domingo, 10 de noviembre de 2019

FRANCIA: Celebrada en todo el país, la 52 jornada de lucha de los chalecos amarillos.

‘Chalecos amarillos’: un año de lucha y un año con cifras de represión nunca conocidas en Francia.


 
Desde el inicio del movimiento de los “chalecos amarillos” hace un año, más de 3.100 personas han sido condenadas por los tribunales franceses por ejercer su derecho a manifestarse. Casi 400 de ellos han sido condenados a penas de prisión. A medida que se acerca el primer aniversario del movimiento, el 17 de noviembre del año pasado, Le Monde muestra un rostro sombrío de lo que califica como “excesos” y “repetidos enfrentamientos” entre manifestantes y policías.
El diario revisa las cifras de la represión, subrayando que se trata sólo de una “evaluación provisional” para el período comprendido entre el 17 de noviembre de 2018 y el 31 de junio de este año.
El número de condenas supera las 3.100, lo que constituye “un récord para un movimiento social”, señala Le Monde. De estas 3.100 personas condenadas, unas 400 fueron condenadas a penas de prisión, y otras 600 a penas de prisión con condicional.
“Las penas impuestas oscilan, por término medio, entre unos meses y tres años de prisión, con o sin suspensión”, escriben. Más de 10.000 personas fueron “detenidas e interrogadas en toda Francia durante los más intensos siete meses de manifestaciones”, aseguran.
Hubo casi 2.200 casos de detención policial sin que se adoptaran nuevas medidas y 2.400 casos fueron objeto de medidas alternativas al enjuiciamiento. Se iniciaron procedimientos judiciales contra 5.300 personas, de las cuales 2.100 fueron juzgadas en comparecencia inmediata y otras 2.000 recibieron una citación judicial para comparecer en el juicio en una fecha posterior. Los jueces de menores tuvieron que intervenir en 410 detenciones y 620 acusados prefirieron declararse culpables para reducir su condena.
Los jueces han trabajado “con relativa rapidez en los casos de manifestantes”, mientras que los casos de violencia en los que están implicados los policías son mucho más lentos.
La brecha alimenta parte del “resentimiento de algunos activistas”, dice Le Monde, que señala también que hasta ahora sólo dos policías han sido llevados ante un tribunal penal de París.

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