Turquía: Abdullah Öcalan renuncia a la violencia, al socialismo... El líder del PKK presenta un plan de paz
El histórico líder del ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, ha anunciado desde la cárcel que el 15 de agosto hará pública una iniciativa para la paz.
Andrés Mourenza ADN-EFE
El histórico líder del ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, ha anunciado desde la cárcel que el 15 de agosto hará pública una iniciativa para una solución diplomática del conflicto kurdo.
"Ya no soy como antes. El pasado ha quedado atrás. El Estado (turco) tampoco podrá ser nunca más el que era", afirma Öcalan en su último mensaje difundido a través de sus abogados desde la isla-prisión de Imrali, donde está recluido en solitario desde su detención en Kenia en 1999.
Según el diario nacionalista "Hürriyet", que tuvo acceso al plan de Öcalan, la "hoja de ruta" consiste en forjar una alianza entre Turquía y los kurdos, cambiar la actual Constitución (redactada por una Junta Militar) y respetar los derechos culturales de la minoría.
"Antes pensaba que el problema se podía resolver en el marco del socialismo real. Pero ya se ha visto cómo han terminado Rusia y el Cáucaso. Y el socialismo chino no hace sino servir a los intereses de EEUU", afirma el líder del PKK. Declarado terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos, el PKK surgió como un grupo marxista, pero parece haberse alejado de la ideología con el pasar de los años.
Desde el inicio de su lucha armada contra el Estado turco en defensa de los 12 millones de kurdos que se estima que hay en el país euro-asiático han muerto más de 40.000 personas. Su primera acción militar se produjo precisamente el 15 de agosto de 1984, por lo que la iniciativa de Öcalan será presentada en el 25 aniversario del comienzo de esa guerra no declarada. "La confrontación, la violencia y la muerte no son parte de mi lógica, por eso renuncio a ellas -asegura Öcalan ahora-. Mi base es la política democrática y la libertad. Soy un demócrata radical".
Aunque ya no dirija directamente al PKK, Öcalan está considerado el jefe histórico del nacionalismo kurdo en Turquía, por lo muchos esperan de él un llamamiento a que los militantes kurdos depongan sus armas.
Y las cosas parecen moverse en esa dirección, dentro del movimiento kurdo y también en el Estado y Ejército turco. Por primera vez, el Gobierno y el Ejército parecen estar de acuerdo de que el problema kurdo no se puede solucionar de forma militar, sino que se necesitan también medidas sociales, económicas, políticas y culturales.
En un congreso de intelectuales y activistas kurdos, celebrado este fin de semana en la ciudad suroriental de Diyarbakir, se instó al PKK poner fin a los actos de violencia para abrir el camino a un proceso dialogado.
Pero por ahora el gobierno turco no está dispuesto a ceder la iniciativa a Öcalan y sus insinuaciones de que gobiernos anteriores pensaron en un diálogo a través de mediadores extranjeros, concretamente kurdos de la vecina Irak. El ministro de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, señaló la semana pasada que "Turquía producirá una solución por su propia voluntad" y aseveró que "no hay que buscar bases (para la solución) fuera (del país)". De hecho, el ejecutivo del islamista moderado Recep Tayyip Erdogan asegura que trabaja desde hace meses en una propuesta para una solución dialogada, pero apenas ha dado pasos concretos con la excepción de la apertura de un canal estatal en lengua kurda en enero. Por esa razón, según diversos analistas políticos, el ejecutivo de Ankara espera el plan de Öcalan con "incómoda curiosidad".
Aun así, Ankara ha emprendido ciertas mejoras en la situación carcelaria del cabecilla del PKK y en breve otros nueve presos serán trasferidos a Imrali (situada en el Mar de Mármara) donde, hasta ahora, Öcalan cumple en solitario su cadena perpetua. Además, el gobierno turco quiere mejorar la supervisión de Öcalan en la cárcel para demostrar que éste no es torturado, tal y como habían denunciado en el pasado activistas de derechos humanos.
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