lunes, 8 de abril de 2013

Servir al pueblo, el estilo de trabajo comunista.


El egoísmo, el personalismo, es sin duda una lacra del pensamiento burgués que tendremos que combatir durante muchos años. El peso de la costumbres y los valores burgueses en la vida cotidiana pueden hacer que no se vea el carácter reaccionario y burgués del comportamiento de algunos camaradas empeñados en sobresalir, no por sus logros al servicio del pueblo, sino por su afán de poder personal, en su egoísmo y despotismo.
Esta grave enfermedad tiene que ser combatida a todos los niveles, bien sea a nivel local o internacional pues no solo afecta a camaradas a nivel personal sino también a la practica de ciertas organizaciones comunistas que se empeñan en "dirigirlo todo" sin respetar al resto de organizaciones hermanas. Cualquier matiz es aprovechado para desatar "una tormenta de rayos" sobre aquel que ose contradecir sus dictados.
Este proceder sumamente nocivo a todos los niveles, adquiere particular gravedad cuando se trata de relaciones entre partidos hermanos. Partidos que llevan a cabo las tareas de la revolución en sus países. No respetar a otras organizaciones e inmiscuirse groseramente en sus tareas, es una practica nociva que tiene su base en ciertos comportamientos instaurados en el MCI en tiempos de la III IC. En una visión asimétrica del papel de las organizaciones y no de un trabajo en pie de igualdad.
Respetar a los camaradas, respetar a otros partido hemanos no implica liberalismo, como afirman los izquierdistas empeñados en el estilo "todos contra todos", implica el uso de un verdadero estilo comunista en el trabajo, en sus criticas u opiniones desechando, con humildad, cualquier gesto de altanería y arrogancia hegemonista.
No pararemos de decir que cada aplicación concreta del MLM tiene sus particularidades, que tienen que partir de la realidad de las contradicciones existentes en una concreta sociedad y no de copias mecanicas que tratan de ajustar "el pie al zapato y no el zapato al pie". Pero tampoco debemos olvidar el caracter mundial de la lucha y actuar como si estuviéramos solos en el mundo. Las relaciones que organizaciones comunistas, maoístas, establezcan con otras en otros países no deben de ir contra los principios revolucionarios de la RPM.
Tenemos que actuar de forma coherente y coordinada recordando en todo momento que somos un ejemplo para las masas oprimidas alli donde estén, no solo entre las de nuestro país. Si empañamos la labor de los maoístas con amistades con fuerzas antagónicas, de otros países, podemos hacer un gran  daño al internacionalismo proletario.

DR-redacción

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