LOS COMBATES DE OCTUBRE*
Enseñanzas de los combates de octubre
En el mes de octubre, una explosión revolucionaria de grandiosa envergadura ha estremecido hasta la raíz los cimientos del régimen burgués terrateniente. Millones de trabajadores se lanzaron a la batalla en todo el país, encendidos de indignación revolucionaria, frente al avance descarado de las hordas fascistas vaticanistas, y con el propósito de instaurar su propio poder.
La huelga general y la insurrección de octubre han sido el resultado del proceso de maduración de la conciencia revolucionaria de las masas, a través de la experiencia de cinco años de revolución. Las masas que el 14 de abril siguieron a los partidos pequeño-burgueses, radicales-socialistas, Esquerra, Orga, etc., y socialistas que, una vez en el Gobierno, defendieron los intereses de la burguesía y de los terratenientes, fueron comprobando, poco a poco, que la colaboración de clases, en régimen republicano como en cualquier otro, no llevaba al socialismo, como se les había prometido, sino al fascismo. Por otra parte, las masas veían como en la Unión Soviética había desaparecido el paro y la miseria, que no existía peligro fascista y se estaba construyendo victoriosamente el socialismo. Esos factores contribuyeron a la elevación de su conciencia de clase, lo que las hizo comprender que solamente la lucha abierta por el Poder, la lucha contra todo el régimen de explotación burgués-terrateniente –dejado intacto por la República-, podía impedir los avances de la reacción y del fascismo y terminar con la miseria, la opresión y el hambre. De esta forma, el forcejeo entre la fuerza de la revolución y las de la contrarrevolución fue agudizándose progresivamente, hasta transformarse en guerra civil abierta. Nuestra heroica clase obrera, al empuñar Las armas, se proponía cerrar el paso a la reacción y al fascismo y conquistar el Poder para instaurar el Gobierno Obrero y Campesino.
Este fue el significado de las gloriosas jornadas de octubre.
La huelga general política de masas contra el fascismo adquirió tan amplitud que se transformó en lucha armada en varias provincias, en lucha insurreccional en Vizcaya, Guipúzcoa y León, y en Asturias en una grandiosa insurrección popular, en una batalla de tal envergadura, en la que todo el pueblo en armas mantuvo a raya en el frente de batalla durante más de quince días a todo un ejército pertrechado con arreglo a la última palabra de la técnica guerrera moderna. Teniendo presente el ejemplo glorioso de la Unión Soviética, el proletariado de Asturias supo sentar las bases de su propio poder, del Gobierno Obrero y Campesino, sobre la base de los soviets, organizando el Ejército Rojo, adoptando medidas inmediatas para la defensa de la revolución, tomando rehenes, organizando la producción para atender las necesidades del pueblo laborioso y la equipación de su ejército, creando departamentos de Guerra, Sanidad, Abastos, etc. El proletariado asturiano, en alianza con los campesinos y con el apoyo de las amplias masas populares, pasó a la creación de un nuevo orden, del orden revolucionario, declarando abolida la renta sobre la tierra. Incautándose de los medios de producción, de transportes, ferrocarriles, etc., y confiscando los grandes almacenes de víveres y los artículos de primera necesidad, poniéndolos a disposición de la población laboriosa.
En su breve existencia de Poder, el proletariado de Asturias ha evidenciado toda la enorme capacidad de organización y dirección que se oculta en el seno de la clase obrera, y dado un ejemplo al proletariado mundial de heroísmo y abnegación en la lucha.
Por su táctica ofensiva, por sus métodos de lucha, en muchos aspectos nuevos y originales, los valientes mineros asturianos han llenado páginas de riquísima experiencia para el movimiento revolucionario del proletariado mundial. La lucha de los proletarios de Asturias ha reducido a polvo la teoría contrarrevolucionaria de los ideólogos evolucionistas de la socialdemocracia, que pretenden que el proletariado no puede hacer frente ni vencer en lucha directa y violenta al formidable y moderno aparato guerrero de la burguesía. El heroico proletariado de Asturias, en armas, ha demostrado ser capaz, no solamente de conquistar el Poder en lucha abierta , sino también de derrotar las fuerzas de la contrarrevolución, concentradas en aquella región y defender su poder, haciendo frente, con éxito, durante dos semanas, a todo un ejército pertrechado con artillería, aviación, marina y tanques, a las Legiones salvajes del Tercio y a los traidores de su propio pueblo, las bandas Regulares de tropas mercenarias moras. A pesar de la falta de una dirección política militar única, y a pesar de poseer un armamento muy deficiente, el pueblo en armas ha desplegado y representado una tal fuerza que el generalísimo del Ejército de la contrarrevolución, López Ochoa, se vio obligado a parlamentar con los representantes del Ejército Rojo y a aceptar, en parte, sus condiciones.
