Las
contradicciones inter burguesas desatadas las últimas semanas a raíz de la
propuesta del régimen sobre la Ley de Herencias y de Plusvalía, cada vez más cobran
mayores niveles de beligerancia y agresividad.
El
régimen burocrático de Alianza País, fiel a su programa reformista y a su
política impositiva, en las últimas semanas ha enviado a la Asamblea dos leyes
con el carácter de “urgente”, una inherente a las herencias y otra que regula
la plusvalía de las propiedades.
Si
bien es cierto la ley de las herencias no afecta directamente a las clases
populares, no deja de ser un impuesto más que se suma a esa larga carga
impositiva que ha venido aplicando el gobierno con la finalidad de financiar
ciertos cambios en la superestructura del estado tendientes a reanimar –en algo-
el capitalismo burocrático que se debate de crisis en crisis.
Al
parecer esta última ley, de herencias, ha sido el punto de desencuentro que se
ha dado al interior de la gran burguesía.
La
reforma del viejo estado de una u otra manera a beneficiado a todos los
sectores de poder económico y político del país, sobre todo a las grandes
constructoras privadas, bancos,
aseguradoras, empresas de seguridad, grandes comerciantes y otros que
han estado inmersos en el proceso reconstructivo en el sector vial,
construcción gubernamental, comunicaciones, hidroeléctricas, infraestructura
educativa, hospitalaria, ciudades del milenio, etc, aspecto que además de arrojarles ingentes
ganancias han tenido el soporte político del gobierno corporativista que ha
desatado todo su contingente para crear un “ambiente” de inversión y producción
afable a la gran empresa al desmovilizar ideológica y organizativamente a los
trabajadores (sindicatos, organización popular, campesina) con leyes punitivas,
coercitivas y profundamente anti democráticas.
La
Ley de Herencia tocó la fibra de los sectores más recalcitrantes de la
burguesía compradora, y ésta se ha lanzado en una contraofensiva con la
finalidad de detener las intenciones del régimen de gravar las herencias con un
impuesto que a decir de ellos, la burguesía compradora, va en contra del “trabajo y la familia”, mientras que el
régimen se extrema a sostener que lo que se pretende con esas medidas es “democratizar los medios de producción y la
riqueza”.
Este
punto de desencuentro entre el régimen, exponente político de la burguesía
burocrática y la burguesía compradora, ha desatado una campaña de
movilizaciones que apura el esfuerzo de estas dos fracciones de la gran
burguesía por congregar al pueblo, a las masas a que respalden sus posiciones
involucrándolas en un conflicto en el que nada tienen que hacer y si mucho por
perder: su integridad física, su independencia de clase y sus verdaderos
objetivos de lucha.
De
un lado el régimen azuza a las masas a “defender
la revolución ciudadana”. Aboga por la coerción mediática, utiliza las
obras y medidas que ha realizado para empujar a que las masas tomen partido por
el gobierno. No hay que desestimar cómo siguen chantajeando a los grandes sindicatos,
donde las promesas de firma de contratos colectivos va de la mano con la
exigencia de movilizar a los trabajadores a las calles para defender al
gobierno y contrarrestar las marchas anti gubernamentales convocadas por la
burguesía compradora.
Del
otro lado, la burguesía compradora, haciendo uso de todo su contingente
mediático, prensa más recalcitrante que la oficial, desinforma a las masas para
estimular su reacción en contra del gobierno. Al igual que el régimen, pero
desde la perspectiva de la empresa privada, igual, azuzan a sus trabajadores a
que salgan a las calles a manifestarse, ya sea sobre la base de un “incentivo”
salarial o la permanencia en el puesto de trabajo.
Es
decir, las masas, los trabajadores explotados han caído en una hábil emboscada
política tendida por la gran burguesía, con la diferencia que está sometida al
fugo de dos frentes, burguesía compradora y burguesía burocrática. Los dos,
gobierno y oposición, chantajean a los trabajadores, los conminan, los
presionan para que asuman posición por
cada uno de ellos.
