sábado, 29 de mayo de 2010

¡ A reconstruir el Partido Comunista del Ecuador !

El presente texto nos fue enviado por los camaradas de Ediciones Vanguardia Proletaria.



IMPONER EL MAOÍSMO, RECONSTRUIR EL PARTIDO COMUNISTA:

¡DOS GRANDES TAREAS DE LOS COMUNISTAS Y REVOLUCIONARIOS ECUATORIANOS!

“Dadnos una organización de revolucionarios y removeremos a Rusia en sus cimientos” Lenin

“El que la línea ideológica sea correcta o no, lo decide todo” Presidente Mao Tse Tung

Ser marxista hoy implica, necesariamente, ser marxista-leninista-maoísta. Esto lo va comprobando cada vez con mayor fuerza y claridad, la historia de la revolución proletaria mundial y la realidad nacional e internacional. Aquellos que se reclaman simplemente marxista-leninistas, sean de la línea pro-soviética de los años 60 (PCE-FADI), o de la línea albanesa y hoxhista de los años 80 (PCMLE-MPD), al no comprender, en unos casos, y al traicionar en otros, el avance del marxismo hacia una nueva, superior y tercera etapa, los ha llevado, de ser la vanguardia de la clase obrera y portaestandartes de la revolución y el poder popular, a ser un adorno del Estado burgués-terrateniente ecuatoriano. Los primeros abiertamente traicionaron la lucha del proletariado ecuatoriano y mundial, denigraron a Stalin y su legado histórico, renegaron de los principios leninistas de organización y se pasaron a la colaboración de clases. Tienen tanto cinismo en sus discursos y accionar que plantean la construcción del socialismo bajo el gobierno burgués-burocrático de Correa. No cabe duda que son archi-revisionistas al servicio de la reacción. En el caso de los segundos, durante algún tiempo fueron la vanguardia, rescataron y defendieron a Stalin y el Pensamiento Mao Tse Tung (denominado así en ese entonces, hoy marxismo-leninismo-maoísmo). Cometieron un grave error al dejarse embaucar por el hoxhismo a fines de la década del 70 y principios de los años 80. Intentaron levantar un proceso revolucionario con esa “nueva línea”, pero poco a poco la misma realidad ha ido demostrando que alejados de la única línea revolucionaria, el MLM, y por muy voluntaristas que sean los esfuerzos que haga un partido, sino asume la línea correcta, está condenado al fracaso por mucho que grite viva el comunismo. Particularmente, la última década va poniendo al descubierto el giro revisionista de esta agrupación, el abandono de los principios revolucionarios, aunque digan lo contrario. Precisamente lo que está ocurriendo actualmente en nuestro país, muestra palmariamente lo anteriormente afirmado…..
Las últimas semanas en el Ecuador han sido muy convulsionadas: se expresa una creciente inflación, luchas sociales, disputas inter-imperialistas entre EEUU y China por nuestros recursos en el marco de la dominación semi-colonial y, la paulatina decadencia de la vieja tendencia de izquierda oportunista y electorera.
La Primera Reestructuración del Estado ecuatoriano, cuyo carácter es burgués-terrateniente, va llegando a su fin con la aprobación de las Leyes Orgánicas y Leyes Ordinarias, reestructuración que esta a cargo de la facción de la burguesía burocrática en colusión y pugna con la burguesía compradora. Es decir en las actuales condiciones, Alianza País, el grupo empresarial de Correa, en pacto (momentáneo) y en competencia (permanente) con los social-cristianos-Madera de Guerrero, el PRIAN, PSP, entre otros.
El capitalismo burocrático que se desarrolla en nuestro país ha entrado en una nueva fase, en la que la una facción de la gran burguesía está cumpliendo las tareas más reaccionarias, frenando la lucha social, armando un aparato policial y militar grande y corporativizando al movimiento de masas.
Frente a esto se levantan los más variados análisis y estrategias, cada una desde su particular punto de vista clasista, desde los partidos políticos de la derecha, el reformismo y el revisionismo, hasta los gremios, la Iglesia, la prensa y las FFAA.
No es fácil comprender para el pueblo lo que está sucediendo; y no lo es no por falta de inteligencia sino porque durante varios años ha sido bombardeado con una gran cantidad de tesis reformistas y revisionistas, con un gran arsenal del anti-comunismo.
Desde hace varios años atrás, décadas incluso, los revisionistas de diverso calibre, unos más otros menos, vienen justificando la necesidad de hacer del parlamento burgués una “trinchera de lucha”, de apoyar supuestos gobiernos “democráticos y patrióticos” como el de Lucio Gutiérrez y Correa, de ver el “mal menor”, de que la toma del poder es una tarea “futura”, que lo que hoy corresponde es “acumular fuerzas” indefinidamente y que algún día los pueblos estarán dispuestos a la Revolución.
