lunes, 24 de enero de 2022

MÉXICO: Guerrero, entre el vacío de poder y la lucha del pueblo (Periodico El Mural)

 

La violencia narco-paramilitar en el estado de Guerrero no es nueva ni mucho menos poco denunciada. Carlos Montemayor narra su crudeza en su novela titulada “Guerra en el paraíso” [1], donde dibuja el escenario de miseria y represión que da origen a la guerrilla del Partido de los Pobres y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, que dirigida por el Profesor Lucio Cabañas Barrientos intentó transformar la oscura realidad, precisamente combatiendo fuego contra fuego.

Esta violencia estructural que se sostiene en férreos cacicazgos por el control de la tierra y los recursos naturales, asentándose desde siempre en el latifundio, un brutal régimen de servidumbre y la siembra obligada de enervantes -sea por razones económicas o por la violencia del narco- se ha visto recrudecida desde los años de la guerra sucia en México cuando el viejo Estado no solamente entendió los beneficios de “tolerar” a los grupos delincuenciales, sino que además los organizó, pertrechó y adiestró para cumplir labores contrainsurgentes para hacer el trabajo sucio.

Hoy la espiral de violencia narco-paramilitar tiene niveles desbordantes, generándose situaciones que hacen evidente el control económico y político de la delincuencia organizada sobre vastas zonas del territorio guerrerense donde no hay más poder que el del narco, siendo entonces una extensión del viejo Estado, incómoda solamente en lo mediático, pero útil en todos los sentidos para mantener sometida a una población con amplia tradición de lucha revolucionaria.

Un artículo recientemente publicado por la organización Tlanchinollan [2] nos da una instantánea del tema, precisamente en un momento en que Morena alista sus baterías rumbo a las elecciones presidenciales del 2024 haciendo del estado de Guerrero y su gubernatura uno de sus principales bastiones.

En el texto se denuncia que… “con el nuevo gobierno de Evelin Salgado, la violencia se ha extendido en las 7 regiones del estado. Hay un despliegue inusitado de los grupos criminales que desafían a las corporaciones policiacas y a la misma guardia nacional, que sigue desdibujada y replegada. Las disputas territoriales se han recrudecido ante la titubeante administración de la nueva gobernadora. Esta coyuntura política ha sido aprovechada por los grupos de la delincuencia organizada, para afianzar su poder y supeditar a las mismas autoridades municipales a su lógica delincuencial. Mientras tanto los mandos policiacos y militares se han concentrado en las zonas turísticas, para blindar a los paseantes, dejando como siempre en estado de indefensión a las familias pobres de la entidad que son víctimas de la paz impuesta por los grupos criminales”.

Efectivamente, son varios los grupos de la delincuencia organizada quienes han venido sembrando el terror entre la población, recurriendo incluso a prácticas como el trabajo esclavo y la leva, atomizando y fragmentando el territorio de los pueblos en una especie de simulacro para la balcanización que amenaza a México. Algo así como la archireaccionarización del latifundio a partir de su control sobre la tenencia de la tierra y su poder de fuego, obligando a la gran burguesía a pactar con este para mejorar los dividendos tras la opresión del pueblo y explotación de sus recursos naturales ante los enormes intereses imperialistas que se identifican en territorio guerrerense, más allá del turismo [3].

Ante esta situación, la lucha ejemplar de diversas comunidades en resistencia apoyadas en sus sistemas normativos internos y orientadas por sus asambleas comunitarias, arroja chispazos de luz sobre la direccionalidad que debe tomar la organización y la lucha campesina e indígena, esto es: la autodefensa armada del pueblo, la cual necesita ser desarrollada correctamente, en los términos que mencionamos meses atrás… “esto nos impone la tarea de elevar las formas de organización comunitaria (como la vida asamblearia de las resistencias y sus autodefensas) hacia formas superiores que trasciendan los ejercicios de poder popular para el establecimiento de un Nuevo Poder” [4].

Esto significa que de la contradicción imperante ante el aparente vacío de poder en estos territorios, el pueblo en lucha debe transformar los ejercicios de autodeterminación en ejercicios de Nuevo Poder, recuperando sus territorios y llevando a cabo el programa de la Revolución de Nueva Democracia, acabando con el latifundio en todas sus expresiones y desterrando al aparato legal e ilegal del viejo Estado. El pueblo en lucha no puede permitirse olvidar la tesis que dicta “el poder nace del fusil”.

La desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa ocurrida en septiembre de 2014, sumada a miles de desapariciones más, las ejecuciones, los desplazamientos internos, entre un innumerable listado de agravios cometidos contra el pueblo llevan a la conclusión más lógica ¡La Rebelión se Justifica!

Notas:

  1. Guerra en el paraíso. Carlos Montemayor. Editorial Debolsillo. México, 2016.
  2. La Paz de los grupos criminales. Abel Barrera Hernández. La Jornada, 27/12/2021. https://www.jornada.com.mx/notas/2021/12/27/politica/la-paz-de-los-grupos-criminales/
  3. La lucha del Pueblo Me’Phaa por ser territorio libre de minería. PBI, México. https://pbi-mexico.org/es/news/2018-11/la-lucha-del-pueblo-me%E2%80%99phaa-por-ser-territorio-libre-de-miner%C3%ADa
  4. El peligro de la balcanización y el papel de la autodefensa armada del pueblo. Periódico Mural, prensa popular y democrática. Año 1, Número 16, agosto de 2021. https://muralperiodico.files.wordpress.com/2021/08/pm16.pdf

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