viernes, 15 de julio de 2016

Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo. Capítulo 29: La construcción del Socialismo: La experiencia china.

Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo.
Capítulo 29: La construcción del Socialismo: La experiencia china.
Capítulo 29

El siguiente documento ha sido redactado por el Partido Comunista de la India (Maoísta) y es utilizado como guía de estudio por sus cuadros. El blog “Cultura Proletaria” ha decidido, por su gran importancia y por el interés que suscita, traducir el documento al español.


Capítulo 29: La construcción del Socialismo: La experiencia china

La implementación del nuevo programa económico democrático comenzó incluso antes de la victoria de la revolución en todo el territorio nacional. Poco después de que el Ejército Rojo y la Revolución China entrasen en la ofensiva estratégica, en 1947, Mao anunció y comenzó a poner en práctica lo que se denominó como las tres principales políticas económicas de la Revolución de Nueva Democracia. Ellas fueron: 1) La confiscación de la tierra de la clase feudal y su distribución entre los campesinos, 2) La confiscación del capital de la burguesía compradora y 3) protección de la industria y el comercio de la burguesía nacional. Estas políticas fueron inmediatamente implementadas en amplias zonas del norte de China que ya estaban bajo control revolucionario, y la reforma agraria se completó en esa región a mediados de 1950. A continuación, el programa de la reforma agraria se completó en el resto del país.
La línea general y la colectivización paso a paso: En 1951, el Partido adoptó lo que vino a ser conocido como línea general de la construcción del socialismo, para el período de la transición entre el capitalismo y socialismo. El objetivo principal para este periodo era lograr la industrialización de China junto con la transformación de la agricultura, la manufactura y comercio y la industria capitalista. El objetivo fjado para la conclusión de este proceso fue de, aproximadamente, dieciocho años. Este se dividía en tres años de rehabilitación para que el país se recuperase de la destrucción causada por la guerra civil, más de quince años que cubrían los tres planes quinquenales para el desarrollo planeado de la economía.
De acuerdo con esta línea general, el plan de “paso a paso” se desarrolló para la transformación socialista de la agricultura. El primer paso era llamar a los campesinos a organizar equipos de ayuda mutua para la producción agrícola, limitados a aproximadamente doce familias cada uno. Estos equipos actuaban de acuerdo con algunos de los principios más básicos del socialismo, como la asistencia y la cooperación entre los miembros. El segundo paso era llamar a los mismos agricultores a formar cooperativas agrícolas, basándose en los equipos de ayuda mutua. Estas cooperativas eran de naturaleza semisocialista y se caracterizaban por la agrupación de la tierra y por la gestión unificada. Y por último, el tercer paso era llamar de nuevo a los campesinos a agruparse aún más teniendo como base las cooperativas, para organizar de este modo cooperativas de producción a gran escala totalmente socialistas. Los principios básicos que sustentaban este plan de paso a paso eran la participación voluntaria y el beneficio mutuo. Los campesinos debían ser persuadidos para participar voluntariamente en el proceso de colectivización.
El primer paso de los equipos de ayuda mutua se había iniciado en las bases de apoyo de la revolución, mucho antes de la victoria a nivel nacional. El segundo paso hacia las cooperativas elementales se materializó entre los años 1953-55. El tercer paso de transición a las cooperativas avanzadas llegó en 1956. Hubo una explosión de transformación socialista en el campo. Al mismo tiempo, a principios de 1956, un movimiento relacionado tomó ventaja y completó el proceso de nacionalización de la producción. Así, la industria y el comercio chino salieron de la la propiedad privada y se convirtieron en propiedad de todo el pueblo mucho antes de lo planeado.