Ahí están gran parte de los antecedentes de la actual situación política nacional.
En el año 2006, la gran mayoría de la “izquierda” ecuatoriana apoyó en todos los planos a la elección y posterior gobierno de Rafael Correa. Lo hacían argumentando que éste era el máximo representante de una “tendencia democrática, patriótica, progresista, revolucionaria y de izquierda” y que el mismo Correa era “anti-imperialista”. Posteriormente, muchos de esos partidos de “izquierda” ocuparon puestos en Ministerios, Gobernaciones, Secretarías, etc., y llamaban a sus bases, a las masas y sus gremios a defender el “nuevo momento político”, a no permitir a la derecha (aniquilada según palabras de dirigentes de “izquierda”) que vuelva al “poder” del Estado. Después se movilizaron durante meses, entre el año 2007 y 2008, por la convocatoria a una asamblea constituyente y a una “nueva” Constitución….
Esta era su verdad, indiscutible y seguros que con la lucha del pueblo, “presionando” se daría el paso del “socialismo del siglo XXI al socialismo científico”, de la “revolución ciudadana a la revolución social del proletariado”.
Todo lo anterior solo muestra el deterioro ideológico de partidos y organizaciones que se reclaman marxistas y revolucionarios y que incapaces de ver, analizar y direccionar una realidad compleja, no supieron orientar adecuadamente al movimiento social y popular ecuatoriano sino que lo llevaron a la cola de una facción de la gran burguesía, lo ataron como carro de furgón a intereses capitalistas e imperialistas.
Rafael Correa y Alianza País nunca fueron revolucionarios, izquierdistas o anti-imperialistas. Fueron y son los representantes de la facción burocrática de la gran burguesía, de aquellos que utilizan el Estado y sus instituciones como palanca para ascender como clase social, para reforzar sus posiciones y combatir a la otra facción de la gran burguesía, la compradora (cuya representación política está en: PSC-Madera de Guerrero, PRIAN, PSP, UDC, y otras).
Desde un inicio Correa y su gobierno no se propusieron otro plan o programa que no sea el de la vieja democracia liberal burguesa, con uno que otro remiendo social para ganar el apoyo y simpatía de las amplias masas populares. Inclusive ya en los primeros meses de su gestión, su carácter de clase burgués era evidente: frente a la lucha social, como la que se dio en Dayuma, aplicó una represión abierta y salvaje contra los pobladores que pedían carreteras y la no contaminación de su sector por parte de las petroleras; planteó el “Plan Ecuador Sin Armas” para ir desarmando paulatinamente a toda la población supuestamente para “combatir la delincuencia”; estructuró el Servicio Nacional de Inteligencia adscrito a Palacio de Gobierno, lanzó toda una campaña reaccionaria de corte ideológico con slogan como “La Patria ya es de todos” y “La Revolución Ciudadana está en marcha”, a su vez que la lucha de clases, la izquierda, la dialéctica y el materialismo histórico eran denigrados cada semana en las cadenas periodísticas; decretos contra la organización sindical; convenios comerciales y militares con los imperialismo ruso y chino, etc. Es decir sus posturas burguesas las tuvo desde un inicio, sin que ello implique no aceptar que ahora son más notorias y evidentes. En medio de esto se puede ver claramente como muchos funcionarios del régimen se aprovechan de los cargos burocráticos para enriquecerse por medio de la contratación pública. El hermano el presidente por ejemplo venía contratando con el Estado desde fines del 2007 y recién en el 2009 se denuncia públicamente este caso. Solo por citar uno de los más sonados.
Durante un buen tiempo, Correa era invitado a foros, se le hacía homenajes, se ponía su rostro en pancartas de la “izquierda”; uno de los casos más complejos es la entrega del estandarte de la FEUE al presidente Correa en acto público, con la presencia de más de 2000 personas y la prensa nacional….Así es como la izquierda revisionista y oportunista veía este proceso.
Posteriormente, después que fue sancionada la Constitución 2008 y se iban cumpliendo los propósitos políticos, jurídicos y económicos de la burguesía burocrática, ésta dejó de necesitar el “apoyo” de los partidos y organizaciones de la izquierda oportunista y electorera. Ya le habían dado bastante tarima, ya las masas lo reconocían como “patriota e izquierdista”, ya a nivel internacional, los reformistas y revisionistas habían logrado consolidar un apoyo importante a la “revolución ciudadana”. Entraba entonces la segunda fase, culminar la Primera Reestructuración del Estado burgués terrateniente ecuatoriano y corporativizar al movimiento social y popular en función de frenar y destruir cualquier oposición.
