miércoles, 7 de septiembre de 2016

Los ataques a la Dictadura del Proletariado centrales en la estrategia de los revisionistas. Un nuevo articulo del camarada M. Alonso.





Los ataques a la Dictadura del Proletariado centrales en la estrategia de los revisionistas.

Miguel Alonso.

El sórdido trabajo del revisionismo, de la burguesía, no solo ha sido en el terreno de la restauración del capitalismo, allí donde las revoluciones proletarias lo habían destronado, si no también, en el frente ideológico, al desvirtuar conceptos objetivos, como el carácter de dictadura que tiene cualquier Estado o aparato administrativo y la necesidad objetiva de la misma para cualquier clase revolucionaria.

La burguesía, maestra en el arte de la manipulación, usa las palabras, como  balas emponzoñadas, para confundir y embrutecer a las masas oprimidas creando todo tipo de sofismas y falsas verdades filosóficas para paralizar la lucha de las mismas.

Los aprendices de Kautsky y Bernstein afirman sin rubor que la democracia y su profundización es el camino las masas oprimidas. ¿Olvidan acaso, estos sesudos politólogos, que el Estado “democrático” es también una forma de dictadura de la burguesía?
Hacen girar todo su discurso en torno a la lucha parlamentaria burguesa, afirmando es la vía del cambio. ¡Del cambio de unos explotadores por otros, en realidad!
En palabras de Lenin:
“Comparten ellos mismos e inculcan al pueblo la falsa idea de que el sufragio universal es, "en el Estado actual ", un medio capaz de expresar realmente la voluntad de la mayoría de los trabajadores y de garantizar su efectividad práctica.”(1)

Con la arrogancia que caracteriza a estos eruditos de la pequeña burguesía, hacen llamados a la paz y califican de central, la lucha por la “democracia” frente al “autoritarismo” burgués, desviando de ese modo el blanco de lo que tiene que ser barrido; el Estado burgués y su dominio como clase. 
El camarada Lenin los caracterizo como:
"Los democrátas pequeño burgueses se caracterizan por su aversión a la lucha de clases, por sus sueños acerca de la posibilidad de eludir la lucha, por su tendencia a limar, paliar y conciliar la cortantes aristas.(2)

No se trata de lograr migajas democráticas en el marco del poder burgués, se trata de destruir el mismo, implantando por la vía revolucionaria la Dictadura del Proletariado o la Dictadura Democrática Popular según sea el tipo de desarrollo social alcanzado y sus contradicciones de clase.

Esta cuestión es la clave para un verdadero análisis de clase y comprensión de las tareas de la revolución, pues sin claridad en el mismo  estaremos condenados al fracaso y a hundirnos en el pantano del revisionismo.

Es una necesidad objetiva para la revolución, de aplicación universal. ¡No admite discusión! Es Una línea que deslinda a los comunistas de los oportunistas.

La ideología revolucionaria del proletariado el Marxismo-Leninismo-Maoísmo es una ideología científica, materialista, dialéctica, que se desarrolla en lucha contra las caducas ideologías metafísicas de la burguesía. No se puede mutilarla, vaciarla, de su contenido revolucionario sin caer en el oportunismo o la liquidación.

La construcción de la nueva sociedad solo se podrá hacer sobre las ruinas del imperio burgués, pues analizando esta contradicción antagónica, vemos que si no es así, todos los esfuerzos serán vanos, pues predominará el poder burgués que aprovechará cualquier coyuntura para desposeer a las masas de los derechos democráticos alcanzados mediante las reformas o los tratados.

Permitirme de nuevo citar al camarada Lenin:
“Por ejemplo, en la revolución de 1917, cuando la cuestión de la significación y del papel del Estado se planteó precisamente en toda su magnitud, en el terreno práctico, como una cuestión de acción inmediata, y además de acción de masas, todos los social-revolucionarios y todos los mencheviques cayeron, de pronto y por entero, en la teoría pequeñoburguesa de la "conciliación" de las clases "por el Estado". Hay innumerables resoluciones y artículos de los políticos de estos dos partidos saturados de esta teoría mezquina y filistea de la "conciliación". Que el Estado es el órgano de dominación de una determinada clase, la cual no puede conciliarse con su antípoda (con la clase contrapuesta a ella), es algo que esta democracia pequeñoburguesa no podrá jamás comprender, La actitud ante el Estado es uno de los síntomas más patentes de que nuestros social-revolucionarios y mencheviques no son en manera alguna socialistas (lo que nosotros, los bolcheviques, siempre hemos demostrado), sino demócratas pequeñoburgueses con una fraseología casi socialista.”(1)

Esa es la base ideológica de los portavoces del viento derechista que alientan los Prachanda y todos aquellos oportunistas, que bajo distinto rotulo, se oponen a la guerra popular revolucionaria, levantando la bandera blanca de la rendición conciliadora o la falacia de una construcción confederal alternativa que soluciona los conflictos de clase.
En los pueblos sin estado, en los movimientos de liberación nacional, donde predominan los nacionalistas burgueses o pequeño burgueses, por muy revolucionarios que se pretendan, continúan la misma senda al plantear, como talismán salvador, la “soberanía” para todos los problemas, escamoteando la lucha de clases, en su afán de cabalgar ellos mismos sobre las masas oprimidas.

La clave está en la defensa de la Dictadura del Proletariado como parte indivisible del M-L-M. En su comprensión, para el analisis de las sociedades y de la cuestión del Poder.
Cuando Lenin señalaba que solo puede ser marxista quien defienda la Dictadura del Proletariado, se refería a esto, pues la misma, es la comprensión de la cuestión del Poder, no en términos filisteos metafísicos, sino como parte integral de la Revolución y la guerra popular. Es la solida base de la revolución y su victoria.

Quienes se empeñan en olvidar esta cuestión, en la teoría o en la práctica, actúan bajo la batuta del Poder burgués, por mucho que traten de ocultarlo con fraseología seudo-revolucionaria.

Barrer a los oportunistas e impostores del viento de derechas es actuar, de forma consecuente, a favor de los intereses de los pueblos. ¡Es actuar basándose en los principios de nuestra ideología!

Notas:
(1) Estado y revolución. V.I. Lenin 1918.
(2) Economia y politica en la epoca de la Dictadura del Proletariado. V. I. Lenin. 1919

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