Como
vemos, las dos expresiones de la gran burguesía apuntan a apoyarse en las
masas, a utilizarlas de “carne de cañón” con la finalidad de apuntalar sus
intereses con un elemento con el que también están claros, que sin masas, aún
desconcertadas políticamente, la posibilidad de conquistas es inviable.
Ese
es el escenario político que vive el país.
Pero
no solo esto, esa lucha política también ha sido llevada al planode la
conciencia de la manera más burda.
El
alcalde de Quito, Mauricio Rodas, ha tratado de abanderarse de la visita del
Papa al Ecuador para desde ahí hacer trincheras contra el régimen al que de
manera desbocada tratan de buscarle símiles con Chávez y la “Revolución Bolivariana”
de Venezuela. Se esfuerza, desde el gobierno municipal, por atizar una suerte
de macartismo en contra del régimen
al que quieren mostrarlo como comunista. Banalidades que no dejan de ser
preocupantes porque desinforma a las masas, las confunde y en alguna medida
logran sus propósitos.
El
régimen ha hecho lo mismo-. Al igual que el alcalde, Rafael Correa también
visitó al Papa en el Vaticano adelantando gestiones para darle protagonismo al
gobierno en su visita al país. No solo eso, sino que “olvidándose” que se
supone desde fines del siglo XIX el Ecuador es un “estado laico”, por decreto
ejecutivo 698, el régimen suspende el 6
y 7 de julio próximos la jornada regular de trabajo, paraliza estudios, la
producción, moviliza a las FFAA, invierte millones de dólares y mete a las
masas en una dinámica religiosa-oscurantista que más que un baño de
religiosidad pretende un colchón político que le ayude a alivianar la alta
carga conflictiva que tienen las masas ante el desafuero del fascista.
Ya
la iglesia católica se pronunció al respeto. Piden mesura al régimen para crear
un “ambiente de paz” ante la venida del Papa. Claro, asumen posición a favor de
la burguesía compradora ya que insisten en la necesidad de que el gobierno
“escuche” al país, entendido el país, ese magro y limitado universo que agrupa
a los sectores más recalcitrantes de la gran burguesía y de los grandes
terratenientes.
¿Pero
qué se debe rescatar de la visita de las contradiccionesburguesas generadas a
partir de la Ley de Herencias y la visita del Papa? Veamos:
1. Que
la “revolución ciudadana no pasa deser sino una caricatura de revolución servil
al imperialismo y a los intereses de la dictadura burgués-terrateniente.
2. Que
las revoluciones definitivamente no se las hacen con votos y en las urnas, que
no es revolución estabular los esfuerzos por hacer cambios en la constitución o
reformas parciales al viejo estado. Que la revolución debe ser entendida como cambiostotales,
absoluto en la estructura y superestructura del estado y que eso solo son
posible con violencia revolucionaria, esto es con Guerra Popular.
3. Que
las revoluciones deben tener como premisa dos aspectos fundamentales: destruir
el viejo estado burgués-terrateniente y erigir sobre sus ruinas un nuevo Estado
que representa los intereses del nuevo poder obrero-campesino.
4. Que
la lucha y combate en contra de la burguesía, sea esta compradora o burocrática
debe ser intransigente, inflexible y sobre todo cruenta. No dejar “piedra sobre piedra” de su viejo estado
y de ser posible ahogar en sangre sus sueños por perpetuarse en la detención del
Poder.
5. Que
las movilizaciones inter burguesas nos han permitido confirmar cómo el
revisionismo busca la manera de aliarse con cualquiera de las dos expresiones
burguesas, traficando de esa manera con la voluntad de las masas y sus
organizaciones naturales. Del lado del régimen, el PCE (revisionista-cabezón) y
socialistas han cerrado filas junto al régimen apoyando los desafueroscorporativistas
y fascistas de Correa. Del “otro lado”, la burguesía compradora ha logrado
acercar políticamente al ex MPD, Pachakutik y otros sectores de la izquierda
burocrática, desnudando de esta manera cuál es el verdadero rol que cumple el
revisionismo y el oportunismo en la pervivencia del viejo Estado.