El enfoque dialéctico de Mao sobre el proceso de construcción socialista: La línea general estaba inspirada fundamentalmente en el modelo soviético de la construcción del socialismo. El énfasis en la industria, en particular en la industria pesada, era la dirección central de los primeros planes quinquenales de 1953 a 1957. Además, había una tendencia a la adopción acrítica de todas las políticas soviéticas. Con el auge del revisionismo moderno en la Unión Soviética (especialmente después del revisionista XX Congreso del PCUS en febrero de 1956), las tendencias revisionistas en el PCCh fueron inmediatamente fortalecidas. En 1956, se inició una campaña de “oposición a los avances precipitados” dentro del Partido, es decir, para retrasar el proceso de socialización. Al mismo tiempo, la teoría revisionista de las fuerzas productivas ascendió dentro del Partido, teniendo como principal representante al Secretario General Liu Shiao-chi. Los representantes de esa corriente aprobaban a los Kruschevistas, negaban la lucha de clases y concentraban sus esfuerzos en la modernización de las fuerzas productivas a través de la industria pesada. El argumento era que las fuerzas productivas serían el principal motor del cambio, y que la tecnología atrasada de China era el principal factor que sostenía el país en el atraso. Los cambios en las relaciones de producción deberían esperar hasta que las fuerzas productivas estuviesen desarrolladas lo suficiente. La cooperativización de la economía debía esperar hasta que las industrias se hubiesen desarrollado lo suficiente como para promover un sistema de mecanización rural. Todas estas propuestas negaban la importancia de las relaciones de producción y de la lucha de clases. Ellos conducirían al crecimiento de las tendencias revisionistas y burocratistas y el surgimiento de una nueva clase explotadora.
Observando la experiencia soviética y percibiendo el peligro revisionista, Mao inmediatamente puso en marcha una campaña para derrotar estas tendencias, que en esa época ya controlaban el Partido. El primer paso en esta lucha fue el discurso de abril de 1956, “Sobre las diez grandes relaciones“. En ese discurso, por primera vez, Mao hizo una crítica clara y directa del modelo soviético de la construcción socialista. Al referirse a la relación de fuerzas productivas, que tenían por un lado la industria pesada y por el otro la industria ligera y la agricultura, Mao recalcó: “Hicimos mejor que la Unión Soviética y un gran número de países de Europa del Este. (…) Su foco en la industria pesada en detrimento de la industria ligera y de la agricultura ha dado lugar a la escasez de productos en el mercado y una moneda inestable“. Del mismo modo, criticó la política soviética de “exprimir a los campesinos excesivamente“. También atacó a los dogmáticos dentro del PCCh que “copian todo indiscriminadamente y lo trasplantan mecánicamente” cuando aprenden de la experiencia soviética y de otros países socialistas. También criticó a los que estaban siguiendo el ejemplo de Kruschev y atacaban a Stalin de forma indiscriminada. Rindió homenaje a Stalin como un gran marxista con “un 70% de aciertos“. Entonces, a través de su extensa crítica de los revisionistas soviéticos y los errores en la construcción soviética socialista, Mao lideró la lucha contra la línea dominante y revisionista de las fuerzas productivas dentro del PCCh.
Sin embargo, la mayor contribución del discurso de Mao fue su gran avance en la comprensión del proceso de construcción del socialismo y de la planificación socialista. Al presentar los problemas de la construcción socialista en forma de diez relaciones principales, Mao llevó la dialéctica y la teoría de las contradicciones al centro del proceso de construcción de la sociedad socialista. Mostró cómo la construcción del socialismo implica no sólo la aplicación mecánica de objetivos de producción y distribución, sino también una comprensión dialéctica de las principales contradicciones que intervienen en el proceso, y la movilización de todas las fuerzas positivas para la realización del socialismo. Luego dijo, “Estos diez problemas están siendo llevados a cabo para que podamos centrarnos en una política básica, la política de la movilización de todos los factores positivos, externos e internos, para servir a la causa del socialismo… Estas diez relaciones son todas contradicciones. El mundo se compone de contradicciones. Sin contradicciones el mundo dejaría de existir. Nuestra tarea es manejar correctamente las contradicciones“.
