Un articulo del servicio noticioso de UMQG.
Elecciones de Nepal:
Expectativas de un cambio profundo por las nubes
14 de abril de 2008. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. El 10 de abril se celebraron elecciones en Nepal por primera vez en nueve años. Todavía no hay resultados finales, pero parece que el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) [PCN (M)] va muy bien con una buena posibilidad de obtener una mayoría de la Asamblea Constituyente (AC). En muchas partes del país, hay un gran júbilo popular sobre el triunfo del PCN (M), pues la población espera que el triunfo abra las puertas a un “nuevo Nepal” y a una salida de la opresión y pobreza. Los electores rechazaron claramente a los principales partidos políticos de las clases dominantes del país, sobre todo el Partido del Congreso Nepalés [PCN] que encabezó la mayoría de los gobiernos que combatieron sanguinariamente contra la guerra popular en ese país, y el Partido Comunista de Nepal (Unido Marxista-Leninista) [UML], que pese a su nombre desde hace muchísimo abandonó al comunismo y que también colaboró en la lucha contra la revolución. Las poquísimas fuerzas que apoyan abiertamente la continuación de la monarquía recibieron poquísimos votos.
La Asamblea Constituyente tiene la encomienda de redactar una nueva constitución para una república, y se espera que el proceso dure uno o dos años.
Éstas no son unas elecciones comunes y corrientes. Por diez años, a partir de 1996, el PCN (M) libró una guerra popular centrada en el campo del país cuyo objetivo era llevar a cabo una revolución de nueva democracia y liberar al país del imperialismo, del feudalismo y del capitalismo burocrático.
Hace dos años un enorme movimiento popular recorrió las zonas urbanas del país y obligó al muy odiado rey Gyanendra a ceder el poder absoluto y convocar de nuevo al parlamento en el cual se cooptó una representación significativa del PCN (M).
Los observadores internacionales de muchos países, como el ex presidente yanqui Jimmy Carter e Ian Martin, el jefe de la misión de la ONU en Nepal, alabaron profusamente el proceso electoral; específicamente, dijeron que eran más “pacíficas” de lo esperado. Las primeras reacciones de la “comunidad internacional” las describieron como el fin definitivo de la guerra popular. Todavía no queda claro cómo reaccionarán a un resonante triunfo electoral del PCN (M).
En el período antes de las elecciones y el propio día de las mismas hubo muchos asesinatos, casi en su mayoría de los maoístas y sus partidarios. El incidente más indignante ocurrió en Dang en el oeste del país: la policía mató a siete partidarios maoístas no armados e hirió a 25 más. (Véase el artículo acompañante.)
Ahora la duda de todo mundo es cuál será el siguiente paso. Los acuerdos preelectorales estipulan la formación de un gobierno conjunto de los tres principales partidos políticos del país: el PCN (M), el PCN y el UML. Ahora se espera que el PCN (M), que ha tenido un papel menor en el actual gobierno, tenga un papel dirigente en el nuevo gobierno que se formaría después de las elecciones de la Asamblea Constituyente.
Se formará un nuevo gobierno pero la duda fundamental en el país no es cuáles partidos estarán en el gobierno sino qué naturaleza tendrá el nuevo poder estatal. Como señaló el artículo anterior del SNUMQG (11 de febrero de 2008), la cuestión principal en el país después de diez años de guerra popular es qué gobierno se consolidará a nivel nacional. El viejo Estado ha estado luchando por proteger los intereses de las clases explotadoras y asegurar la subordinación de Nepal al imperialismo extranjero y a la India. ¿En el poder de quién descansará el Estado nepalés que resulte del proceso de la Asamblea Constituyente? ¿Qué futuro les deparará al Ejército de Nepal y la policía militar que no han hecho sino perseguir y matar a los revolucionarios y violar, sembrar terror y robar a las masas? ¿Qué pasará con el Ejército Popular de Liberación [EPL] que se granjeó el respeto y amor de los campesinos pobres que representan la mayoría de la población? ¿Será Nepal una base de apoyo de la revolución mundial o seguirá atrapado en la telaraña de dominación imperialista y extranjera?
Es casi seguro que el rey quedará fuera, pero ¿estará libre del feudalismo que el rey representaba el Estado que resulte del proceso de la Asamblea Constituyente? Durante la guerra popular, el sistema de castas con su horrorosa práctica de “intocabilidad” y otros atropellos sufrió fuertes embates en las zonas donde el EPL tenía el poder. Ocurrió lo mismo en el caso de los matrimonios de niñas, golpizas a esposas y otras prácticas antimujer. ¿El proceso de la Asamblea Constituyente podrá institucionalizar éstos y muchos otros avances por todo el país?
En el campo, la revolución estableció un nuevo sistema de “tribunales populares” que hizo cumplir el orden revolucionario y se había establecido otra clase de poder político. ¿Tendrán estas instituciones un lugar en el nuevo gobierno? ¿Qué papel tendrá el sistema de tribunales y la burocracia del gobierno que servían al viejo Estado?
Es obvio que existen poderosas fuerzas, y sobre todo las potencias imperialistas y las clases dominantes indias y los explotadores en el propio Nepal, que estarán haciendo todo a su alcance para asegurar que no se dé ninguna auténtica revolución en Nepal.
