de ganancias de los imperialistas. Después de cuarenta años desde aquello, ¡el PCE nos habla ahora de crear un Frente Popular contra la derecha!
Los marxistas hemos insistido y hemos repetido hasta la saciedad que sin Partido Comunista no hay Revolución, ni la clase obrera puede adquirir su independencia como clase. El Partido es el instrumento que enseña y educa a los trabajadores en su papel histórico como clase, es decir, el Partido funde la teoría científica que ilumina a los obreros el camino hacia su liberación, la cual les proporciona consciencia de clase revolucionaria, con la experiencia política de las masas en la práctica transformadora de la realidad. Ese es el Partido de la clase obrera. ¿Significa eso que los marxistas renegamos de un futuro Frente Popular? No; siempre y cuando el proletariado mantenga su posición como clase. De ahí la importancia del proceso de reconstitución del comunismo (debido a la derrota que sufrió a manos del revisionismo) y del Partido Comunista. He ahí la tarea de todo comunista. Solo cuando los comunistas consigamos materializar esta tarea podremos hablar de unidad con otros sectores de las masas populares. Siempre y cuando el proletariado sepa preservar su independencia, será posible cualquier alianza temporal con la burguesía democrática, mientras se combate a la propia burguesía. Esta es -decía Mao- la doble política revolucionaria que oponemos a la doble política de los recalcitrantes; ésta es nuestra política de unidad por medio de la lucha  

3. Queda todo claro. El PCE, independientemente de sus miles de aciertos y de la valentía que ofrecieron sus admirables cuadros en la Guerra Nacional-Revolucionaria, no supo preservar su independencia (militar y política) y quedó completamente supeditada a otros Partidos contrarrevolucionarios como el PSOE. Es decir, el PCE adoptó el antifascismo de la peor manera posible, supeditándose a la burguesía republicana y sin desarrollar el Nuevo Poder. No en vano, una actuación correcta hubiera conllevado la posición de vanguardia de las fuerzas antifascistas por parte del PCE, o bien la instauración del poder proletario en una zona donde fuese posible, y posteriormente, aliarse con la burguesía republicana para combatir al fascismo manteniendo la independencia como clase, tal y como posteriormente sucedió en Albania y de forma más concisa en China. Ya que, resistir, no siempre es vencer. Debido a este error, entre otros muchos, la estrategia revolucionaria del PCE en la Guerra Nacional-Revolucionaria se fue disolviendo poco a poco y el ejército de la República perdió la batalla contra el fascismo. El final es por todos conocido y es deber de todos los marxistas honestos sacar las conclusiones necesarias para la ulterior autocrítica y para combatir las tendencias revisionistas en el seno del marxismo. Una vez más queda dicho que los marxistas no renunciamos a futuras unidades y alianzas temporales, pero a día de hoy, es un error hablar de unidad popular o de frentepopulismos en abstracto. Además, irónicamente, los que abogan por la construcción de un Frente Popular son los mismos que obvian los apartados más progresistas del propio programa del Frente Popular de 1936, cuya dirección ha de llevarla el Partido Comunista como vanguardia de la Revolución. ¡Es una pena que el término comunista se haya banalizado de tal manera que incluso los mismos que contribuyeron a la derrota del marxismo, enarbolen hoy la bandera del socialismo científico!
Para ello es indispensable trabajar en la reconstitución y levantamiento del socialismo científico que fue derrotado (el primer paso es aceptar la derrota) en la segunda mitad del siglo XX y posteriormente para reconstituir algo tan fundamental para la clase obrera como es su Partido. Un Partido que sepa ligarse, acercarse, y hasta cierto punto, fundirse con las más amplias masas trabajadoras, en primer término con las masas proletarias, pero también con las masas trabajadoras no proletarias  

4. Una vez más, quedan destapadas las verdaderas intenciones de los tergiversadores y de los oportunistas en su intento de negar la necesidad de reconstituir el Partido Comunista y por ende, su papel como vanguardia de la Revolución socialista y la dictadura del proletariado.
Negar dicho proceso es negar la victoria de la clase obrera, de las masas populares e incluso ¡negar el comunismo! ¿Acaso no niegan los representantes obreros reformistas concentrados en IU y demás tinglados pequeño-burgueses y de la aristocracia obrera la dictadura del proletariado? Por otra parte, ¿dónde está el PCPE abogando por el imprescindible balance de la pasada experiencia revolucionaria y la reconstitución del Partido Comunista? ¿Acaso no son los economicistas del PCPE, entre otros, los que grita a los cuatro vientos la veracidad de los análisis de Marx, Engels y Lenin? ¿Acaso no son los Carmelo Suárez y demás despojos del PCUS gorvachovista de los años 80 y 90 los que enarbola cínicamente el socialismo científico? ¡¡Los que luego tienen la poca vergüenza de llamarnos ortodoxos y puristas!! La dictadura del proletariado -afirma Lenin- no sólo es por completo legítima, como medio para derrocar a los explotadores y aplastar su resistencia, sino también absolutamente necesaria para toda la masa trabajadora como única defensa contra la dictadura de la burguesía, que ha llevado a la guerra y está gestando nuevas matanzas (…) es el aplastamiento por la violencia de la resistencia que ofrecen los explotadores, es decir, la minoría ínfima de la población, los terratenientes y los capitalistas  

