domingo, 4 de diciembre de 2011

Colombia: Declaración de la UOC-mlm.


La Sangre del Camarada Kishenji, Abona las Praderas de la Revolución en la India

El pasado 24 de noviembre, Molajula Koteswar Rao, conocido como el Camarada Kishenji fue asesinado en la región de Bengala Occidental, a manos de las fuerzas armadas del Gobierno indio en un falso enfrentamiento. Los medios de comunicación al servicio de los reaccionarios, se apresuraron a informar que había muerto en combate; pero los hechos, testimonios y condiciones en que quedó su cuerpo fueron contundentes al mostrar que la orden había sido asesinarlo.
Comunista abnegado, a sus 58 años de edad, era uno de los hombres más destacados del Partido, pues en él se resumía gran parte de la lucha que por décadas libró el pueblo indio para tener el gran partido con que hoy cuenta para la dirección de la Guerra Popular. Kishenji nació en una familia muy humilde en el distrito de Karimnagar en Andhra Pradesh. Para comienzos de la década de los 70, su vinculación al movimiento revolucionario ya era muy destacada, haciendo parte del Grupo Guerra Popular para luego ser un gran dirigente del Partido Comunista de la India (marxista-leninista). En 1977, fue parte de la dirección de históricos movimientos campesinos contra el feudalismo, donde movilizaron a más de 60 mil personas y de donde surgió la fuerte base del Grupo Guerra Popular en Andhra Pradesh.
La persecución de los reaccionarios, lo obligaron a pasar rápidamente a la clandestinidad, cumpliendo un papel muy importante en todo el desarrollo de la revolución y en el proceso de unidad del Grupo Guerra Popular con el Centro Comunista Maoísta de la India (MCCI), que llevó a la formación del Partido Comunista de la India (Maoísta) en el año 2004.
Sin duda, su muerte era uno de los objetivos específicos de la sangrienta Operación Cacería Verde que desde noviembre de 2009, descargó el gobierno central de la India en alianza con los imperialistas, principalmente los Estados Unidos e Inglaterra. Un operación que ha dejado una estela de muerte y destrucción y, muy al contrario de la pretensión de los reaccionarios, lo que ha ocasionado es extender las llamas de la revolución por todas las praderas de la india.
El camarada Kishenji fue asesinado salvajemente, por el crimen de luchar abnegadamente por un mundo mejor para los explotados y oprimidos; y su muerte pesa para los pueblos del mundo como una gran montaña; pues no tenemos por qué esconder que se ha perdido a un hombre muy valioso, a un hijo del pueblo que logró escalar las grandes cumbres de la revolución, y con su agudeza comunista hacer parte de la luz que alumbra a las masas en su camino hacia la emancipación. Un gran hombre ha caído en las tierras de Bengala Occidental, pero estamos seguros que ha caído en buena tierra, pues desde mucho antes de su pérdida, ya hace parte, no solo del pueblo indio, sino de todo el proletariado mundial. Su legado ha quedado a buen recaudo en el movimiento comunista internacional, y su sangre es un portentoso abono para que sigan floreciendo las verdes praderas de la revolución en la India.
Periódico Revolución Obrera
Órgano de Expresión de la Unión Obrera Comunista (mlm)
Colombia, diciembre 1 de 2011

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