Durante los diez años de la guerra popular, el PCN (M) llamaba a repartir las “tierras a quienes las trabajan” y a destruir de fondo el reaccionario sistema encabezado por el rey, que mantenía explotados y empobrecidos a la clase obrera y al campesinado e imponía toda clase de opresión medieval sobre las mujeres, las minorías nacionales y las castas oprimidas. Las masas del país han estado demandado una transformació n revolucionarí a, y por eso, entre otras razones, el PCN (M) logró un abrumador triunfo electoral. Se manifiesta de manera vívida el ardiente deseo de un “nuevo Nepal” en los exuberantes rostros de miles de jóvenes y otra gente que han estado tomándose las calles por todo el país en largos mítines de celebración. Como muchas personas quienes por años eran los representantes abiertos del viejo Estado han renunciado humilladas, las expectativas de un cambio profundo están por las nubes.
La cuestión más importante es cuál clase de sistema social representará y ejercerá la nueva república de Nepal. En Nepal y en el mundo los partidarios y amigos de la revolución estarán observando de cerca en las semanas y meses por venir a medida que se vaya formando la nueva República.
Los observadores internacionales de muchos países, como el ex presidente yanqui Jimmy Carter e Ian Martin, el jefe de la misión de la ONU en Nepal, alabaron profusamente el proceso electoral; específicamente, dijeron que eran más “pacíficas” de lo esperado. Las primeras reacciones de la “comunidad internacional” las describieron como el fin definitivo de la guerra popular. Todavía no queda claro cómo reaccionarán a un resonante triunfo electoral del PCN (M).
En el período antes de las elecciones y el propio día de las mismas hubo muchos asesinatos, casi en su mayoría de los maoístas y sus partidarios. El incidente más indignante ocurrió en Dang en el oeste del país: la policía mató a siete partidarios maoístas no armados e hirió a 25 más. (Véase el artículo acompañante.)
Ahora la duda de todo mundo es cuál será el siguiente paso. Los acuerdos preelectorales estipulan la formación de un gobierno conjunto de los tres principales partidos políticos del país: el PCN (M), el PCN y el UML. Ahora se espera que el PCN (M), que ha tenido un papel menor en el actual gobierno, tenga un papel dirigente en el nuevo gobierno que se formaría después de las elecciones de la Asamblea Constituyente.
Se formará un nuevo gobierno pero la duda fundamental en el país no es cuáles partidos estarán en el gobierno sino qué naturaleza tendrá el nuevo poder estatal. Como señaló el artículo anterior del SNUMQG (11 de febrero de 2008), la cuestión principal en el país después de diez años de guerra popular es qué gobierno se consolidará a nivel nacional. El viejo Estado ha estado luchando por proteger los intereses de las clases explotadoras y asegurar la subordinación de Nepal al imperialismo extranjero y a la India. ¿En el poder de quién descansará el Estado nepalés que resulte del proceso de la Asamblea Constituyente? ¿Qué futuro les deparará al Ejército de Nepal y la policía militar que no han hecho sino perseguir y matar a los revolucionarios y violar, sembrar terror y robar a las masas? ¿Qué pasará con el Ejército Popular de Liberación [EPL] que se granjeó el respeto y amor de los campesinos pobres que representan la mayoría de la población? ¿Será Nepal una base de apoyo de la revolución mundial o seguirá atrapado en la telaraña de dominación imperialista y extranjera?
Es casi seguro que el rey quedará fuera, pero ¿estará libre del feudalismo que el rey representaba el Estado que resulte del proceso de la Asamblea Constituyente? Durante la guerra popular, el sistema de castas con su horrorosa práctica de “intocabilidad” y otros atropellos sufrió fuertes embates en las zonas donde el EPL tenía el poder. Ocurrió lo mismo en el caso de los matrimonios de niñas, golpizas a esposas y otras prácticas antimujer. ¿El proceso de la Asamblea Constituyente podrá institucionalizar éstos y muchos otros avances por todo el país?
En el campo, la revolución estableció un nuevo sistema de “tribunales populares” que hizo cumplir el orden revolucionario y se había establecido otra clase de poder político. ¿Tendrán estas instituciones un lugar en el nuevo gobierno? ¿Qué papel tendrá el sistema de tribunales y la burocracia del gobierno que servían al viejo Estado?
Es obvio que existen poderosas fuerzas, y sobre todo las potencias imperialistas y las clases dominantes indias y los explotadores en el propio Nepal, que estarán haciendo todo a su alcance para asegurar que no se dé ninguna auténtica revolución en Nepal.
Durante los diez años de la guerra popular, el PCN (M) llamaba a repartir las “tierras a quienes las trabajan” y a destruir de fondo el reaccionario sistema encabezado por el rey, que mantenía explotados y empobrecidos a la clase obrera y al campesinado e imponía toda clase de opresión medieval sobre las mujeres, las minorías nacionales y las castas oprimidas. Las masas del país han estado demandado una transformació n revolucionarí a, y por eso, entre otras razones, el PCN (M) logró un abrumador triunfo electoral. Se manifiesta de manera vívida el ardiente deseo de un “nuevo Nepal” en los exuberantes rostros de miles de jóvenes y otra gente que han estado tomándose las calles por todo el país en largos mítines de celebración. Como muchas personas quienes por años eran los representantes abiertos del viejo Estado han renunciado humilladas, las expectativas de un cambio profundo están por las nubes.
La cuestión más importante es cuál clase de sistema social representará y ejercerá la nueva república de Nepal. En Nepal y en el mundo los partidarios y amigos de la revolución estarán observando de cerca en las semanas y meses por venir a medida que se vaya formando la nueva República.
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