Como estaba previsto, del 6 al 8 de junio pasado se realizó la Asamblea Nacional Popular, un importante encuentro de organizaciones sociales y políticas que debatieron cardinales problemas de la realidad y de la perspectiva de la actual lucha del pueblo colombiano contra sus enemigos.
Fue un importante evento popular que sirvió de escenario a un nuevo capítulo del debate entre los dos caminos: la salida a la crisis política por la vía electorera y constitucional desde arriba, o la vía revolucionaria desde abajo; la componenda con los enemigos desmontando los bloqueos y el paro para sentarse a negociar a espaldas de las masas como propone el mal llamado Comité Nacional de Paro y los jefes politiqueros, o el respaldo abierto a la lucha revolucionaria del pueblo, especialmente de la juventud proletaria que marcha a la vanguardia.
Fue un paso adelante en la unidad para la lucha directa del pueblo, dado que la Asamblea resolvió:
“…multiplicar los puntos de resistencia y bloqueos, clave del éxito de este levantamiento popular, acompañándolos de plantones, marchas, mítines, actos político-culturales y demás iniciativas de la creatividad popular. Hasta la siguiente sesión de la ANP, convocamos movilización nacional todos los miércoles. Invitamos, de manera especial, al movimiento obrero sindical clasista a que cree las condiciones para realizar un paro de la producción, los servicios y el transporte”.
Predominó una actitud contraria a las voces que desde la “coalición de la esperanza”, el “progresismo” y el “pacto histórico”, le tienden la mano al régimen criminal clamando por acabar con los bloqueos e incluso con las manifestaciones combativas.
Fue un paso adelante en la organización para la lucha directa de las masas, en la medida en que se reconocen las Asambleas Populares como embriones del nuevo Poder Popular y por ello la ANP convocó:
“… a fortalecer y generalizar las asambleas populares en barrios, veredas, universidades y empresas (…) al movimiento popular y al pueblo colombiano a participar en un segundo momento de la Asamblea Nacional Popular que se llevará a cabo en Cali, entre los días 17 y 20 de julio del presente año, para continuar fortaleciendo el poder popular mediante un ejercicio democrático popular que garantice la implementación de las decisiones mayoritarias y continuar debatiendo las diferencias”.
Sin embargo, a pesar de esos acuerdos generales revolucionarios para avanzar por el camino correcto, la ANP quedó a medio camino en el asunto fundamental del objetivo político inmediato: tumbar o no al régimen de la mafia y el paramilitarismo para darle paso al gobierno popular, al poder popular que se está construyendo desde abajo.
Ese es el problema clave y del cual se derivan otros, como la actitud frente a la farsa electoral del año entrante respecto a la cual la ANP guardó silencio, o la posición frente al CNP donde, correctamente, por un lado, la ANP rechaza sus “prácticas hegemónicas y burocráticas (…) que llevaron a una negociación con un gobierno genocida a espaldas de la mayoría movilizada”; pero por otro lado, erróneamente llama al CNP (a los burócratas que negocian con el régimen genocida a espaldas de las masas) a que se comporte “como un actor más y no como la dirección del paro nacional”.
Tales vacíos y contradicciones, reflejan el estado de la lucha entre los dos caminos en el seno de la Asamblea Nacional Popular, por la injerencia de los jefes de los partidos reformistas politiqueros comprometidos con el “pacto histórico”, quienes pretenden arrastrar el levantamiento popular hacia las urnas; y también por la demostración clara de que el método del consenso es antidemocrático, es una forma de imponer las posiciones de quienes dirigen los debates y hacen las relatorías, evidente en no plasmar en las conclusiones la posición mayoritaria en las comisiones, de rechazo al CNP y a las ideas erróneas de los jefes politiqueros.
El próximo encuentro de la Asamblea Nacional Popular a realizarse en Cali el 17 de julio debe avanzar en las definiciones: o sacrifica en el altar electorero el triunfo alcanzado en este levantamiento que ha logrado frenar el régimen criminal y la voracidad de los explotadores, algo no alcanzado en 20 años de inútiles debates en el establo parlamentario, o persiste en generalizar la actual huelga política de masas organizando con los obreros y campesinos el Paro de la producción; o se olvida de la sangre derramada permitiéndoles a las clases dominantes y al régimen darle una salida a la crisis por arriba mediante las componendas y la farsa electoral, o se atreve a ir más allá como lo está exigiendo el pueblo en las calles, llamando a derrocar la dictadura narcoparamilitar mediante la generalización del paro y la lucha revolucionaria en las calles, para establecer un nuevo gobierno de los obreros y campesinos que resuelva los problemas que las clases dominantes no quieren y no pueden resolver.
Tales son los asuntos frente a los cuales hay que tomar posición y por eso los comunistas invitan a los revolucionarios, a los dirigentes y activistas, a los verdaderos dirigentes del poderoso levantamiento popular a mirar lejos y a persistir en las tareas que le permitan al pueblo avanzar en la perspectiva del triunfo de la revolución:
• Generalizar las Asambleas Obreras, Populares, Campesinas, Indígenas, Estudiantiles donde se ejerza la democracia directa del pueblo trabajador, se decidan las exigencias y las tareas para proseguir en la lucha y generalizar el Paro Indefinido. Asambleas de abajo hacia arriba cada vez más conscientes y organizadas para transformarlas en la forma del nuevo poder.
• Generalizar los Grupos de Choque o Primera Línea y construir las Guardias o Milicias Obreras y Populares para enfrentar con éxito y derrotar las fuerzas asesinas estatales y paramilitares. A su vez, preparar mejor los combates y actuar con inteligencia para no propiciar bajas innecesarias.
• Complementar el combate directo a las hordas armadas del régimen, con un intenso trabajo de agitación y propaganda en las filas de las fuerzas militares del enemigo para desmoralizarlas, aislar a los mandos superiores y hacer que una parte de sus efectivos se pasen al lado del pueblo sometiéndose a las decisiones de las Asambleas Populares.
Contra la salida constitucional burguesa que proponen los jefes reformistas, que independiente de los deseos terminará sirviendo a la reacción, el proletariado revolucionario propone apoyarse en la vitalidad del movimiento, en las formas revolucionarias de lucha que está utilizando, en las formas de organización que ha ingeniado, cumpliendo el deber de contribuir a elevar la conciencia política de las masas, de señalar sus objetivos inmediatos y futuros, de ayudarles a diferenciar a los enemigos y falsos amigos de los verdaderos amigos, de contribuir a elevar sus actuales formas de lucha y de organización.
Desde Revolución Obrera los comunistas han propuesto un Programa Inmediato que contribuye a forjar la unidad del pueblo para avanzar en la lucha, porque hace consciente el sentir de las masas rebeldes que intuyen la posibilidad y la necesidad de derribar el régimen mafioso y paramilitar; porque plantea los problemas inmediatos más sentidos del pueblo trabajador y la necesidad de resolverlos desde abajo, destacando las formas de lucha y de organización revolucionarias para alcanzarlos y establecer un nuevo gobierno de obreros y campesinos; porque relaciona la lucha presente como parte de la preparación de los combates futuros por la Revolución Socialista, solución definitiva a los problemas de la sociedad colombiana.
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Junio 15 de 2021
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