jueves, 17 de octubre de 2019

GALIZA: Texto completo enviado polos camaradas do PCm-Italia as Xornadas Conmemorativas do Centenario da 3ª Internacional Comunista.

Celebremos o 100°aniversario da Terceira Internacional Comunista 

Saudo dos camaradas do  PCm Italy as Xornadas Conmemorativas na Galiza.


Texto en castelan.

En nombre de los maoístas italianos, militantes del PCm Italia, en marcha a la construcción del Partido de la Revolución y la Guerra Popular en nuestro país, de las masas unidas en los organismos generados, del contingente italiano del proletariado internacional, saludamos a los partidos, organizaciones, camaradas y amigos presentes en esta celebración.
Desafortunadamente, dificultades prácticas y nuestras tareas en la lucha de clase impiden de participar directamente, pero queremos hacer nuestra contribución a la discusión, y estamos ansiosos por compartir, traducir y difundir entre nuestros camaradas todo los que se producirá en estos días.

La clase obrera es una clase internacional. Existe en todos los rincones del mundo y produce todas las riquezas del mundo, y es explotada y oprimida por los mismos explotadores, de acuerdo con las mismas leyes, las del capitalismo, llegado a su última etapa, el imperialismo.
Los patrones de todo el mundo y de todos los países, además de explotarlo, "colonizan" su pensamiento para encadenar cada contingente proletario a los intereses nacionales. Lo golpearon juntos y hacen todo lo posible para mantenerlo dividido.
La peor y más absurda división es la por nación, según la cual los trabajadores italianos serían diferentes de los trabajadores franceses, de los trabajadores indios, de los trabajadores brasileños, de los trabajadores árabes, etc., aún si son explotados según las mismas leyes en fábricas que a menudo pertenecen a los mismos patrones.
El proletariado no tiene nación. El proletariado es una única clase internacional que al abolir su explotación eliminará toda la explotación y opresión de toda su clase y, en consecuencia y progresivamente, de toda la humanidad, construyendo así un mundo libre, igualitario, justo, con el poder en las manos de los quienes trabajan y producen.
Un mundo Libre de hambre, guerra, miseria, de fascismo, racismo, sexismo, desastres ambientales. Es la única clase que puede sacar a la humanidad de la barbarie y la prehistoria para construir una nueva historia. La nueva historia llamada comunismo.
Hace 200 años, Marx planteó la consigna "¡Proletarios de todo el mundo, uníos!", y nos dio las armas teóricas, analíticas y prácticas para ponerlo en práctica.
Hace poco más de 100 años, la gran victoria del proletariado en Rusia con la Revolución de Octubre, dirigida por Lenin, aplicando el marxismo a la realidad concreta, analizando el sistema del capital que se había convertido en imperialismo y poniendo fin a la carnicería de la guerra mundial trajo a los trabajadores al poder.
En este contexto se fundó la Tercera Internacional Comunista. Y, después de su Segundo Congreso, nacieron partidos comunistas en todo el mundo. En nuestro país, en 1921, nació el Partido Comunista de Italia, que pronto fue el partido de Gramsci. La Tercera Internacional definió pronto los puntos y la línea para construir la unidad del proletariado internacional a través de la unidad de los partidos proletarios de vanguardia en cada país.
En el Congreso de 1928, la Internacional Comunista se definió como:
"La Internacional Comunista, que agrupa a los trabajadores revolucionarios que dirigen masas de millones de oprimidos y explotados para desplegarlos contra la burguesía y sus agentes "socialistas ", es el heredero histórico de la Liga de los Comunistas y la Primera Internacional, que operaba bajo la guía directa de Marx. Y él es el heredero de la mejor tradición de la Segunda Internacional de antes de la guerra.
La Primera Internacional forjó los fundamentos ideológicos de la lucha proletaria internacional para el socialismo. La Segunda Internacional, en su mejor período, preparó el terreno para una expansión masiva del movimiento obrero. La Tercera Internacional, la Internacional Comunista, continuó el trabajo de la Primera y, valorando los frutos del trabajo de la Segunda, rompió decisivamente con el oportunismo de esta, su social-chovinismo, la deformación burguesa del socialismo que esta llevó a cabo, dando paso a la historia y práctica de la dictadura del proletariado".
En "la Tercera Internacional su lugar en la historia", Lenin afirma:
"La importancia histórica mundial de la III Internacional, de la Internacional Comunista, radica en haber comenzado a poner en práctica la mayor consigna de Marx, la consigna que resume el desarrollo centenario del socialismo y el movimiento obrero, la consigna que se expresa en el concepto de dictadura del proletariado”.
