A propósito de un artículo de Jon Juanma en Dazibao Rojo
M. Alonso
Comparto tu
opinión que nos hace falta una organización revolucionaria seria (según mi opinión,
MLM) pero no tanto para evitar las acciones represivas como para plantear la cuestión
de la toma del poder por el
proletariado y las demás clases populares.
Sin ese
partido, sin esa organización es comprensible que crezcan las posiciones
anarquistas o de un falso radicalismo entre la juventud y no por problema de testosterona,
es por la carencia de una línea política revolucionaria verdadera. Estoy de acuerdo
que ser radical o ser rebelde, no es actuar como un hooligan en día de partido
(de fútbol). No existe como especialidad olímpica la carrera ante la policía,
pero si es cierto que, ironías aparte, es un aprendizaje para tareas más
complejas.
Las fuerzas
represivas, policiales, militares o militarizadas están formadas en su mayoría por
personas que provienen de las diversas clases populares y solo una minoría, principalmente altos mandos,
provienen de la mediana o alta burguesía. Parecen muy poderosos con sus cascos
y sus escudos pero en perspectiva el pueblo organizado lo es mucho más. Existen
contradicciones que se pueden trabajar, pero solo en el momento que los
elementos intermedios (de mayoría popular) de los aparatos represivos perciben
a sus jefes como “caballo perdedor” empiezan a ser permeables a las consignas revolucionarias,
pero esto solo se produce cuando una poderosa organización revolucionaria
dirige la lucha de las masas. Con esto no quiero decir que no es necesario ese
trabajo de zapa de forma permanente o si lo prefieres, Juanma, de pedagogía democrática.
Pero sin
olvidar lo que señaló Lenin “salvo el Poder todo es ilusión” pues solo en el
marco de un estado revolucionario, de dictadura del proletariado, se podrá alcanzar una nueva sociedad en el que los valores de
la solidaridad y el apoyo mutuo sean capaces de hacer avanzar a la humanidad
hacia el socialismo.
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