Aunque la falsa izquierda se trasnocha analizando y difundiendo que Correa se está derechizando, que es pro-yanqui principalmente y que ha “traicionado” a los trabajadores y pueblos del Ecuador, no dejan de ser declaraciones altisonantes para encubrir y justificar posiciones revisionistas y de abandono de la revolución en el país, aunque de palabra digan lo contrario.
Para aquellos que creen que Correa ha traicionado a los pueblos, para aquellos que son ciegos y oportunistas, les transcribimos unas líneas del gran maestro del proletariado internacional, Lenin, respecto al reformismo: “El reformismo es una manera que la burguesía tiene de engañar a los obreros, que seguirán siendo esclavos asalariados, pese a algunas mejoras aisladas, mientras subsista el dominio del capital….Por eso el reformismo, incluso cuando es totalmente sincero, se transforma de hecho en un instrumento de la burguesía para corromper a los obreros y reducirlos a la impotencia. La experiencia de todos los países muestra que los obreros han salido burlados siempre que se han confiado a los reformistas” (Marxismo y Reformismo).
Además hay que diferenciar sistema de Estado de sistema de gobierno. El Presidente Mao TseTung acertadamente nos plantea que el primero es la dictadura de una clase sobre otras, mientras que el segundo es la forma que adopta esa dictadura de clase. Es decir por más que Correa hubiese sido algún día “democrático y revolucionario” (cosa que no lo fue, mas que en los términos de “democracia” burguesa y “revolución” ciudadana) eso no cambiaba en lo absoluto el carácter de clase del Estado ecuatoriano.
Para aquellos que creían que Correa es anti-imperialista, vale recordarles la definición que Lenin, en primer lugar, y luego Mao Tsetung, hicieran del imperialismo. Lenin al iniciarse el siglo XX, definía al imperialismo como la concentración más grande de la riqueza y la producción en monopolios, los mismos que se lanzaban a una guerra abierta y feroz en la conquista de materias primas, mano de obra barata y mercados (léase nuevas colonias); el Presidente Mao Tsetung entrando a la segunda mitad del siglo XX, plantea que se delinean tres mundos: el primer mundo compuesto por las superpotencias imperialistas Estados Unidos y la ex – URSS, el segundo mundo compuesto por varios países imperialistas de menor poderío como Alemania, Francia, Inglaterra y otros, los mismos que contienden entre sí y con los países del primer mundo por la hegemonía internacional, y los del tercer mundo, los países oprimidos, eminentemente semi-coloniales y semi-feudales, que están en Asia, África y América Latina. (Esta es la teoría original y no la que después deformó el revisionista y golpista de Estado Teng Xiao Ping en los años 76-78). Entonces, si Correa enfrentó a los Estados Unidos como lo hizo y lo sigue haciendo en alguna medida, no por eso era anti-imperialista, mientras los rusos y chinos, potencias imperialistas de oriente, comenzaron a ingresar al Ecuador en función de la disputa inter-imperialista con los EEUU. Es decir Correa fue y es anti-yanqui, pero lo es en función del reacomodo de fuerzas imperialistas a nivel mundial y no porque sea “patriota”.
Respecto a la Constitución del 2008, vale ver otras constituciones de viejas democracias burguesas. Por ejemplo, el tema de la gratuidad de la educación no es ninguna medida revolucionaria, en potencias capitalistas la gratuidad es algo que existe décadas. Solo por poner un caso. Si analizamos detenidamente, la burguesía burocrática, al confeccionar la Constitución puso como ganchos ciertas medidas parche para que el pueblo la respalde, a la vez que en la misma Constitución penaliza fuertemente la paralización de servicios públicos. A su vez la Constitución abre el marco jurídico del Estado para las estatizaciones y nacionalizaciones de empresas importantes y áreas estratégicas, lo que para la burguesía burocrática es clave en función de la contratación pública que recaerá sobre los miembros del gobierno y su partido, junto a las medidas desarrollistas. Si vemos la Constitución del 98, hecha por la facción de la burguesía compradora, permitía la privatización en todos los renglones del Estado, en función precisamente de que ésta pueda comprar empresas públicas y así seguir enriqueciéndose, apoyándose en las políticas neoliberales.
Esa es la realidad del carácter de clase burgués del gobierno.
