viernes, 8 de julio de 2016

Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo. Capítulo 26: El camino de la revolución para las colonias y semicolonias.

Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo.
Capítulo 26: El camino de la revolución para las colonias y semicolonias.

Capítulo 26

El siguiente documento ha sido redactado por el Partido Comunista de la India (Maoísta) y es utilizado como guía de estudio por sus cuadros. El blog “Cultura Proletaria” ha decidido, por su gran importancia y por el interés que suscita, traducir el documento al español.


Capítulo 26: El camino de la revolución para las colonias y semicolonias

Inmediatamente después del establecimiento de la República Popular de China, el movimiento comunista internacional reconoció la importancia del la senda china de la revolución para las colonias y semicolonias. El 27 de enero de 1950, el editorial “¡Por una paz duradera, por una democracia popular!“, el órgano del Kominform, dijo: “el camino tomado por el pueblo chino… es el camino que debe tomarse por los pueblos de los muchos países coloniales y dependientes en su lucha por la independencia nacional y la democracia popular“.
La experiencia de la exitosa lucha de liberación nacional del pueblo chino enseña que la clase trabajadora debe unirse con todas las clases, partidos, grupos y organizaciones dispuestas a luchar contra los imperialistas y sus mercenarios y formar un frente unido de escala nacional, dirigido por la clase obrera y su vanguardia, el Partido Comunista…
Una condición decisiva para el resultado victorioso de la lucha de liberación nacional es la formación, cuando las condiciones internas necesarias lo permitieron, de ejércitos populares de liberación bajo la dirección del Partido Comunista“.
Por lo tanto, la aplicabilidad universal de la teoría marxista-leninista desarrollada por Mao (Pensamiento Mao Tse-tung) fue reconocida y comenzó a convertirse en la guía de verdaderos revolucionarios de todo el mundo, particularmente en las colonias y semicolonias.
La formulación de la senda de la Revolución China de Mao había sido desarrollada en sus numerosos escritos durante el avance de la revolución. Lenin ya había señalado que, en la era del imperialismo y de la revolución proletaria, era el proletariado y no la burguesía el que lideraría la revolución democrático-burguesa. Mao, en su obra, “Sobre la Nueva Democracia“, llevando este planteamiento de Lenin adelante, señaló además que, en esta época, ninguna revolución en una colonia o semicolonia que fuese dirigida contra el imperialismo formaría parte de la vieja categoría de la revolución mundial democrático-burguesa, sino de una nueva categoría; ya no formaría parte de la vieja revolución burguesa o capitalista, sino que sería parte de la nueva revolución mundial, la revolución socialista proletaria mundial. Esas colonias y semicolonias revolucionarias ya no pueden ser consideradas como aliadas del frente contrarrevolucionario del capitalismo mundial; serían aliadas del frente revolucionario del socialismo mundial. Por lo tanto, con el fin de diferenciar a la revolución democrático-burguesa, llamó a la revolución en las colonias y semicolonias Revolución de Nueva Democracia. Sobre esta base elaboró la política, la economía y la cultura de la Nueva Democracia.
Mao también desarrolló el concepto del frente único que Lenin y Stalin habían formulado. Demostró que la burguesía en las colonias y semicolonias se dividía en dos partes, la burguesía compradora y la burguesía nacional. La burguesía compradora, que dependía del imperialismo para su existencia y crecimiento, siempre fue un enemigo de la revolución. La burguesía nacional era un aliado vacilante, a veces ayudaba a la revolución y a veces se unía a los enemigos. Así, el Frente Único, bajo la dirección del proletariado, consistiría en una alianza de cuatro clases, el proletariado, el campesinado, la pequeña burguesía urbana y la burguesía nacional. Los enemigos de la revolución fueron el imperialismo, la burguesía compradora y los terrateniente.

Según Mao, la revolución en las colonias y semicolonias no seguiría el camino de la insurrección llevada a cabo por la revolución rusa, donde las principales ciudades fueron capturadas antes que el campo. Mostró el camino chino de la guerra popular prolongada, el cual implicaba la construcción de áreas revolucionarias en zonas rurales, la construcción de zonas de guerrilla, bases de apoyo, del cerco final y captura de las ciudades. Para ello Mao estableció los principios militares de la guerra revolucionaria. Enseñó cómo construir el Ejército Rojo, que era un arma absolutamente necesaria de la revolución. Comenzando por la guerra de guerrillas, pasando por la guerra de movimientos y acabando por la guerra de posiciones, Mao mostró el camino para que una pequeña fuerza pueda contar con las masas para construir las fuerzas necesarias y derrotar a un enemigo formidable.
Finalmente, basándose en la comprensión marxista-leninista del Estado y de la dictadura del proletariado, Mao desarrolló la teoría sobre la forma del Estado en las revoluciones en los países coloniales y semicoloniales. Sobre la base de la teoría de la Nueva Democracia, formuló la comprensión de la República de Nueva Democracia.
Mao explicó que esta República de Nueva Democracia sería diferente de la vieja forma europea-americana de república capitalista bajo la dictadura de la burguesía, que es una vieja forma de democracia ya desfasada. Además, también sería diferente de la República Socialista de tipo soviético bajo la dictadura del proletariado. Durante un cierto período histórico, esta forma tampoco era adecuada para las revoluciones en los países coloniales y semicoloniales. Durante este período, por lo tanto, era necesario que se adoptase una tercera forma de Estado en las revoluciones de todos los países coloniales y semicoloniales: la República de Nueva Democracia bajo la dictadura conjunta de varias clases de antiimperialistas. Una vez que esta forma se adapte a un determinado período histórico, es, lógicamente, transitoria. Sin embargo, según Mao, es una fase necesaria, a la que no se puede renunciar.
Este Estado fue establecido después de la victoria de la Revolución China, bajo la forma de Dictadura Democrática Popular. Mao explicó la esencia de la dictadura democrática popular como la combinación de dos aspectos, la democracia para el pueblo y la dictadura para los reaccionarios. El pueblo era la clase obrera, el campesinado, la pequeña burguesía urbana y la burguesía nacional. Estas clases, lideradas por la clase obrera y el Partido Comunista, se unen para formar su propio Estado y elegir su propio gobierno; ejercer su dictadura sobre los lacayos del imperialismo, es decir, los terratenientes, la burguesía burocrática y sus representantes.
Mao también señaló que el Partido Comunista tenía que dirigir el proceso de transformación de la Dictadura Democrática Popular en Estado Socialista. La Dictadura Democrática Popular, liderada por el proletariado y basada en la alianza obrero-campesina, necesita la unión, a través del Partido Comunista, de las principales fuerzas de la dictadura, que es toda la clase obrera, todo el campesinado y las grandes masas de intelectuales revolucionarios. Sin esta unidad, la dictadura no puede ser consolidada. También es necesario que el Partido se una con el mayor número posible de representantes de la pequeña burguesía urbana y de la burguesía nacional que esté dispuesta a cooperar con sus intelectuales y grupos políticos. Esto es necesario para aislar las fuerzas contrarrevolucionarias. Si esto se lleva a cabo, después de la victoria de la revolución, será posible restaurar y desarrollar rápidamente la producción, luchar contra el imperialismo, transformar una economía agrícola semicolonial atrasada en un país industrial y construir un Estado socialista.

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