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Paris, 24.11.18
Miles de personas han participado en todo el país galo en las manifestaciones de protesta convocadas por "los chalecos amarillos" en pueblos y ciudades como Lyon, Chartres o Rennes.
En la capital, se han producido graves enfrentamientos, entre los manifestantes y efectivos de las fuerzas represivas, que han convertido los Campos Elíseos en un campo de batalla en medio de gases lacrimógenos, bombas aturdidoras, camiones de agua, cargas policiales frente a bengalas, piedras y mobiliario, de las exclusivas terrazas parisinas convertidas en improvisadas barricadas así como en camiones incendiados.
Fuentes del Ministerio de Interior afirman que hay 130 detenidos y 18 heridos.
La prensa burguesa carga contra los manifestantes y los acusa de estar manipulados por Mari Le Pen, pero la realidad es que la radicalización del movimiento que pide ahora no solo la bajada de impuestos sino también la dimisión de Emmanuel Macron y que empieza a contar con el apoyo de importantes sectores de trabajadores como los del petróleo, que en plena negociación de su Convenio, se han puesto en huelga, esta llenando de pánico a la oligarquía parisina.
Desde medios gubernamentales se habla de manifestantes buenos y manifestantes malos, "subversivos" en un claro intento de dividir el movimiento popular de protesta, que incluso ha tratado de boicotear el Black Friday denunciando su consumismo.
Según entrevistas a manifestantes de Chris Den Hond y Patrick Hermensen de la agencia AP ;“Esto va a desatar una guerra civil y yo, como la mayoría de los otros ciudadanos, estamos listos”, dijo Benjamin Vrignaud, un manifestante de 21 años y residente de Chartres. “Nos lo quitan todo. Nos roban todo”, dijo Laura Cordonnier, de 21 años de París.
En la isla La Reunión, el gobierno Macron a desplegado el ejercito para contener la ira de los manifestantes y gran parte de la isla se encuentra bajo el toque de queda a partir de las 6:00 pm.
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