5. Los falsificadores del marxismo, los incapaces y los oportunistas, niegan rotundamente la importancia vital del papel de vanguardia del Partido de Nuevo Tipo y su dirección hasta llegar a la fase superior del socialismo, a saber, el comunismo. ¿Por qué no lo quieren entender los frentepopulistas y los autoproclamados herederos de José Díaz? ¿Acaso no entienden que la dictadura proletaria actúa como período político de transición hasta llegar a una sociedad comunista donde las clases, el trabajo asalariado y la división social del trabajo son cosa del pasado? Como diría Marx, por más que acoplemos de mil maneras la palabra pueblo y la palabra Estado, no nos acercaremos ni un pelo a la solución del problema  

6.  Y esto no lo entienden los frentepopulistas. Sin Partido no hay Revolución, sin Revolución no hay victoria del proletariado y sin victoria del proletariado el capitalismo sigue imperando como modo de producción. La propia experiencia lo demuestra.
Solo el más incapacitado para entender un texto tan sencillo como el presente concluiría que los comunistas renunciamos a las alianzas con otros Partidos o con otras clases bajas o que pretendemos llevar a cabo actitudes sectarias o izquierdistas. ¡Sin embargo, denunciamos públicamente las posiciones revisionistas que pretenden atar a la clase obrera de pies y manos a sus intereses burgueses y contrarrevolucionarios! Ahí reside nuestra crítica: en la tergiversación del socialismo científico y a los frentepopulistas que gritan en abstracto la necesidad de una alianza inmediata entre diferentes clases populares. ¡Abajo la prédica abstracta del Frente Popular! ¡Abajo las actitudes sectarias y chovinistas en el seno del marxismo! ¡Abajo el sectarismo!
Queda demostrado que solo mediante la tarea inmediata de reconstitución del Partido como destacamento revolucionario pueden empezar a darse los primeros pasos. Como dice Lenin, el trabajar para que se cree una organización de combate y se lleve a cabo una agitación política es obligatorio en cualesquiera circunstancias “grises y pacíficas”, en cualquier período de “decaimiento del espíritu revolucionario”. Y más aún: precisamente en tales circunstancias y en tales periodos es especialmente necesario el trabajo indicado, porque en los momentos de explosiones y estallidos es ya tarde para crear una organización; la organización tiene que estar preparada, para desarrollar inmediatamente su actividad  

7. Y como es evidente, la organización de combate solo se materializa mediante la sucesiva e incansable formación teórica de futuros cuadros comunistas, mediante la lucha de dos líneas,  el debate, la crítica, la autocrítica y la disciplina. Sólo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de combatiente de vanguardia; por ello, es fundamental estudiar concienzudamente las pasadas experiencias revolucionarias, derrotadas por la burguesía, para no volver a tropezar con la misma piedra. Emprendamos, pues, el estudio y la lucha de dos líneas que nos lleve de nuevo a levantar la caída bandera roja, esta vez hasta el Comunismo.

NOTAS:

  1. DÍAZ, José, Las enseñanzas de Stalin, guía luminoso para los comunistas españoles, México, 1940
  2. LENIN, Vladimir, Cuestiones en litigio. El Partido legal y los marxistas. Obras completas, tomo XIX. Ed. Progreso. Moscú.
  3. TSE-TUNG, Mao, El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional. Obras escogidas. Tomo II. Ediciones en Lenguas Extranjeras. Beijing. 1976.
  4. LENIN, Vladimir, La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo. Pag. 15, Editorial Debarris. Barcelona. 2001.
  5. LENIN, Vladimir, Presentado al I Congreso de la III Internacional, 4 de marzo de 1919.
  6. MARX, Karl, Glosas marginales al programa del Partido Obrero alemán, Crítica al Programa de Gotha.
  7. LENIN, Vladimir, ¿Por dónde empezar? Obras completas. Tomo I. 1909

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