El domingo 6 de junio se llevará a cabo la segunda vuelta electoral en el Perú para elegir al nuevo verdugo (a), quién se encargará de administrar el viejo aparato estatal en favor del imperialismo, la gran burguesía y grandes terratenientes.
Estas elecciones devienen en cruciales para la reacción. La bancarrota del viejo estado burocrático – terrateniente es absoluta; de hecho, la pandemia ha expuesta de manera más clara los problemas y debilidades estructurales que viene arrastrando desde hace mucho tiempo y, para tratar de que siga siendo funcional para la dictadura de grandes terratenientes y grandes burgueses, tienen que darle un aliento de vida; les urge un proceso de salvataje que con toda seguridad será pragmático, endosado a las grandes mayorías el peso de la crisis; y, para conseguir este propósito, la reacción y sus representantes deben legitimarse a través del proceso electoral.
Una vez más las dos fracciones de la gran burguesía han entrado en contienda. Colusión y pugna. Keiko Fujimori (Fuerza Popular), expone y representa los intereses de la burguesía compradora. Hay que recordar que sobre esta línea hay un nefasto antecedente de “gobernabilidad” que fue impulsado por su padre, Alberto Fujimori; proimperialista, hambreador, represivo, asesino, genocida y corrupto.
La fracción burocrática tiene su candidato, Pedro Castillo, reciclado entre las polleras del revisionismo y oportunismo de todo cuño. Castillo tiene un negro pasado ligado al proyecto contrarrevolucionario del viejo Estado del Perú por combatir la guerra popular, militó en las rondas campesinas, grupos de mesnadas que daban soporte armado a las FFAA del Perú en sus vanos propósitos por neutralizar la revolución. Además, mientras desbordó su comportamiento oportunista, fue funcional al gobierno de Alejandro Toledo; traidor del Sutep; hoy, un bastardo de la política que ha sido adoptado por la línea oportunista de derecha de Movadef y del Fundep.
Estos dos representantes de la gran burguesía, cada uno con su discurso que no pasa de ser un canto de sirena para cooptar el respaldo de las masas; están llamados por las clases dominantes a persistir en la reestructuración del viejo Estado, salvar el capitalismo burocrático y combatir la guerra popular.
Para quienes esgrimen la necesidad de una nueva constitución (Movadef), no quieren ver ni entender que el Perú, desde 1823, ha tenido 12 constituciones; todas han apuntalado la estructura jurídica y política del viejo Estado. Todas han servido al sostenimiento de la vieja dictadura de grandes burgueses y grandes terratenientes. Por su naturaleza de clase, estas constituciones jamás han estado al servicio de las masas. No diferente ha sido con las elecciones; la primera se llevó a cabo en 1827, igual, en nada ha beneficiado a las masas, por lo tanto, bregar por nuevas elecciones, por nueva constitución es demagogia, es lanzar polvo a los ojos del pueblo para pretender que no vean la realidad en las que se desenvuelve económica y políticamente el viejo orden reaccionario.
Pueblo del Perú: ¡NO VOTAR!, profundizar la guerra popular.
Pueblo del Perú, a desenmascarar los planes de la reacción expuestos en las nuevas elecciones.
Ni Keiko, ni Castillo salvarán a las masas del oprobio, miseria, hambre, desocupación en la que viven. Las grandes mayorías no requieren de reformas o reestructuración del viejo Estado; las masas, bajo dirección del Partido Comunista del Perú, con guerra popular, demandan de la conquista del Poder para generar una nueva sociedad, nueva dictadura, nueva democracia, tránsito ininterrumpido al socialismo y la dictadura del proletariado.
¡NO VOTAR, PROFUNDIZAR LA GUERRA POPULAR!
¡SALVO EL PODER TODO ES ILUSIÓN!
¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO-PENSAMIENTO GONZALO!
¡VIVA LA GUERRA POPULAR EN EL PERÚ!
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