“Decidir una vez cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el parlamento: he aquí la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, no sólo en las monarquías constitucionales parlamentarias, sino también en las repúblicas más democráticas”.
El estado y la revolución.
V. I. Lenin
Las elecciones burguesas en México, como en todos los países oprimidos, son una farsa.
Simplemente pensar en la posibilidad de un ejercicio democrático desde la superestructura del viejo estado, es creer ingenuamente que existen condiciones para desarrollar “libremente” la democracia en medio de una sociedad decadente y anquilosada, donde el capitalismo burocrático es la expresión misma del no-desarrollo, precisamente porque se encuentra sujeto a la semifeudalidad (las relaciones de servidumbre que subsisten desde el campo hasta las grandes ciudades) y la semicolonialidad (determinada por esa soberanía “formal” de nuestro país, enteramente dependiente al imperialismo, principalmente yanqui).
Es claro, así como jamás habrá de desarrollarse “libremente” el capitalismo en nuestro país, tampoco jamás se desarrollarán “elecciones limpias, transparentes y democráticas”, aunque quien diga gobernar hoy desde un programa demoliberal-burgués se autoproclame “progresista”.
En medio de esta realidad, el llamado a No Votar desde la izquierda democrática-revolucionaria constituye un aliento que vigoriza y refresca las luchas justas de la clase obrera y el pueblo pobre en la indeclinable marcha por su liberación y la de nuestra patria.
http://solrojista.blogspot.com/2021/06/mexico-el-llamado-no-votar-desde-la.html
El estado y la revolución.
V. I. Lenin
Las elecciones burguesas en México, como en todos los países oprimidos, son una farsa.
Simplemente pensar en la posibilidad de un ejercicio democrático desde la superestructura del viejo estado, es creer ingenuamente que existen condiciones para desarrollar “libremente” la democracia en medio de una sociedad decadente y anquilosada, donde el capitalismo burocrático es la expresión misma del no-desarrollo, precisamente porque se encuentra sujeto a la semifeudalidad (las relaciones de servidumbre que subsisten desde el campo hasta las grandes ciudades) y la semicolonialidad (determinada por esa soberanía “formal” de nuestro país, enteramente dependiente al imperialismo, principalmente yanqui).
Es claro, así como jamás habrá de desarrollarse “libremente” el capitalismo en nuestro país, tampoco jamás se desarrollarán “elecciones limpias, transparentes y democráticas”, aunque quien diga gobernar hoy desde un programa demoliberal-burgués se autoproclame “progresista”.
En medio de esta realidad, el llamado a No Votar desde la izquierda democrática-revolucionaria constituye un aliento que vigoriza y refresca las luchas justas de la clase obrera y el pueblo pobre en la indeclinable marcha por su liberación y la de nuestra patria.
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