martes, 27 de febrero de 2018

¿Huelga por género? Un articulo del camarada Alonso.



¿Huelga por género?
Miguel Alonso

La propuesta de una huelga de las mujeres a nivel mundial, que parte de las movilizaciones de las mujeres polacas y argentinas (inspiradas en las italianas del 2015), para el próximo 8 de marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora ha tenido un amplio eco mediático y  plantea una serie de cuestiones que conviene analizar.
Por un lado está, la cuestión del carácter del Día de la Mujer trabajadora como jornada de lucha de las mujeres de la clase obrera o semi-proletarias y por otro, el intencionado afán de ciertos sectores del feminismo interclasista de apoderarse del mismo desde sus perspectivas de género.
Son muchas las causas que justifican la rebelión de las mujeres trabajadoras bien sean del sector industrial o de la economía informal o la domestica, pero tratar de meter en el mismo saco a las mujeres de la burguesía por el hecho de ser mujeres, borra el necesario deslinde de clase y es puro oportunismo que adultera el carácter del 8 de marzo.
Las mujeres proletarias deben enarbolar su propio programa, basado en la necesidad de un cambio revolucionario de la sociedad, codo a codo con los hombres, en plena igualdad, siguiendo el luminoso camino de las mujeres de la Comuna de París, de la Revolución Bolchevique,  la Revolución China, o actualmente de las mujeres combatientes en las guerras populares de la India, Filipinas o del Perú. Esto es, en torno a la destrucción del sistema económico imperialista que oprime a mujeres y hombres en todo el mundo. Una revolución que en lo cultural barra todo tipo de opresión o discriminación por sexo, rompiendo definitivamente con la práctica de la ideología burguesa, que se manifiesta como machismo o subordinación de un sexo sobre otro.
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se instituyo como una jornada internacional de lucha de las obreras explotadas en el mundo en el Congreso de Copenhague y esto no tiene nada que ver con las condiciones de vida de los círculos  feministas universitarios  y su discurso de la llamada perspectiva de género.
La lucha de clases es el factor que define y deslinda, a la hora de analizar estas convocatorias, por ello, todas las movilizaciones y huelgas que persigan objetivos de clase, deben de ser decididamente apoyadas y potenciadas, no así, las que, desde el interclasismo, pretenden monopolizar, con el discurso seudo radical del feminismo burgués, las movilizaciones para sus fines de manipular y apartar a las masas de mujeres, de la lucha revolucionaria, para sustituirla por una confusa guerra de sexos, olvidando que la opresión de la mujer se da en el marco definido de un modo de producción, que define tanto las relaciones de producción, como sociales y que porque por lo tanto, solo la destrucción de este marco, puede permitir el fin de la opresión y la liberación de la humanidad. 
Levantar en alto la bandera roja de las mujeres revolucionarias en el mundo, es la tarea que debe de impulsar la lucha este 8 de marzo.

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