Por lo tanto, el nacimiento de la Tercera Internacional se dio en el contexto de la victoria de la Revolución de Octubre, del impulso que esta victoria creó en todo el mundo, de la conexión consiguiente entre los diferentes partidos obreros, socialistas e de izquierda en el mundo en torno a la experiencia de la Revolución de Octubre.
Esa permitió al movimiento obrero de tener una base común, una forma común de desarrollar la lucha revolucionaria por el socialismo en todos los países.
En ese momento en los países del mundo aún no había partidos comunistas, sino partidos socialistas, partidos de izquierda, que durante la guerra mundial habían demostrado que no podían detenerla, por el contrario, muchos de ellos pasaron con la propia burguesía, apoyándola en la guerra.
La Tercera Internacional permitió a los partidos que ya existían de unirse y allanar el camino para la formación de nuevos partidos comunistas.
Pero el papel de la Tercera Internacional no termina con la construcción de partidos comunistas y la unidad de los comunistas. Con ella se fundaron la Internacional Comunista de la Juventud, el Secretariado Internacional de Mujeres, la Internacional Roja de Sindicatos, la Asociación Internacional Roja de Deportes, el Socorro Obrero Internacional, el Socorro Rojo Internacional y la Internacional Campesina. Es decir: desde el primer momento, la Tercera Internacional planteó que el Partido Comunista es el centro de todo un conjunto de organizaciones que reúnen a las masas en torno a los diferentes aspectos de su vida social y política.
Es a través de la relación entre el Partido Comunista y las organizaciones de masas que la Tercera Internacional cumple su función de unir no solo a los partidos sino a las clases, las organizaciones de masas y todo lo que se mueve en el terreno de la lucha en los diferentes países.
En el primer Congreso se afirma el concepto de la conquista del poder político por parte del proletariado, un principio ya presente como base del movimiento obrero y socialista, pero que la Internacional Comunista especifica y establece.
El Programa de la Internacional Comunista afirma:
"La conquista del poder por parte del proletariado implica la aniquilación del poder de la burguesía, la destrucción del aparato del estado capitalista y su reemplazo por nuevos órganos de poder proletario, que son, sobre todo, armas para aplastar a los explotadores".
El aparato estatal, en manos de la burguesía, es el instrumento más poderoso de su dominio. La conquista del aparato estatal no puede reducirse a un cambio de personal en la organización de los ministerios, sino que debe significar la aniquilación del aparato estatal existente, la posesión de las palancas de poder efectivas, el desarme de la burguesía, la disolución de la camarilla de oficiales contrarrevolucionarios en las diversas fuerzas armadas y el consiguiente armamento del proletariado, de los soldados revolucionarios, de la Guardia Roja de los trabajadores, el despido de todos los jueces burgueses y la creación de tribunales proletarios, la destrucción de la burocracia reaccionaria y la creación de nuevos órganos administrativos proletarios.
La victoria proletaria está asegurada por la desorganización del poder enemigo y la organización del poder proletario debe significar la demolición del aparato estatal burgués y la creación del aparato estatal proletario.
Otro elemento que la Tercera Internacional puso como base del movimiento comunista se refiere al significado de la lucha de los trabajadores y su fin.
En el mismo programa se escribe:
"La lucha de los trabajadores por el aumento de los salarios, incluso en caso de éxito, no produce la mejoría esperada de las condiciones de vida ... La mejoría de las condiciones de los trabajadores se logrará solo cuando el mismo proletariado se apoderará de la producción. Para elevar las fuerzas productivas, para romper, lo antes posible, la resistencia de la burguesía, para evitar que la vieja sociedad conduzca a la ruina completa de la vida económica, la dictadura proletaria debe llevar a cabo la expropiación de la gran burguesía ... y apoderarse de los medios de producción e intercambio, propiedad colectiva del estado proletario".
Es fácil comprender la importancia del hecho de que sobre esta base se fundó la construcción del movimiento comunista de la época y el nacimiento de los partidos comunistas en cada país.
Para completar el aspecto histórico, en cada Congreso la Internacional Comunista enfrenta y resuelve, en cierto sentido, en forma válida también para el futuro, un problema dado.

