El año 2012 publicábamos: “Joao Carilao Catrileo, vive en la Villa Libertad de Cerro Navia, hace un año estudiaba Primero Medio en la especialidad de mecánica automotriz, en el Liceo Benjamín Franklin, tiene 14 años. Su madre Dina Catrileo trabaja recolectando latas.»
Joao es el único imputado por la quema de 3 buses durante la quinta jornada de movilizaciones estudiantiles del año 2012, que han congregado a más de 10 mil estudiantes.
El ministro del Interior Andrés Chadwick habló de todo el rigor de la ley, todo esto en el contexto de la discusión de Ley Anti-protesta o Ley Hinzpeter, que al igual que hoy con la ley de aula segura persigue a los estudiantes que buscan luchar por sus justos derechos. Los jóvenes exigían educación gratuita y de calidad.
Movilización afuera de los Tribunales en Santiago
De inmediato todo el peso de la ley cayó sobre Joao y fue detenido en el Sename por varios meses, una experiencia que lo marcó duramente, no pudieron encerrarlo por más tiempo porque no tenían pruebas contra él. Le cayeron encima por ser un joven luchador mapuche, por ser pobre y por tener conciencia de la injusticia y la explotación.
Joao falleció este primero de mayo de una bronconeumonía fulminante en la posta central.
Algunas palabras para nuestro compañero:
La prensa burguesa te pinto como el mayor de los males, por eso supimos de inmediato que era justo ponerse de tu lado. Y gritamos: ¡Libertad a Joao, preso por luchar! la Justicia es desigual y cayó sobre ti, porque te atreviste a luchar, valiente, con coraje.
Largos meses en el Sename que dejaron una huella en ti.
Compañero, Hermano:
A tus 14 años te dijiste mapuche y revolucionario.
Amaste a tu familia, amaste a tus amigos, amaste a tu pueblo. Te sentiste orgulloso de él.
También hermano, intestaste quitarte la rabia, la rabia por todo lo que te diste cuenta, pero no pudimos, no pudiste. También tuviste tu linda sonrisa, tus bromas, corrimos juntos arrancando de la policía un 29 de marzo y caímos. Te golpearon las palabras de los mapuche en resistencia del Bajo Malleco, te alentaron, buscaste ser alguien, encontrar tu camino. Pero las contradicciones caían sobre ti, pesadas, las contradicciones de este mundo. Y respondiste con lucha, pero también a veces con soberbia y desenfreno.
Te quisimos mucho negrito, chistoso y valiente y sobre todo porque detrás de tu desenfreno, siempre tuviste mucho amor a los pobres. Estamos tristes con tu partida de este modo, pero debemos arrancarnos esta pena, porque estamos luchando y eso te hace feliz compañero.
Que tu espíritu arrojado y joven, nos de fuerza para las tareas venideras en la lucha, que nos dé lecciones para los que están hoy y los que vendrán, porque cada día son más los que luchamos por una sociedad sin clases, contra ese maldito afán de un puñado que vive en la grosera abundancia a costa del sudor y sangre de los demás.