Relatos,
post-verdades y realidad objetiva.
Miguel
Alonso
En estos
días, que en el agónico régimen de la restauración borbónica, protagoniza el
esperpento de la formación de un gobierno, son reiterados los análisis del
“relato” de estos hechos, para sacar réditos electoralistas del mismo.
El RAE, en
su página on-line le adjudica dos acepciones, la 1ª como; Conocimiento que se da, generalmente detallado, de un hecho. La 2ª;
Narración, cuento.
Desde el
reaccionario discurso post-moderno existen múltiples relatos de un hecho y
todos validos.
Para los
marxistas-leninistas-maoísta, existe la realidad objetiva, que existe más allá
de la comprensión que tengamos de ella. La compresión de la misma, desde el método
del materialismo, es clara y diáfana, buscar la verdad en los hechos.
¿Relatos? ¿Cuentos
de la lechera? Admitamos que hay múltiples, pero todos y cada uno de ellos, tienen
el sello de la clase que lo cuenta.
¿Es lo mismo
de valido el cuento del torturador y del torturado?
¿Es lo mismo
el cuento del opresor y del oprimido?
¡Evidentemente,
no! Pero el hecho real, es que, en el primer caso, han torturado a una persona y ese hecho
objetivo, no lo puede borrar el “relato” del torturador ni las múltiples
explicaciones que la puedan justificar.
Negar la
realidad objetiva, es el vano afán del pensamiento mágico burgués, del nuevo solipsismo
post-moderno.
Así que,
volviendo al sainete gubernamental del Reino de España, el cuento, la narración
o la telenovela del gobiernito de Sánchez, no es más el “cuento” que oculta, los
hechos objetivos, de una lucha de camarillas en la oligarquía española y ¿Por
qué no? de las multinacionales y de los imperios en lucha.
Una vez más,
los pueblos del Estado español, no tienen más que perder que sus cadenas.
Si el "Defensor del pueblo" no es el pueblo mismo, entonces es un impostor. Evidentemente, hay muchos impostores.
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