Manifestaciones en Bucarest en apoyo del gobierno socialdemócrata y al grito de !No a la corrupción! !Iohannis dimisión!
Estos manifestantes piden que se respete la voluntad popular de las últimas elecciones del 11 de diciembre, en las cuales el Partido Social Demócrata derrotó al gobierno antipopular de la derecha presidido por Dan Ciolos, pero dirigido por Klaus Iohannis, y se están concentrando ante el Palacio de Cotroceni, sede de la jefatura del estado. Piden la dimisión del presidente Klaus Iohannis; el líder de la derecha está acusado de comprar seis mansiones en la ciudad de la que fue alcalde, Sibiu, con dinero negro de imposible justificación.
La derecha rumana, dirigida ahora por Iohannis, siempre contra los rumanos (viñeta de Laurentiu Ridichie) |
El presidente intentó impedir desde el primer momento la formación del nuevo gobierno, rechazando la candidatura a dirigir el gobierno de la socialdemócrata Sevil Shhaideh sin argumentarla, (aunque se piensa, a falta de explicación alguna, que las dos razones que había detrás de la decisión eran que se trataba de una mujer y que, además,es musulmana); después, no ha dejado pasar la oportunidad de intentar ganar movilizando a la derecha (a través del entramado de ONG´s que han dado lugar recientemente al partido Unión Salvad Rumania (una especie de Ciudadanos -C´s- españoles pero todavía más carcanos a las prácticas falangistas de antaño) y del Partido de la derecha reaccionaria, el Partido Nacional Liberal (el partido de Iohannis).
La brutal campaña mediática contra el gobierno ha acabado haciendo reaccionar a sus votantes (que hicieron que el Partido Socialdemócrata alcanzará una rotunda victoria en las últimas elecciones del pasado mes de diciembre), manifestándose estos ante la sede de la presidencia rumana, el Palacio de Cotroceni. Con gritos de !No a la corrupción! !Iohannis dimisión! !Respeto al voto democrático!
Cierto es que las manifestaciones contra la derecha no está llena de pancartas impresas a color, de grandes proyectores modernos o de niños bien con ropa de marca apoyados por directores de multinacionales o ejecutivos bancarios; se trata de parados, pensionistas, los trabajadores peor pagados o, en general, además de los que mantienen algo de sensibilidad social después de años de fomento del individualismo radical, los quemás han sufrido las consecuencias de estos 27 años de capitalismo salvaje, los que, desafortunadamente, votan a la socialdemocracia en vez de organizarse en un partido que defienda realmente sus derechos.
Por supuesto que tampoco, al contrario que sucede con las manifestaciones de la derecha, organizadas para proteger los derechos de las multinacionales en la colonia rumana, los medios de propaganda de estas no han informado apenas sobre las protestas de los que votaron al gobierno y defienden su programa y, especialmente, que es lo que duele a los reaccionarios, de sus medidas sociales.
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