Miembros de la monarquía franquista con el terrorista Abdalá |
El rey Felipe VI de la monarquía instaurada por Francisco Franco está en a Riad, Arabia Saudí, para presentar sus condolencias por la muerte del gran financiador del terrorismo islámico, el rey rey Abdalá. Por supuesto, que haya muerto al fin el sanguinario dictador árabe, gran amigo del padre del rey de España, pues hacía negocios juntos con el petroleo comprado con el dinero público de los trabajadores españoles, no hace que sus sucesores vayan a dejar de armar, adoctrinar y sostener económicamente a los yihaidistas, con la complicidad y en apoyo de los intereses de sus principales aliados, los Estados Unidos de América.
Previamente, el jefe de estado, impuesto por la fuerza en España como en Arabia Saudí, envió un telegrama mostrando sus condolencias al sucesor en el trono de la bárbara y criminal dictadura saudí, el rey Salman. El rey franquista expresó, incluso en el nombre del pueblo español, su "más sincero sentimiento de pesar por la tristísima noticia", afirmando, también trasladaba su compromiso de reforzar aún más si cabe los lazos de amistad y cooperación entre España y Arabia Saudí ¿Se refiere a las comisiones que se metía en el bolsillo su padre Juan Carlos por obligar a los españoles a comprar el petroleo saudí en lugar de otros más baratos?
Hay que recordar el papel esencial que tuvieron los dictadores árabes en la instauración de la nueva monarquía franquista en la persona de Juan Carlos de Borbón, al que financiaron y sostuvieron a cambio, probablemente, de que "mediara" para hacer negocio (por supuesto, mutuo) a costa de los españoles. Por esa razón, la monarquía franquista se ha desvivido siempre, sin importarle mucho su "dignidad de reyes", por acudir a Marbella o a cualquier lugar del mundo cuando los reyes saudís han venido a pasar sus vacaciones o cuando han tenido que ir a Arabia para apoyor, negociar o, simplemente, agradecer los favores prestados a los terroristas árabes saudís.
Probablemente, siendo de tal palo tal astilla, Felipe habrá heredado por
la patilla no solo el trono español y los millones de euros del
presupuesto de los españoles, sino también los fructíferos negocios con
los sanguinarios salafistas (wahhabismo), corriente del Islam que es
sostenida por la monarquía saudí, y en la que se basan los diferentes
grupos terroristas islamistas, financiados con el petroleo de Arabia y
sostenidos y armados, como la propia dictadura saudí, por el gobierno y
las grandes corporaciones norteamericanas. Pero esto al Borbón le debe
importar muy poco: al fin y al cabo, pensará, como su padre, "la pela es
la pela", y el único dolor que pueden llegar a sentir realmente tipos
de su ralea es el que puede resentirse en su bolsillo.
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