(…) En octubre, al iniciarse la lucha, existían condiciones favorables para su triunfo; pero, para asegurarlo, faltó la dirección única, firme, proletaria, que sólo se la podía dar un Partido con una táctica y una experiencia revolucionaria basada en los principios del marxismo-leninismo. Desgraciadamente, Nuestro Partido, el Partido Comunista, único capaz de desempeñar ese papel –y allí donde tenía fuerzas importantes, como en Asturias y Euzkadi, lo demostró-, no había adquirido todavía una influencia decisiva sobre las masas trabajadoras de todo el país, que marchaban, en su mayoría, al dictado del Partido Socialista o seguían las inspiraciones de los jefes anarquistas.
(…) La batalla ha sido ganada, momentáneamente, por la burguesía y los terratenientes. Pero la insurrección de octubre ha demostrado claramente que la clase obrera de España y las masas trabajadoras no aceptan y que lucharán encarnizadamente contra la dictadura fascista dl bloque burgués terrateniente. El proletariado ha dado un paso formidable hacia adelante. La revolución ha crecido. La idea de los soviets de obreros y campesinos y la necesidad de la lucha por su propio poder ha hecho carne en las masas. La necesidad de la unidad de acción y detener un verdadero partido revolucionario proletario, el Partido Bolchevique único, como organizador y dirigente de la revolución, ha ganado terreno. El camino de Asturias, el camino del Gobierno Obrero y Campesino es el faro que señala a las masas la única senda de su liberación. (…)
La posición del Partido Comunista y de las demás organizaciones obreras en la preparación orgánica y política de la revolución
Basándose en la concepción de que su papel es el de organizador de la revolución, el P.C. orientó su acción en la máxima de que “el triunfo de la revolución jamás llega por sí solo. Es necesario prepararle y conquistarle. Y sólo un fuerte Partido proletario revolucionario puede hacerlo. Hay momentos en que la situación es revolucionaria, el poder de la burguesía tiembla hasta los cimientos, y no obstante, el triunfo de la revolución no llega porque no existe un Partido revolucionario del proletariado suficientemente fuerte y prestigioso para conducir tras de sí a las masas y tomar el Poder en sus manos” (Stalin).
Consecuentes con este criterio, procedemos, convencidos de que para que un Partido pueda emprender con garantías de éxito la organización y dirección de la revolución, precisa ante todo un programa, una táctica y una estrategia revolucionaria; una unida de hierro, tanto política como orgánicamente; un Partido que con los hechos de3musytre ser la parte más experimentada y aguerrida de la clase obrera, que posea una teoría y un programa justo, y que para mejorar sus métodos de lucha utilice en su seno, con firmeza bolchevique, el arma formidable de la crítica y la autocrítica. (…)
Nuestro Partido sabrá transformarse en un verdadero Partido bolchevique de masas, en el Partido único del proletariado, en el Partido de hierro de Lenin y Stalin, que será invencible y sabrá llevar al proletariado y a las masas campesinas de España, a través de las luchas diarias, hacia la nueva y victoriosa insurrección armada, hacia el octubre Rojo, hacia la República Soviética de España.
(*) Extractos de “Los Combates de Octubre”, Resolución del Buró Político del Partido Comunista de España sobre las batallas de octubre.” Diciembre 1934. Reproducido en “Octubre de 1934. Reflexiones sobre una revolución”. Edición de Marta Bizcarrondo. Biblioteca de textos socialistas. Nº 9. Editorial Ayuso. Madrid 1977. Texto seleccionado y transcrito para Dazibao Rojo por R. Manzanares.
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