¿Conceptos nuevos o desmemoria histórica?
Miguel Alonso / correovermello
Uno de los instrumentos de la hegemonía (del Poder) del
Estado, como dictadura al servicio de una clase como señala Marx, es su
capacidad de falsear la historia, de educar en la ignorancia a las nuevas generaciones para así poder
manipularlas mejor.
No es casual o simple estupidez, el escaso espacio en los currículos
educacionales de la filosofía o de la historia o su sutil denigración como
carentes de importancia en el futuro profesional de las estudiantes y estudiantes.
Recordemos a Lenin cuando afirmaba; “Usted se vuelve un comunista cuando enriquece su mente con
todos los tesoros creados por la humanidad.”
Los estudios se presentan no como una investigación
científica, por lo tanto como un simple inicio, sino como garantes de títulos
jerarquizados de supuesto conocimiento, casi inmutable, (una visión metafísica
o mecánica) para competir en el mercado de trabajo (algo así como los atletas
en las olimpiadas) y todo ello definido,
aunque se trate de obviar, por la posición de clase del alumnado.
El empobrecimiento del lenguaje, parejo al de los conceptos
ideológicos, al del pensamiento, produce una embrutecedora especialización
seudo técnica, que se presenta como necesaria por la complejidad de los
conocimientos.
Paralelo a esto vemos un discurso reduccionista dirigido a las masas. No se trata de
profundizar en las contradicciones de clase, se trata de definir, desde la dicotomía metafísica, “buenos y
malos”” los de arriba y los de abajo””los ricos y los pobres.” No se habla de
pueblo, hablan de “la gente” o los “ciudadanos”.
Todo ello sacado de los manuales anglosajones de sociología post-moderna que
ignora intencionadamente el marxismo o lo relega al baúl de los recuerdos.
Refutar estas falacias sofistas, es también un blanco de la lucha de clases en el terreno
cultural.
La meritocracia de
los las sobradamente preparados.
Ahora, en este
momento, asistimos a una “profesionalización técnica” de la política. No basta
con tener una ideología, hay que tener un título universitario de politólogo,
sociólogo, etc… Anteriormente, fue la profesión de abogado la que ostentaba
esta categoría para la burguesía democrática, Este discurso elitista fue roto por los
procesos revolucionarios, nacidos de la Revolución de Octubre, que sitúan la
lucha de clases y el carácter de clase de la política, en el centro del debate.
Ahora los “nuevos técnicos” se presentan como expertos
“objetivos” al margen de la lucha de clases y por tanto no son “de derechas ni
de izquierdas.” Son sobradamente
preparados y rodeados de un halo de "imparcialidad ética".
¿Pero qué imparcialidad puede existir en una sociedad dividida en clases sociales
como la capitalista?
¿Acaso el tomar posición, de forma consecuente, junto a las
masas populares oprimidas y explotadas, no es asumir que la revolución, como
instrumento de liberación de una amplia mayoría, es el único camino para la construcción de una
nueva sociedad?
¿Quién puede creer, si se para a pensar, que los privilegiados van abandonar los
privilegios por codigos “éticos” e “imparciales” o con simples papeles en una
urna?
Esa es la misma moralina cristiana que lleva engañando durante muchos años a las masas oprimidas y explotadas.
No es un discurso novedoso, es la vieja cantinela social-demócrata y su espejismo
del “estado de bienestar”.
¿Para quién es el bienestar en una sociedad en la que una
pequeña clase explota a las demás y posee todos los medios de producción y sus
riquezas?
La realidad es compleja y llena de contradicciones, pero una,
solo una, es la principal y es la clave para las demás, por mucho que lo traten
de ocultar los renegados revisionistas o
los eclécticos post-modernos de la llamada “nueva izquierda”
Seria para reírse de tanta impostura y egocentrismo
desmedido si no representaran un serio enemigo de las posiciones del
proletariado revolucionario, pues su discurso es capaz de engañar a un
importante sector de las masas, todavía cautiva de la hegemonía ideológica de la burguesía y de sus valores.
¡Hay que denunciar a los traficantes que juegan con las
ilusiones del pueblo!
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