Ha comenzado ya la segunda fase del proyecto de la burguesía burocrática: culminar la Primera Reestructuración del Estado burgués terrateniente y corporativizar el movimiento social.
Para tal efecto, el gobierno está aprobando en la Asamblea Nacional, en colusión y pugna con la burguesía compradora, diversas Leyes que le permitan reforzar más aún su poder político y económico. Entre ellas están la Ley de Comunicación Social, Ley de Aguas y Ley de Educación Superior.
La Ley de Comunicación Social les sirve fundamentalmente para imponer su modelo de acumulación capitalista desarrollista, teniendo una amplia red propagandística para adoctrinar a las masas populares y también para competir con sus contrincantes la burguesía compradora, hoy dueña de algunos importantes medios como Teleamazonas.
La Ley de Aguas le sirve al gobierno para generar una base social campesina e indígena dócil y manipulable, mediante la cual se asegure la conducción del Estado por muchos años más. Está claro que la dirección de la Secretaría del Agua la tendrán Correa y su grupo burgués para atender con esos recursos hídricos la gran minería y a los grandes hacendados que existen en varias provincias del país.
La Ley de Educación Superior la están aplicando para controlar y orientar que tipo de cuadros técnicos necesitan la burguesía burocrática, en sus empresas, en la dirección del Estado, y en los monopolios de los países imperialistas con los cuales se está alineando; para adoctrinar a las masas populares en las concepciones de la burguesía burocrática. También la aplican para desplazar a sectores políticos que traban el desarrollo de su proyecto, tales como la derecha y ahora el revisionismo desesperado.
Nítidamente su puede ver y palpar el carácter burgués terrateniente del Estado ecuatoriano, la condición de país semi-colonial y semi-feudal.
Después de varios años de ensalzar las supuestas virtudes del presidente y su gobierno, o como trataban de disfrazarlo, del “proyecto de cambio”, los distintos partidos de la vieja izquierda oportunista y electorera tratan desde hace aproximadamente un año, de levantarse, de convocar a las masas a la protesta, y no han encontrado el eco que querían. Se preguntan el porque y se contestan que la “culpa” es de Correa.
Correa ha hecho simplemente lo que todo burgués reformista debe hacer, reestructurar el Estado, enriquecerse él y su grupo, y dar unas cuantas migajas al pueblo para tenerlo contento y pasivo. Los verdaderos responsables de lo que está pasando, son las dirigencias de los partidos revisionistas y reformistas, de la vieja tendencia de izquierda oportunista y electorera. Que salgan ahora a tirar piedras y cerrar carreteras no cambia la esencia de lo deterioradas que están sus posturas revisionistas y prácticas oportunistas.
Las masas salen a combatir en función de sus intereses, los revolucionarios apoyamos esas luchas, las incentivamos y tratamos en la medida de lo posible de involucrarnos en ellas, pero recalcamos que mientras las mismas estén manipuladas por las dirigencias revisionistas y oportunistas nada conseguirá el pueblo y al contrario seguirá por el camino de las derrotas, como actualmente está pasando.
Vemos como esas dirigencias están enfrascadas en la “legalización” de sus partidos para poder participar en las elecciones burguesas del año 2013. Sueñan despiertos con dichas elecciones y pretenden ganar nuevos sectores en medio de la lucha social, no dan un paso sin calcular electoralmente el escenario. Si esas luchas se organizaran en otra dirección, en función de los intereses estratégicos del proletariado y los pueblos, otros fueran los resultados que poco a poco se empezaran a imponer. Pero no podemos pedir imposibles a los señores revisionistas. Ello ya culminaron una etapa, tuvieron su momento de auge, torcieron los principios revolucionarios, negaron a grandes dirigentes comunistas como el Presidente Mao Tsetung, y al no tener una línea ideológica justa van refluyendo en el país y en el mundo, mientras los marxistas-leninistas-maoístas levantan la bandera roja del proletariado en medio de la guerra de clases más abnegada y combativa, liberando grandes territorios y preparándose para asaltar el poder de la burguesía y el imperialismo, como lo hacen en la India, Perú y Filipinas.
La lucha debe continuar, pero fundamentalmente en función de reconstruir las fuerzas revolucionarias en el país, de preparar a la clase obrera y el pueblo para la toma del poder, por asumir, enarbolar y empujar la Revolución Democrática, Anti-imperialista hacia el Socialismo.