Mao continuó al año siguiente con su trabajo titulado “Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo“. En este trabajo continuó el desarrollo de la comprensión dialéctica de los proceso de construcción del socialismo. En primer lugar situó la lucha de clases en el centro del proceso. Hizo hincapié en que “la lucha de clases no ha terminado todavía…aún no ha sido zanjada definitivamente la cuestión de quién vencerá a quién en este terreno: si el socialismo o el capitalismo“. Debido a esto, comenzó su lucha contra los sectores revisionistas del Partido, que decían que la lucha de clases ya no existía bajo el socialismo. Esto marcó el inicio de un Movimiento de Rectificación a nivel nacional, el Movimiento Antiderechista. Durante este período, muchos cuadros de alto nivel tuvieron que hacer autocrítica frente a las masas, millones de estudiantes se involucraron en el trabajo manual para integrarse con los obreros y campesinos, todos los cuadros del partido tuvieron que participar en las fábricas y cooperativas agrícolas, los trabajadores comenzaron a participar en los procesos de decisión en sus fábricas y la campaña de educación socialista comenzó entre el campesinado. A través de este proceso, el Partido se acercó más al pueblo y las tendencias derechistas que estaban creciendo en su seno fueron contenidas.
El Gran Salto Adelante y el Nacimiento de las Comunas Populares: Con el progreso del movimiento de rectificación, los derechistas del Partido se pusieron a la defensiva. Eso condujo, en 1958, a la rectificación de la teoría errónea de las fuerzas productivas, que había dominado el VIII Congreso del Partido en 1956. Ante la Segunda Sesión del VIII Congreso del Partido en mayo de 1958, el exponente principal de esta teoría, Liu Shao-chi, se vio obligado a admitir que durante el período anterior a la consolidación de la sociedad socialista, la principal contradicción era entre el proletariado y la burguesía, entre el camino socialista y el camino capitalista. En su confesión también mencionó el Gran Salto Adelante, que había comenzado por entonces. Se observaron avances en todos los frentes de la construcción socialista. La industria, la agricultura y todos los otros campos de actividad registraron un crecimiento mayor y más rápido.
Además del rápido crecimiento, el Gran Salto Adelante también representó un importante cambió en las prioridades de los planes iniciales y en la línea general. La línea general del Gran Salto Adelante había sido formulada en una reunión del Comité Central, celebrada en noviembre de 1957. Se rebajó el énfasis que había sobre la industria pesada y se dirigió al desarrollo simultáneo de la agricultura y de las industrias ligeras y pesadas. Su objetivo era reducir la brecha que existía entre la ciudad y el campo, entre el campesino y el obrero por un lado y entre el trabajador intelectual y el administrador por otra. El Gran Salto no era sólo una revolución económica, sino también tecnológica, política, social y cultural para transformar la ciudad y el campo.
En 1958 se inició la construcción de las comunas populares. En un principio, este proceso surgió de manera espontánea, cuando dos asociaciones campesinas afectadas por la sequía decidieron hacer un plan y unir sus esfuerzos para llevar a cabo un gran proyecto de riego. Esta unión fue llamada “Comuna” de Mao. Fomentaba dichas formaciones, y esto llevó a una rápida propagación de las comunas por todo el país. Fueron formadas por la unión de cooperativas vecinas, con el fin de realizar proyectos a gran escala tales como el control de inundaciones, conservación del agua, deforestación, pesca y transporte. Además, muchas comunas abrieron sus propias fábricas de tractores, fertilizantes químicos y otros medios de producción. El movimiento para la creación de las comunas populares creció rápidamente. El Comité Central del PCCh anunció, en su famosa Resolución de Wuhan, de diciembre de 1958, que “Dentro de los escasos meses que comenzaron en el verano de 1958, más de 740.000 cooperativas de producción agrícola, respondiendo a la demanda entusiasta de las grandes masas campesinas, se reorganizaron a sí mismas en más de 26.000 comunas populares. Más de 120 millones de familias, o sea, más del 99% de las familias campesinas chinas de las diferentes nacionalidades, se han unido en las comunas populares“. Resumiendo la esencia política, el Comité Central declaró:
La comuna popular es la unidad básica de la estructura social socialista de nuestro país, unidad básica que combina la industria, la agricultura, el comercio, la educación y los asuntos militares; al mismo tiempo es la organización básica del poder del Estado socialista. La teoría marxista-leninista y la experiencia inicial de las comunas populares en nuestro país nos capacitan para prever hoy que las comunas populares acelerarán el ritmo de nuestra construcción socialista y constituyen la mejor forma de realizar en nuestro país las dos transiciones siguientes:
Primero, la transición de la propiedad colectiva a propiedad de todo el pueblo, en el campo, y
Segundo, la transición de la sociedad socialista a la sociedad comunista en nuestro país. También puede preverse que en la futura sociedad comunista las comunas populares continuarán siendo la unidad básica, de nuestra estructura social“.
Entonces, el movimiento de las comunas representó un avance tremendo que prácticamente completó el proceso de colectivización de la agricultura. Sin embargo, la expectativa de que la comuna llevaría adelante el proceso de transición a la propiedad totalmente colectiva y al comunismo, no se realizó plenamente. Los intentos de establecer comunas urbanas tampoco fueron fructíferos.
