miércoles, 20 de marzo de 2019

A propósito del documento del PCE (r) “Que es el fascismo”. Un artículo del camarada Miguel Alonso.




A propósito del documento del PCE (r) “Que es el fascismo”.
Miguel Alonso

Unos camaradas me han enviado un documento del Partido Comunista de España (reconstituido) y quieren saber mi posición sobre el mismo. El documento pretende argumentar el carácter fascista del régimen del 78, posición, que es defendida por los seguidores del camarada Arenas.
Antes de entrar a tratar aspectos concretos del documento, señalar que esta cuestión tiene suma importancia para la determinación del carácter de la revolución en el Estado Español.  Si aceptamos esa tesis que defiende el PCE (r), previa a la revolución socialista, tendría que haber una fase de revolución democrática y un bloque de clases interesadas en la misma.
Esta tesis, fue ampliamente extendida en los partidos m-l,  por los supuestos maoístas del PCE (m-l)/FRAP o la ORT, durante los años finales de la dictadura fascista de Franco. 
La conocida fase “republicana” que fue barrida por los hechos, puesto que si exceptuamos el derecho a la autodeterminación de las nacionalidades históricas del E.E. incluida Las Canarias (es casi la única tarea no acometida por la fase democrática) fueron restaurados los derechos democráticos (burgueses) de libertad de prensa, derecho de asociación, tanto política como sindical, derecho de huelga y manifestación, reunión, aborto, Etc.
Fueron creados nuevos órganos legislativos, unas Cortes Constituyentes dieron origen a una Constitución, que aunque  confirmaba la restauración  borbónica de Franco, restablecia todos los demas derechos como base del régimen del 78. 
De hecho, las tareas de una supuesta revolución democrática, fueron acometidas con los límites del pasado fascista de muchos de los actores, la traición del P”C”E revisionista y el importante peso del estamento militar.
Siendo el Estado español un Estado plurinacional y de desarrollo desigual, es evidente que hay, tanto en las nacionalidades como en regiones, diferentes contradicciones o tareas pendientes, como ejemplo la reforma agraria en Andalucía, que si han formado históricamente parte de las revoluciones democráticas.
El Estado imperialista español se integró, como miembro de pleno derecho, en la entonces Comunidad Económica Europea y en la OTAN, desarrollando un régimen democrático burgués esencialmente bipartidista, que ha entrado en crisis en la actualidad.
La definición del carácter de la Revolución, es la clave para el análisis de las alianzas del proletariado con las diversas clases sociales.  Es definir con claridad los blancos y la línea política de una organización.
No pretendo ofender la memoria de los republicanos o la de la heroica guerra civil revolucionaria, pero es evidente, que en la actualidad, la tesis “republicana” solo puede servir para la contra-revolución (para evitar la revolución) como una maniobra de distracción del objetivo real de la misma, el Socialismo y la Dictadura del Proletariado, por lo que es preciso que los camaradas del PCE (r) hagan un análisis real y no persistan tercamente en este error.
Terco error, que parece orgullecer al autor de este documento, que no aporta ningún dato objetivo para afirmar el carácter fascista de la dictadura de la burguesía, a pesar de los argumentos de autoridad de George Dimitrov, adecuados para la situación política de la II Guerra Imperialista Mundial, por lo demás posteriormente cuestionados, por su deriva derechista.
Poner el acento en aspectos secundarios del aparato estatal (tribunal de orden publico/ audiencia nacional) es no ver el peso real de los cambios  en otros órdenes, que homologan al E.E. como una dictadura democrática de la burguesía, al igual que cualquier otra potencia imperialista de su entorno.
¿O acaso los camaradas del PCE (r) piensan que la Francia de Macron, o el Reino Unido, son más democráticos?
El documento trata de presentar a los EE.UU. como ejemplo de “democracia burguesa” frente al Estado de Derecho elaborado por los juristas alemanes, afirma:
La crisis de las instituciones típicas de la democracia burguesa, como el parlamento, va acompasada con todas esas nuevas teorías que pretenden liquidar el principio de soberanía e imponer el Estado de Derecho como el concepto más adecuado a los nuevos tiempos, esto es, al capital monopolista. La idea capital del Estado de Derecho es que el principio de soberanía no existe: no solamente no es el pueblo quien tiene la facultad de crear las normas legales, sino que, muy al contrario, el pueblo debe estar sometido a esas normas. O lo que es lo mismo: el verdadero soberano es el Derecho, no el pueblo. Esa es la idea central del Estado de Derecho. Sobra insistir que estamos en las antípodas de la democracia burguesa.
El documento no toma una posición correcta, puesto que aunque lo cita, ignora en la práctica, el carácter de dictadura de cualquier Estado, según afirma con claridad Karl Marx. Es una tesis ajena al mismo. En cualquier caso estaríamos ante dos tradiciones diferentes de la dictadura burguesa capitalista, siendo la anglosajona descentralizadora (Estado mínimo)y la prusiana la más centralizadora (Estado fuerte), pero ambas, repito, son formas de dictadura democrática de la burguesía, hoy en fase imperialista.
Los conceptos de Montesquieu, estaban pensados, no para la Soberanía del Pueblo sino como un equilibrio, dentro del nuevo Estado burgués triunfante, entendiendo la justicia como un arbitraje entre los intereses de las diversas fracciones de la burguesía o de acción punitiva contra la misma. Todo lo demás, es simple literatura de ficción con la que engañar a las clases oprimidas. Esto, es ver la cuestión desde el m-l-m, desde un punto de vista de clase, no como conceptos abstractos o jurídicos.
Es más, el documento afirma, citando a Dimitrov, que al capitalismo monopolista corresponde necesariamente la superestructura ideológica del fascismo. Según este análisis solo hubo democracia burguesa en la fase previa del capitalismo liberal, no monopolista. Un disparate que parece ignorar los crímenes de la burguesía contra la clase obrera, en este periodo. ¿Era acaso más democrático el trabajo infantil del siglo XIX?
¡Lean mejor a Engels!
Confundir el poder despótico burgués y su terrorismo de Estado, con el fascismo es un error, en el que algunas corrientes comunistas, cayeron, incluida la III Internacional, al apartarse del análisis marxista del fascismo histórico, para optar por la permanencia de la contradicción fascismo/democracia (burguesa) del periodo de la II guerra mundial imperialista.
El documento señala el terrorismo para-policial del GAL para apoyar la tesis del fascismo ¿pero acaso en Reino Unido no han llevado a cabo acciones semejantes los escuadrones del SAS? ¿Y qué podemos decir del hundimiento del Rainbow Warrior, por los servicios secretos franceses en 1985?
El fascismo es producto histórico de la contra-revolución, tanto en Italia como en Alemania, caracterizándose por su carácter totalitario y opresor (encuadramiento de la población y sus clases sociales en estamentos corporativos e ideológicos, fortalecimiento del estado policial y carencia de libertades básicas) cara a un proyecto expansionista e imperialista.
Hoy, asistimos a una banalización del uso del “fascismo” como adjetivo calificativo, producto en gran medida de las corrientes anarquistas en el movimiento anti-fa. Describiendo como “fascista” cualquier medida represiva del Estado burgués. Es una práctica errada y mucho más, para describir el modo actual de la dictadura burguesa en el Estado español.
Creo que estos apuntes pueden ayudar a una mejor comprensión de esta cuestión que, insisto, es crucial para definir las contradicciones y blancos de la Revolución en el Estado español.

Bibliografía consultada:
Carlos Trias. Qué son las organizaciones M-L.  Gaia Ciencia. 1976
Karl Marx y Frederick Engels. El Manifiesto Comunista. Ediciones en lenguas extranjeras. Pekín 1974.
Louis Althusser. Montesquieu, la política y la historia. Ciencia Nueva. Madrid. 1968
Maurice Duverger. Los Partidos Políticos. Fondo Cultura Económica México. 1957.

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