Para dar algunos ejemplos: el Primer Congreso definió los puntos sobre los cuales se reconstituyeron los partidos comunistas; el Segundo Congreso definió el Programa dela Internacional; el Tercer Congreso abordó la cuestión de la conquista de las masas y lanzó la consigna "hacia las masas", para que los partidos den la importancia necesaria al trabajo de masa, no solo a la afirmación de los principios; el Cuarto Congreso aprobó las tesis del Frente Unido, afirmando la unidad de acción de todos los trabajadores dispuestos a luchar, independientemente de su afiliación política o sindical, contra el enemigo común y el frente anti-imperialista unido en los países oprimidos por el imperialismo, en la colonias y semi-colonias; el Sexto Congreso aprobó el nuevo Programa, centrado en el objetivo de derrocar al sistema económico capitalista mundial, y señaló el peligro de una guerra imperialista; El Séptimo Congreso, de extraordinaria importancia, lanzó la consigna del frente popular contra el fascismo y la guerra que dirigirá los partidos comunistas y todas las fuerzas progresistas durante la Segunda Guerra Mundial y hasta la derrota del nazismo.

Sin el papel y la línea de la Tercera Internacional, la victoria sobre el nazismo y la derrota del fascismo en cada país hubiera sido imposible.

La Tercera Internacional cumplió su papel histórico demostrándose como una gran victoria para la clase obrera mundial y el mayor recurso que las masas populares habían creado para luchar y derrotar la barbarie del capital que se había impuesto con el nazismo.
La Unión Soviética dirigida por Stalin y la línea de la Tercera Internacional también dirigida por Stalin derrotaron al nazismo y nadie olvida que ellas abrieron las puertas de la infamia de Auschwitz.
¿Qué hubo de mas grande en la historia del mundo?

El movimiento comunista y la clase obrera internacional no han podido mantener este instrumento en la fase de posguerra. Los errores y la muerte de Stalin la han socavado por dentro. Los gusanos del revisionismo han salido de su escondite, en Rusia como en todos los países. Incluso en nuestro, disuelta la Tercera Internacional, el Partido Comunista ha degenerado en un partido parlamentario que, traicionando los intereses de los trabajadores, ha liquidó su fuerza y los logros alcanzados.

La bandera de la Tercera Internacional fue levantada y sostenida en alto por Mao Tse tung y los comunistas chinos, que lideraron otra etapa en la historia del movimiento internacional comunista y obrero. La consigna se ha convertido: "los proletarios y pueblos oprimidos de todo el mundo uníos” y el viento de la gran revolución cultural proletaria en China ha mostrado el camino hacia la reconquista del poder proletario, de la revolución socialista, desarrollando la lucha de liberación en los países oprimidos por el imperialismo e incendiando los países imperialistas con el movimiento revolucionario del 68-69 y de los años 70.

La gran epopeya de la fundación, desarrollo y afirmación en todos los rincones del mundo de la Internacional Comunista ha representado el paso más gigantesco para el proletariado y el movimiento comunista internacional. Nos ha permitido difundir la importancia histórica mundial de la Revolución de Octubre y la construcción de auténticos partidos comunistas en todos los rincones del mundo. Permitió y apoyó la construcción del socialismo en Rusia. Abordó y avanzó en la solución todos los problemas de estrategia y táctica necesarios para que el proletariado gane en los países imperialistas como en los países oprimidos por el imperialismo, permitió a los proletarios y los pueblos del mundo de unirse en la batalla grandiosa para derrotar la Segunda Guerra Mundial imperialista y al nazi-fascismo. Nos ha entregado un patrimonio histórico, teórico y político.

Incluso después de su disolución, la lucha teórica, política y organizativa contra el surgimiento del revisionismo en el movimiento comunista internacional, con el abandono de la dictadura del proletariado y el socialismo y del camino de la revolución para la demolición violenta del estado burgués.
Corresponde a los comunistas de hoy, en cualquier país onde operan y cualquiera que sea su fuerza actual, organizarse, dirigir y fusionarse con la clase obrera de hoy, con el proletariado internacional de hoy, con los pueblos oprimidos y en lucha en el mundo de hoy y reconstruir juntos la nueva Internacional Comunista.

La retoma de todo este patrimonio histórico es hoy más necesaria que nunca para un avance real del movimiento obrero internacional y del movimiento comunista para liberarse con la lucha ideológica activa y la lucha entre las dos líneas de las influencias del revisionismo y oportunismo de derecha que llevan a la capitulación y también, como enemigo secundario pero perjudicial para el propósito, del oportunismo de “izquierda”, del dogmatismo y el revolucionismo pequeño burgués.

Es el imperialismo el que no tiene, ni debe tener, un futuro, atravesado por su crisis devastadora que arrastra a los proletarios y pueblos en guerras infinitas y pone en peligro el destino de todo el planeta.
¡El futuro puede y debe ser de la clase obrera y de las masas populares! Pero solo puede serlo si la bandera roja del internacionalismo proletario y la revolución mundial vuelve a ondear.
"Los proletarios no tienen nada que perder que sus cadenas. ¡Y tienen un mundo que ganar! ".

PCm Italy
14 octubre 2019
Publicado en MaoistRoad

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