En los primeros tiempos del movimiento de la comuna durante el Gran Salto hubo algunos errores “izquierdistas”. Mao, en su discurso de febrero de 1959, lo llamó el “viento comunista”. Estos errores de izquierda, que Mao identificó, fueron principalmente de tres tipos: El primer error fue igualar las brigadas pobres y ricas dentro de la comuna, transformando la comuna en una única unidad individual. Esto significaba que los ingresos de los campesinos miembros de las brigadas ricas (las antiguas cooperativas avanzadas) terminaron siendo menores de lo que habían sido antes de la formación de la comuna. De esta forma, algunos lamentaban la formación de la Comuna y su participación no era enteramente voluntaria. El segundo error fue en la acumulación de capital de la comuna, que fue demasiado alta, y su demanda de trabajo no remunerado también era demasiado alta. Cuando una cantidad de dinero muy grande está reservada para la acumulación, la parte que reciben los agricultores disminuye. Del mismo modo, más trabajo sin remuneración sólo puede existir si la conciencia está elevada hacia este punto. El tercer error fue la “comunalización” de todos los tipos de “propiedad”. En algunas areas se llevaron acabo intentos de colectivizar hasta las pequeñas propiedades de los campesinos, como gallinas y cerdos. A este movimiento también hubo oposición.
Estos errores se corrigieron con agilidad. La brigada de producción (anteriormente cooperativa avanzada), fue mantenida como unidad contable básica, y en 1962 fue llevadas a un nivel aún más bajo, al del equipo de producción. Sin embargo, como la perspectiva continuó siendo la de elevar siempre el nivel de propiedad y de colectivización (como un proceso de socialización y transición al comunismo), esta idea no fue más allá. La unidad contable básica y la propiedad continuaron hasta 1976 en su nivel más bajo, el del equipo de producción.
Lucha contra los seguidores de la vía capitalista: A pesar de haber corregido rápidamente los errores de “izquierda”, la posición de los seguidores de la vía capitalista, liderado por Liu Shao-chi, se mantuvo fuerte dentro de los más altos niveles del Partido. La lucha de dos líneas estaba representada de maneras directas e indirectas. En julio de 1959, Peng Ten-huai, entonces ministro de defensa, atacó directamente el Gran Salto Adelante, criticando lo que él tachó de “fanatismo pequeño-burgués” y deseó “entrar en el comunismo con un solo paso“. Mao rechazó estos ataques y defendió las políticas del Gran Salto. Sin embargo, incluso con Peng derrotado, los otros seguidores de la vía capitalista continuaron sus ataques por medios indirectos.
Uno de sus métodos fue defender a Peng veladamente y atacar a Mao en los medios de comunicación. Lo hicieron a través de artículos, obras de teatro y otros espectáculos culturales que pretendían mostrar como Peng era un camarada correcto, que sólo era una víctima. Otro método consistía en atrasar la implementación de políticas cruciales que habían sido decididas en los altos estamentos del Partido. Un ejemplo importante fue el sabotaje del programa de educación socialista y de la decisión de poner en marcha una Revolución Cultural, tomada por el X Pleno del Comité Central en 1962. A pesar de que estos programas fueron aceptados formalmente por los seguidores de la vía capitalista, intentaron asegurar que su control dentro de la estructura del partido siguiese igual, asegurándose de que no hubiese movilización de masas. Trataron de girar la dirección de la Revolución Cultural al debate académico e ideológico, en lugar de a la lucha de clases.
Mao, durante este período (1959-1965), libró la batalla en varios niveles. Se dio cuenta, basándose en la experiencia rusa, del verdadero peligro de la restauración capitalista. Por lo tanto, sobre la base de un amplio estudio de la política y economía del revisionismo kruschevista, trazó las lecciones teóricas de esta experiencia para la educación del proletariado chino e internacional. A través de la lucha del Gran Debate contra el revisionismo moderno de Kruschev, Mao trató de unir a los revolucionarios de todo el mundo y en China. Con sus obras “Crítica de la economía soviética“, y el análisis del PCCh “Acerca del falso comunismo de Kruschev y sus lecciones históricas para el mundo“, trató de inculcar en las filas del Partido las bases teóricas para una batalla contra el revisionismo y la restauración.
Mao trató principalmente de movilizar a las masas para defender y desarrollar el socialismo, tratando de impedir la restauración capitalista. Además de su mencionado programa para la educación socialista, también creó slogans para la reproducción socialista de las experiencias del Tachai Tach’ing, tomándolas como modelos. Pero cuando todos los intentos de movilización popular fueron suprimidos por la burocracia del Partido, Mao salió victorioso después de enormes esfuerzos por liberar la energía de las masas a través de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Esta fue resultado práctico del desarrollo de Mao de los principios marxistas de construcción del socialismo.

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