Sin un verdadero Partido Comunista, sin Ejército Popular y Frente Único de la Revolución dirigido por el Partido, la clase obrera y el campesinado con fusiles, nada tendrá el pueblo. La lucha economicista regatea migajas para el pueblo, mientras que la lucha parlamentaria legitima el sistema dominante y conduce al reformismo. La más alta tarea que tenemos los comunistas y revolucionarios ecuatorianos, es la de reconstruir el Partido Comunista del Ecuador, sobre la sólida base marxista-leninista-maoísta y levantar las banderas de la guerra popular.





¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO, IDEOLOGÍA CIENTÍFICA DEL PROLETARIADO INTERNACIONAL!

¡ABAJO CORREA REFORMISTA, LACAYO IMPERIALISTA!

¡A RECONSTRUIR EL PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR!



EDICIONES VANGUARDIA PROLETARIA

2 comentarios:

marcelo dijo...

Sólido el artículo. Un consejo, el año 2010, requiere establecer una misión realista - el como convencer gente- Sin soldados no hay ejercito. Mao, previno el comportamiento de las sociedades en el tiempo hacia adelante. Y nosotros debemos saber que hacer hacia adelante. Es bueno abrir un debate. ¿Que hacer en el Ecuador? con nuestros argumentos y no con una historia extra continental añeja.

felix dijo...

Creo que la revolución de los pueblos debe en pesar por la educación,enseñando a los estudiantes a pensar y actuar
Estoy convencido que lo peor que tiene el ecuador es la burocracia en las diferentes entidades del estado a la que debemos combatir día a día denunciando su corrupción a través de cualquier medio