miércoles, 23 de noviembre de 2016

La emergencia “humanitaria” en Siria. Un articulo del camarada M. Alonso.



 La foto corresponde a un niño kurdo herido en un bombardeo turco.

La emergencia “humanitaria” en Siria.
Miguel Alonso

Los mass media de la burguesía inundan las páginas de los periódicos y los informativos televisivos, de noticias sobre el sufrimiento de los civiles, particularmente de los niños, atrapados en zonas de combate en la ciudad Alepo y otras ciudades.

Todo tipo de organismos gubernamentales y ONGs claman por el fin conflicto. 
Hasta aquí todo muy razonable, si no fuera un cínico ejercicio de hipocresía impulsado por las potencias occidentales para crear opinión pública favorable a una posible intervención directa (indirecta ya existe) de las mismas en una guerra provocada por sus agentes.

Y todo el vocerío se incrementa ante el avance victorioso del ejército sirio, en todos los frentes, aplastando a las bandas ultra-religiosas y mercenarias alimentadas con el dinero y las armas de la coalición de EE.UU. OTAN, Turquía, Arabia Saudita, Catar y por supuesto el estado sionista de Israel, cuyo objetivo es la destrucción del Estado sirio.

Las mismas voces, que apenas susurran para protestar por los crímenes sauditas en Yemen, en el que cientos de niños han muerto bajo las bombas que suministran los países de la OTAN al siniestro reino feudal o por los asesinatos y atropellos de los niños palestinos por el estado racista de Israel.

En Siria, cientos de miles de personas han muerto, han resultado heridas y sus hogares han sido destruidos, junto a las infraestructuras económicas de este país árabe, para lograr imponer el objetivo estratégico de la destrucción total del Estado sirio, en el marco del llamado Medio Oriente ampliado, eufemismo que oculta el saqueo de las riquezas petroleras y un “nuevo” reparto imperialista en la región.

A todo ello se han opuesto, de forma activa, dos superpotencias imperialistas, Rusia y China, y una potencia regional, Irán, no por motivos altruistas o de solidaridad, sino para mantener sus posiciones e incluso ampliar sus zonas de influencia. Su apoyo, al gobierno sirio, ha reforzado militarmente al mismo, permitiéndole recuperar la iniciativa en todos los frentes.

Es el pueblo sirio, árabe y kurdo, como siempre, el que pone su sangre en este conflicto inter-imperialista, mientras la ONU y su “representante” para la zona, Staffan de Mistura, no ocultan su temor a una victoria del gobierno de El Asad sobre las bandas integristas. En unas declaraciones los pasados días al periódico The Guardian este personaje amenaza sutilmente con que; " Si los esfuerzos se centran en lograr una victoria militar solo se conseguirá una victoria pírrica seguida de una guerra de guerrillas que será larga, de baja intensidad y que causará mucho dolor ya que los sirios seguirán muriendo". Revelando claramente el objetivo real de la mediación de la ONU, que es imponer en Siria un régimen pro-sionista y pro-occidental.

En el norte, en la zona de la Rojava, aumenta día a día la presencia de efectivos y asesores de las potencias imperialistas (EE.UU. Reino Unido y Francia) que dicen apoyar a los kurdos y a sus milicias. Conviene no olvidar cuan interesado es este apoyo, que convierte (objetivamente, al margen de sus intenciones) a los efectivos de estas milicias, cercanas al PKK, en las botas en el terreno de los imperialistas. Las mismas potencias que, frente a la agresión turca en territorio sirio, se han negado expulsar a los fascistas de Ankara a sus fronteras.
El juego oportunista de los seguidores de Öcalan en la Rojava  y sus alianzas con los autores, indirectos y directos, de esta matanza, puede comprometer seriamente el futuro y la independencia de un proceso revolucionario en la zona.

Por esto, en occidente, las portadas de los informativos (des-informativos seria más preciso) se llenan de imágenes de niños y niñas ensangrentados achacándole la culpa al gobierno sirio, nunca a los terroristas y mercenarios que impiden su evacuación para utilizarlos como frágiles escudos humanos.

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