miércoles, 21 de agosto de 2019

Sobre la cuestión nacional en el Estado español, refutando las tesis de los hotxistas de RC. Un artículo del camarada Miguel Alonso.



 
Sobre la cuestión nacional en el Estado español, refutando las tesis de los hotxistas de RC.
Miguel Alonso.


El imperialismo es la época de la opresión de las naciones del mundo entero, por un puñado de ‘grandes’ potencias, razón por la cual la lucha por la revolución socialista internacional contra el imperialismo es imposible sin el reconocimiento del derecho de las naciones a la autodeterminación. ‘Un pueblo que oprime a otros pueblos no puede ser libre’ (Marx y Engels). Un proletariado que acepte que su nación ejerza la menor violencia sobre otras naciones no puede ser socialista.”
Lenin

Esta cita del camarada Lenin, la hemos tomado del reciente documento de la revista De Acero del PML (rc) dedicado monográficamente a la cuestión nacional y al Estado español.

El texto, que tiene la virtud (negativa) de estar bien argumentado, desde lo formal, con citas de Marx, Lenin y Stalin, les lleva a concluir que el Estado español es una nación, cuestión esta, que afirman ha sido ocultada, históricamente, por los revisionistas carrillistas del P”C”E.
La Cuestión Nacional, es sin duda, una de las tareas pendientes de la revolución democrática-burguesa en el Estado español y su solución, postergada o reprimida, no ha impedido, su reiterada aparición en escena.
RC en su documento reivindica el derecho a la autodeterminación de los pueblos, pero toma posición contra la independencia de los mismos, aduciendo que son movimientos hegemonizados por la burguesía de esos pueblos. Y es cierto, camaradas, que están dirigidos por la burguesía, al menos en Catalunya y Euskal Herria y por la pequeña burguesía en el caso de Galiza. También es cierto que la “nación española” es un estado burgués coronado por Franco y que su crisis y su ruptura solo pueden beneficiar a la revolución proletaria, de forma objetiva.
La posición de los comunistas es, aprovechando la crisis del Estado burgués, hacer la revolución. Algo que hicieron Lenin o Mao. No nos imaginamos a Lenin, como un social-patriota, defendiendo la unidad del imperio ruso. Y Mao Tse-tung, el artífice del Frente Único anti-japonés, no abandonó la senda de la revolución de Nueva Democracia por el patriotismo de “Gran Han” de la burguesía reaccionaria del Kuomintang.
El análisis concreto de la situación concreta nos indica que la ruptura del actual estado español, puede representar un avance importante de las fuerzas revolucionarias y que cualquier proyecto de unidad de las naciones ibéricas tendrá que ser desde estados soberanos.
Los comunistas trabajaremos siempre por la unidad del proletariado pero  también desde la máxima “ningún pueblo que oprime a otro, puede ser libre”. El internacionalismo proletario se basa en la unidad de la clase y el respeto a los pueblos y naciones que conforman el mundo.
Es correcto el recelo ante la dirección burguesa de los movimientos de liberación nacional, ya que esta dirección, suele traficar con los legítimos sentimientos del pueblo, para traicionar la lucha, si esta pone en peligro la hegemonía de la burguesía o a la fracción de la misma que representan.
Así vemos hoy a los partidos burgueses catalanes retroceder frente a la declaración de independencia o como en su mayoría escapan al “exilio” incluida la radical Anna Gabriel de las CUP.
El proletariado y su Partido son los únicos capaces, por medios revolucionarios, de llevar a cabo esta tarea de la revolución democrática, hoy íntimamente unida a la lucha revolucionaria  por el Socialismo.
El problema del dogmato-revisionismo es su incapacidad para ver los hechos. Anclados en su defensa de una nación española, la de la 2ª República o del periodo de la Guerra Civil Revolucionaria. Cuyo balance se basa en la línea derechista de negar y ocultar la revolución, por una supuesta “guerra de independencia” frente a la agresión nazi-fascista dándose así la mano, con los renegados liquidadores del P”C”E.
Otro problema que no analizan, solo plantean la formula de Lenin “un estado, un partido” como un deber para organizarse los comunistas.
El análisis concreto de la situación concreta, el análisis de las contradicciones, no se basa en formulas rituales, esa es la concepción dogmatica que convierte en letra muerta el marxismo.
Lenin y Mao que analizaron la situación en sus países, consideraron la formula “1Estado1Partido” como la necesaria para el proceso revolucionario en Rusia y China.
Mas será, la III IC quien lo convierta en formula obligatoria, durante un largo periodo, hasta que esta, sea puesta en cuestión, con la admisión del Partido Socialista Unificado de Catalunya (PSUC) en 1939.
La práctica de la forma obligatoria de la III comunista internacional nos llevo a ver, como el PC francés pretendía ser dirigente de las revoluciones en el imperio colonial o imponer formulas como el Partido Comunista de Indochina a pueblos tan diferentes como el de Kampuchea, Vietnam o Laos. Lo que permitió que los vietnamitas hegemonizaran el éxito en la guerra contra Francia, en detrimento de Kampuchea o de Laos, en las conversaciones de Ginebra. Por no citar el caso de Argelia, que en su empeño de “legitimidad comunista”, dejo en manos del FLN la dirección del proceso revolucionario. Algo semejante a lo que ocurrió en las colonias africanas de Portugal.

De esas experiencias negativas, debemos de sacar lecciones y aprender. Dando por sentado que los comunistas deben dirigir los procesos de liberación nacional, partiendo de su propio Partido. Es por esto, que defendemos la creación de partidos propios en las nacionalidades. Partidos comunistas, de nuevo tipo, coordinados  con los otros del territorio que conforma el Estado burgués.

Esto lo aplica, hoy, el gran Partido Comunista de la India (maoísta) en el caso de Manipur, colaborando codo con codo con los camaradas del Partido Comunista maoísta de Manipur, no como un “partido padre” sino en plena igualdad entre camaradas.

Así vemos, como urgente, la necesidad para el proletariado en las nacionalidades en el Estado español Euskadi, Galiza, Catalunya  la construcción de sus propios partidos comunistas, partidos de nuevo tipo, armados con el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo y cuya aplicación de forma creativa, a las condiciones concretas de cada proceso revolucionario, es la clave y no defender el falso patriotismo reaccionario del Estado imperialista burgués.

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