Las campañas de intoxicación sobre el proceso revolucionario en Kampuchea suelen olvidar los llamados "bombardeos secretos" iniciados por la administración Johnson en 1965 y ampliados por la administración Nixon desde diciembre de 1970.
Según informes desclasificados de la era Nixon, los bombardeos, que supuestamente buscaban golpear la denominada "Ruta Ho chi-min" o las vias de abastecimientos del vietcong, representaron una genocida operación sobre la indefensa población campesina cuando 2.756.941 (a) de toneladas de bombas, mas de las arrojadas sobre Europa por las fuerzas aliadas en la II Guerra imperialista mundial, cayeron en autenticas alfombras de saturación desde los extratosfericos B 52.
Según testimonios de la época, las bombas caían del cielo sin que se apreciara presencia de aviones, lo cual impedía el uso de alarmas anti-aéreas que facilitaran el refugio de la población. Miles de personas de toda edad y condición, así como, animales domésticos y salvajes, perecieron en estos auténticos crímenes de guerra perpetrados por los imperialistas yankees.
Como puede apreciarse en el mapa, la densidad de los bombardeos en muchas zonas fue del 100%.
No fue por tanto difícil, a los invasores vietnamitas en 1978 encontrar cientos de fosas con esqueletos de cadáveres en las mismas zonas de Kampuchea Democrática.
Con la simple manipulación de las imagenes, atribuyendolas a matanzas realizadas por los comunistas camboyanos, los hegemonistas regionales y sus nuevos amos, la Unión Soviética se lanzaron a una eficaz campaña de difamación contra Kampuchea Democrática y su proceso revolucionario, tratando así de justificar su agresión contra un Estado nacido de la victoria revolucionaria , en abril de 1975, sobre los imperialistas yankees y el gobierno fantoche de Lon Nol. Gobierno titere que, conviene recordar, fue reconocido por la URSS y en cuya capital, Phnom Penh, mantuvo su embajada hasta su liberación por las fuerzas del khmer rouge.
La tarea de reconstrucción a la que tuvieron que hacer frente las nuevas autoridades revolucionarias, conocidas como el Angkar, es evidente que fue muy dura y compleja pero escritores norteamericanos, que se atrevieron a ir contra corriente de las patrañas revisionistas, como Noan Chomsky o el economista Edward Herman, señalan importantes logros en la producción de arroz y en la distribución de alimentos.
La permanente hostilidad de la camarilla de Ha-noi, a pesar de los intentos de Kampuchea Democratica de firmar un Tratado de Amistad que fue ignorado por los vietnamitas, se convertiria en agresión permanente en las fronteras y la infiltración de cientos de agentes provocadores, hasta que en diciembre de 1978 lanzaron una invasión con apoyo de la URSS.
Extensas zonas del país fueron ocupadas por los invasores aunque los comunistas camboyanos bajo la dirección de Pol Pot opusieron una tenaz y prolongada resistencia contra los vietnamitas y su régimen títere.
Los analistas de este periodo histórico han centrado sus investigaciones en las cifras de los supuestos crímenes cometidos por los revolucionarios pero nunca han revelado la verdadera cifra de los muertos, hombres, ancianos, mujeres y niños que los bombardeos secretos causaron en la población o la gravedad de las patologías producidas por los mismos.
En los cargos contra la dirección de Kampuchea Democratica se señala la abolición del dinero o la oposición a la sociedad de consumo. Realmente su crimen mas significativo fue querer acabar con la explotación capitalista, basándose en sus propias fuerzas y no se lo perdonan.
Hoy un tribunal de la ONU, de jueces corruptos, juzga a unos ancianos, mientras que miles de pedofilos occidentales han convertido al país de los Khmer en un prostíbulo.
M. Alonso.
(a) Bombs Over Cambodia. by Taylor Owen and Ben Kiernan mapping by Taylor Owen. Yale University
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