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París, 09.04.19
La presentación de los resultados del "Gran debate" gubernamental, es una bofetada en la cara del banquero presidente, puesto que no solo, pone en evidencia el descontento de la mayoría de los franceses y en particular de los trabajadores, sino que que el propio primer ministro Edouard Philippe se desmarca del lo que ha sido la linea política de Macron.
El primer ministro hizo un llamado a bajar de forma inmediata los impuestos, buscar un nuevo equilibrio entre las metrópolis y las provincias, basado en la fraternidad y recuperar la confianza de los ciudadanos; “Habría que estar completamente ciego para no ver la violencia de las palabras que usan los ciudadanos para referirse al Gobierno, los diputados o los funcionarios”, dijo.
El premier no hizo ninguna referencia al Impuesto sobre la fortuna (ISF) una de las reivindicaciones de los Chalecos Amarillos ni sobre la necesidad de un referéndum o sobre la violenta represión policial contra pacíficos manifestantes.
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