El día 21 de julio de 1970 tres jóvenes albañiles caían asesinados en Granada por los disparos de la policía. Su “delito” fue la demanda de un convenio justo en la Construcción y otras mejoras laborales, entre ellas el aumento salarial y la reducción de la jornada, que superaba en algunos casos las 10 horas.
Asimismo, aquellos hechos simbolizaron el fin del largo hastío y la rabia contenida del Pueblo Trabajador contra el ultracapitalista y sanguinario régimen franquista. Prueba de la madurez del carácter asambleario y popular de aquellas movilizaciones fue el hecho de que, a pesar de los intentos de control y mercadeo por parte del influyente tándem PCE-CCOO, no obstante, al igual que el franquismo, se vieron desbordados por la fuerza del protagonismo, la dignidad y voluntad obreras.
Hoy, 40 años después, esas organizaciones traidoras han conseguido su objetivo: infiltrarse, desactivar y aburguesar a gran parte de la Clase Obrera, desmantelando aquel emergente y desafiante asamblearismo popular. Por todo ello el capitalismo español les está recompensando con el monopolio sindical y subvenciones millonarias, con dinero público, por supuesto. Por eso se comprende su indolencia-complicidad ante todo lo que estamos viviendo en los últimos años: un planificado y minucioso golpe de estado socioeconómico y laboral sin precedentes, con el claro objetivo de liquidar las garantías jurídicas laborales que con tanta sangre y represión se le arrancó al franquismo.
Pero esta agresión no viene sola, estamos siendo testigos de la imparable subasta del “Estado del Bienestar”: reforma laboral, subida de impuestos indirectos, recortes salariales y de pensiones, atraso de la edad de jubilación, privatizaciones de sectores clave como la sanidad o la enseñanza, etc. Todo por seguir haciendo lo mismo que Franco hacía 40 años atrás, perpetuar los privilegios de banqueros, duquesas, especuladores, multinacionales y señores de la guerra.
Franco murió, pero el franquismo disfrutó de una segunda juventud al arraigarse en todos los niveles del poder real, compartiendo gastos con la agradecida “izquierda oficial” (PCE, PSOE, CCOO, UGT) que hoy pretende patéticamente seguir sirviendo al poder y a la vez representar a las clases populares.
En el colmo del cinismo y secuestro de la memoria colectiva, este 21 de julio los vende-obreros de CCOO y UGT volverán a autonombrarse los únicos herederos de aquellos sencillos pero íntegros albañiles, cuando la realidad es que día a día ofenden su memoria y ejemplo. 40 años de promesas, engaños, y humillación es una lección demasiado dura y derrotista para nuestra mil veces desencantada Clase Obrera.
Por ello, desde CGT y SAT queremos honrar la memoria de aquellos tres trabajadores asesinados por ser un ejemplo permanente de coherencia y orgullo de clase para nuestro pisoteado Pueblo. La lección de dignidad, rebeldía y protagonismo militante de aquellos currantes nos vuelve a marcar el único camino posible: la auto-organización en el sindicalismo independiente, combativo y anticapitalista, al margen de estas corporaciones sindicales y por la recuperación de nuestras señas de identidad y la responsabilidad de ser el verdadero motor que algún día dará color a las utopías imaginadas en blanco y negro por aquellos héroes del pueblo.
ANTE LAS IMPOSICIONES DEL CAPITALISMO, SUS VALORES E IDEOLOGIA, LA PATRONAL ESPAÑOLA Y SUS GOBIERNOS-TÍTERE CENTRAL Y SUCURSAL Y LOS SINDICATOS DEL RÉGIMEN,
¡ORGANÍZATE Y LUCHA!
SAT-GRANADA/CGT-GRANADA
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