El concepto de pueblo en Mao Tse Tung.
Entre las diferentes derivaciones que para los intereses de la actualidad puede tener el concepto “pueblo” uno no menor ha sido la identificación entre “nación” y “pueblo” como justificación democrática al acceso al derecho de autodeterminación. Este concepto ha de ser esclarecido a la luz del método de análisis dialéctico que nos porporciona el marxismo-leninismo. Fueron los fundadores del marxismo los que expresaron este principio fundamental aplicado al estudio de las ciencias naturales. Lenin volvió en todos sus trabajos a este principio fundamental, lo mismo que Stalin que reforzó los principios dialécticos aplicados al estudio del materialismo histórico y dialéctico. Este esfuerzo por popularizar los conceptos fundamentales de la doctrina marxista-leninista también encontraron en Mao Tse Tung a un gran impulsor. Obras como “sobre la práctica y la contradicción” de 1937 o “sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo” de 1957 son un claro ejemplo.Aunque con estas obras Mao Tse Tung pretendía ilustrar los principios filosoficos de la magna obra de transformación revolucionaria que emprendían los revolucionarios chinos, su alcance tenía un pretendido valor universal por la importancia de las cuestiones allí tratadas. En la obra “sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo” Mao se centró en dos tipos de contradicciones que posteriormente puso en relación con el método de análisis de la dialéctica marxista:“contradicciones entre nosotros y nuestros enemigos y contradicciones en el seno del pueblo. Estos dos tipos de contradicciones son de naturaleza absolutamente diferente”.
Precisando la implicación concreta de la naturaleza política de estas dos contradicciones Mao expresó un significado para el concepto “pueblo” como algo sobredeterminado históricamente y que no puede ser confundido con los límites de clase. Por decirlo más claramente Mao precisa el significado pueblo en relación a las condiciones particulares históricas de la lucha de clases: “El concepto “pueblo” tiene diferente contenido en los diversos países y en los distintos períodos de la historia de cada país. Examinemos, por ejemplo, la situación en China. Durante la Guerra de Resistencia contra el Japón, el pueblo lo integraban todas las clases, las capas y los grupos sociales que se oponían al Japón;mientras que los imperialistas nipones, los chinos colaboracionistas y los elementos pro japoneses eran los enemigos del pueblo. En el período de la Guerra de Liberación, los enemigos del pueblo fueron los imperialistas norteamericanos y sus lacayos -la burguesía burocrática y los terratenientes, así como,los reaccionarios del Kuomintang que representaban a estas clases, el pueblo lo constituían todas las clases , capas y grupos sociales que aprueban y apoyan la edificación del socialismo y participan en ella. Los enemigos del pueblo son todas las fuerzas y grupos sociales que oponen resistencia a la revolución socialista que se muestran hostiles a la edificación socialista y la sabotean”.
Nos ha parecido importante introducir esta larga cita de Mao pues de ella se pueden extraer diversas conclusiones de suma importancia política. La primera y ya lo señalábamos antes es como la significación de pueblo no tiene un límite de clase asignado más allá de las condiciones cambiantes del marco general de la lucha de clases y por precisar más este enunciado de la lucha por el socialismo.
La segunda es como este concepto amplio de pueblo abarcaba a las diferentes clases y capas de la población que se oponían al imperialismo y apoyaban la construcción del socialismo. Estamos lejos por tanto del maniqueismo mecanicista que tanto abunda en el complejo espacio marxista-leninista en reconstrucción para el Estado Español. Ha sido recurrente el aplicar al análisis político categorías marxistas preconcebidas desde un oportunismo dogmático de izquierdas más que desde la propia dialéctica marxista. Este hecho empobrecimiento teórico y político del marxismo ha propiciado en buena medida la creciente desconexión política con la realidad del hecho nacional en el Estado Español por buena parte de los destacamentos de reconstrucción marxista-leninista, substituyendo la correcta identificación de las contradicciones por un maniqueísmo estructurado en dos polos sin más relación que las de servidumbre/manipulación.
Este craso error de principios tiene su origen principal en haber dejado de lado el principio del estudio dialéctico de las contradicciones. Cualquier realidad, del tipo que sea, en cualquier momento que se dé e independientemente de la naturaleza sociual del mismo encierra una o varias contradicciones. Cada contradicción exige ser resuleta o rebasada en relación a las nuevas contradicciones que esta alberga. El supuesto antagonismo que se quiere aplicar en relación al hecho nacional en el Estado Español contradice este principio fundamental de análisis marxista. Como doctrina viva y para la acción el marxismo tiene que ser usado en relación al uso y perfeccionamiento de la crítica y la autocrítica. Este método és el único que permite establecer la relación causal final y si las contradicciones sujetas a estudio són antagónicas o no.
Así las contradicciones en el seno del pueblo se dan cuando una mayoría social se enfrenta a su propio desarrollo dialéctico con la realidad que pretende transformar en detrimento de unos intereses opuestos. Son las condiciones históricas y sociales las que definen el curso de los acontecimientos que son en último término los que deciden el carácter antagónico o no de los mismos.
Así para Mao: “La filosofia marxista sostiene que la ley de la unidad de los contrarios es una ley básica del universo. Esta ley que rige por doquier, en la naturaleza, en la sociedad humana y en la mente del hombre. Los contrarios, en una contradicción, forman una nueva unidad a la vez que luchan entres sí, lo cual impulsa el movimiento y cambio de todas las cosas. Contradicciones existen en todas partes, pero su carácter es diferente según sea el carácter de las cosas. En cada cosa conreta, la unidad de los contrarios es condicional, temporal y transitoria y por eso realtiva;mientras que la lucha de los contrarios es absoluta.” La aplicación de la dialcética al estudio de las contradicciones para conseguir su justa resolución fue lo que permitió a los marxistas chinos con Mao Tse Tung a la cabeza plantear un programa politico que les permitiera luchar tanto con las desviaciones de izquierda que abogaban por golpear indiscriminadamente a todos aquellos elementos burgueses (reales o no) y contrarios al socialismo mediante golpes implacables y a la vez contra la desviación de derecha que extendía el concepto de pueblo a segmentos de la sociedad que claramente maniobraban por la restauración capitalista.
Este método para combatir la ideas erróneas en relación al justo tratamiento de las contradicciones, era el método más seguro para conseguir la unidad sobre una nueva base que habia de permitir ensanchar las categorias de analisis y las propias actuaciones de los comunistas chinos. Algo que en la actualidad parece quedar lejos de los difrentes analisis y planteamientos de ciertos destacamentos marxistas-leninistas (con honrosas excepciones) que pretenden emular a los viejos oportunistas de izquierdas condenando toda desviación del “internacionalismo proletario español”.
Autor. Artur Cussó
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