6. Que
si no se emprende lucha decidida encontra del revisionismo no habremos avanzado
en nada en la lucha en contra del imperialismo, la gran burguesía y los grandes
terratenientes.
7. Que
la religiosidad de las masas sigue siendo utilizada de la misma manera como se
lo ha venido haciendo desde hace más de cinco siglos, y eso solo es posible
sobre una base en concreto, la semifeudalidad.
8. Que
SALVO EL PODER TODO ES ILUSIÓN, y que las condiciones para madurar el desate de
la Guerra Popular en el país están maduras, son objetivas, que urge fortalecer
las condiciones subjetivas.
Sobre
esa base, el Frente de Defensa de Luchas del Pueblo del Ecuador hace un llamado
a obreros, campesinos y demás masas explotadas pero consientesa no perder la
objetividad en sus esfuerzos combativos y vitales apoyando a cualquiera de las
dos expresiones de la gran burguesía.
Que
no vale la pena regar una sola gota de sudor y sangre para defender la línea
política del gobierno, que en definitiva simplifica los intereses de la burguesía
burocrática que es aquella que se apoya en el aparato estatal y sus leyes para reproducirse
económica y políticamente.
Que
no vale la pena una sola gota de sudor y menos de sangre defender a la “otra
burguesía”, la burguesía compradora, aquella ligada a las gran industrias, la
banca, grandes comerciantes y grandes terratenientes, que son precisamente los
que más han explotadoy reprimido al pueblo.
Que
identifiquemos plenamente al revisionismo oportunista del Partido Comunista cabezón,
JCE, JRE, MPD (ahora Unidad Popular)Pachakutik, Partido Socialista, MIR,
Anarquistas, que se prestan al juego de la democracia burguesa y son los
encargados de poner a los pies de la gran burguesía a las organizaciones populares,
a las masas, para que éstas las movilicen y las empujen a vivir un conflicto en
el que no tienen nada que hacer, salvo identificar en los actores a sus
verdaderos enemigos. Pero identificarlo es un paso, también hay que
desenmascararlo ante las masas y obviamente hay que combatirlo con la misma
vehemencia con la que se combate a cualquier enemigo de la clase y del pueblo.
Que
las masas de trabajadores explotados, campesinos pobres, pequeños comerciantes,
deben aupar sus esfuerzos por fortalecer el Frente Único, instrumento que
permita cualificar y cuantificar la movilización y lucha popular en contra de
todos sus enemigos: el imperialismo, la gran burguesía, los grandes
terratenientes y el revisionismo. Que si se vierte sangre que sea la del
enemigo de la clase y del pueblo, y si debemos poner nuestra cuota, pues que
sea para apuntalar en nuevo Poder obrero-campesino.
¡A
DESENMASCARAR EL CARÁCTER INTER BURGUÉS EN LAS MOVILIZACIONES CONVOCADAS POR EL
RÉGIMEN Y LA OPOSICIÓN!
QUE
SE MOVILICE LA BURGUESÍA, QUE ELLOS DERRAMEN SANGRE EN DEFENSA DE SUS
INTERESES.
LA
SANGRE DEL PUEBLO QUE TIRITE EN NOMBRE DEL NUEVO PODER Y NO DE LAS CONTRADICCIONES
INTER BURGUESAS.
A
PREPARAR Y DESARROLLAR LA GUERRA POPULAR PARA PROPENDER LA DESTRUCCIÓN DEL VIEJO
ESTADO
A
OPONERNOS Y COMBATIR LA MANIPULACIÓN DE LA RELIGIOSIDAD DE LAS MASAS POR PARTE
DEL RÉGIMEN Y EL VATICANO
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