Trump; ¿un nuevo fascismo?
Miguel Alonso.
La victoria
electoral del millonario Donald Trump en EE.UU. ha creado malestar y
preocupación tanto en sectores democráticos como de la izquierda, incluso ha
sido calificado de victoria del fascismo. Ahora bien; ¿realmente la victoria de
Trump representa la victoria del fascismo?
Nadie puede
negar el carácter reaccionario de Trump y su camarilla pero ¿acaso su oponente Clinton,
representante de la élite del establishment, lo es menos?
Clinton la principal artifice de las masacres en Libia, Siria o del golpe neo-fascista en Ukrania ¿es menos fascista?
Clinton la principal artifice de las masacres en Libia, Siria o del golpe neo-fascista en Ukrania ¿es menos fascista?
En la
primera potencia imperialista mundial, la dictadura de la burguesía se ejerce
como una ficción democrática, cuando todo el poder real está en manos de la
gran burguesía, del sector financiero y del complejo militar industrial. Esto
no ha cambiado sustancialmente por la victoria de Trump. Y si la misma
representa los intereses de una fracción de la burguesía norteamericana opuesta
a las deslocalizaciones, habrá que verlo.
Acaso se
trata de que una fracción de la gran burguesía, excluida por la hegemonía de la
élite “aristocrática” tradicional en el gobierno federal, ha logrado ocupar un
nuevo papel en la escena política pero ¿podemos calificar esto de ascenso del
fascismo?
Es precipitado
afirmar esto, aunque pueda parecerlo por la alegría causada por su triunfo en
los sectores ultra-derechistas, racistas yankees o europeos, pero si
profundizamos, la base del poder imperialista en EE.UU. sigue intacta y como
mucho la victoria electoral de Trump representa un re-equilibrio de fuerzas
entre los grupos del poder burgués.
Una de las características
del fascismo es su manejo de masas y la movilización activa de las mismas en
torno a su programa. ¿Esto es así actualmente?
No, hoy como
ayer, la clase obrera y el pueblo trabajador norteamericano son meros espectadores
dentro de ese circo, aunque un sector pudiera votar a Trump como voto de
castigo al sistema.
Hay
camaradas que se alarman porque puede aumentar la represión sobre las minorías pero
¿eso no existe ya? ¿Acaso en los últimos años no hemos visto el aumento impune de
crímenes policiales contra ciudadanos negros, bajo la presidencia de un
presidente negro? ¿Qué medidas reales se tomaron para poner fin a esto? ¡Ninguna!
La opresión
de las minorías raciales en EE.UU. solo acabara con una revolución socialista,
no con la hipocresía liberal de lo políticamente correcto. ¡Hay que tenerlo
claro! Otro tanto puede decirse sobre la opresión de la mujer y su papel en la
sociedad burguesa norteamericana.
Aún es
pronto para valorar las protestas populares en diversas ciudades pero habrá que
estar atento, ante lo que sin duda es un ejemplo de una movilización política anti-reaccionaria,
que puede ser germen de nuevos niveles de organización en los movimientos
revolucionarios en los EE.UU.
En cualquier
caso nuestro deber, sin duda, es apoyar a los mismos.
Muy atinado y totalmente de acuerdo con el artículo. Es de asco ver llorar a los reformistas y "progres" por la victoria de Trump mientras callan por los crímenes de la psicópata criminal Killary. Killary es tan criminal y anti-popular como Trump o incluso más. Poner a Trump como un demonio mientras callan o apoyan a Killary es muy cínico y califica a los que así actúan.
ResponderEliminarSaludos rojos, camarada.
Muchas gracias por tu comentario,camarada.
ResponderEliminarSaludos rojos!