domingo, 14 de octubre de 2012

 
Con ocasión del 40º aniversario del asesinato por la dictadura fascista portuguesa
del joven marxista-leninista-maoísta José Antonio Ribeiro Santos, militante de la FEML (12 Octubre 1972)

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MENSAJE DEL COMITÉ LENIN DEL M.R.P.P. A LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES MARXISTAS-LENINISTAS (FEML)*
¡CAMARADAS!
“El fascismo apretó el gatillo y el revisionismo le apuntó al blanco” –tal es la justa apreciación acerca de la siniestra confabulación de las fuerzas de clase que asesinaron cobardemente, en la tarde sangrienta del 12 de Octubre de 1972, a nuestro heroico camarada JOSÉ ANTONIO RIBEIRO DOS SANTOS.
El primer marxista-leninista-maoísta portugués que dio la vida por la Revolución Proletaria, su ejemplo y su espíritu revolucionario, su firme conciencia política e ideológica, su coraje, intrepidez, combatividad y sacrificio supremo, hacen de José Antonio Ribeiro dos Santos uno de los más queridos hijos del Pueblo, uno de los más destacados combatientes de las masas explotadas, esclavizadas y oprimidas de Portugal, un verdadero guardia rojo de la época de la Gran Revolución Cultural Proletaria, un digno discípulo del Presidente Mao.
“Allí donde hay lucha, hay sacrificios, y la muerte es cosa frecuente. Como nosotros tenemos en mente los intereses del pueblo, los sufrimientos de la gran mayoría del pueblo, morir por éste es dar a nuestra muerte toda la significación”. Tal es el espíritu de servir al Pueblo, que siempre animó al heroico camarada José Antonio Ribeiro dos Santos; tal es el espíritu que anima a la federación de Estudiantes Marxistas-Leninistas, de que él era un valerosos militante e que, con su ejemplo, cubrió de gloria; tal es el espíritu que debe animar a todos los revolucionarios marxistas-leninistas-maoístas.
La historia de la humanidad, a partir del momento en que la sociedad quedó dividida en clases y durante todo el tiempo en que esa división permanece, es la historia de las amplias masas populares, explotadas y oprimidas, vertiendo torrentes de su sangre en una lucha a muerte contra las minorías explotadoras y opresoras para instituir un mundo mejor, un mundo a la escala de las aspiraciones de las clases dominadas.
Muy en especial, la Historia de todos los pueblos que sufrieron o sufren bajo la más feroz dictadura de siempre –la dictadura de la burguesía- es un largo martirologio de revolucionarios, extendiéndose a lo largo de decenas y decenas de años. Desde los 20.000 mártires de la Comuna de París, millones y millones de hombres y mujeres han pagado con la vida las justas ansias del proletariado y del pueblo por una nueva sociedad, ahora sí, una sociedad sin clases, sin explotación del hombre por el hombre, libre y fraterna: el Comunismo.
También en Portugal, millares de hijos generosos del proletariado y del pueblo han sido cobardemente masacrados por la dictadura de la burguesía. Muchos de ellos cayeron gritando: “¡Viva la clase obrera! ¡Viva el Socialismo! ¡Viva el Comunismo!”. Más la concepción que tenían de los nobles ideales por los cuales lucharon y por los cuales cayeron es la línea política que imaginaban ser capaces de alcanzar no eran ni una concepción ni una línea política proletarias y sí una concepción y una línea política burguesas para uso del proletariado. Tal como ocurriera cien años antes con los ajusticiados del muro de Père Lachaise, éstos mártires de l Revolución Portuguesa osaron “tomar el cielo por asalto”, pero fueron traicionados en su gloriosa embestida por el oportunismo infiltrado en el seno del movimiento obrero: el anarquismo, el socialismo burgués y el revisionismo del P”C”P. Esos mártires son mártires de la Revolución Socialista en Portugal, asesinados en el pecho con tiros de represión burguesa y en las espaldas con puñaladas del oportunismo y del revisionismo.
La masacre del heroico camarada José Antonio Ribeiro dos Santos, el asesinato del primer revolucionario portugués transportando la bandera roja del marxismo-leninismo-maoísmo tiene un inmenso significado histórico: marca el inicio de la última fase de la dominación burguesa de nuestra patria.
La muerte del heroico camarada José Antonio Ribeiro dos Santos, como la muerte de esos millones y millones de hombres y mujeres del pueblo en todo el mundo, no fue ni será lamentada; esas muertes exaltaron y exaltarán, arrastraron y arrastrarán a la lucha libertadora a masas populares cada vez más amplias. Sobre los cuerpos de esos héroes gloriosos caídos en el campo de la batalla de la Revolución, se levantaron y se levantarán cada vez más, otros millones y millones de nuevos combatientes, tan intrépidos como los primeros, a fin de asegurar la victoria del proletariado y del pueblo a través de ese heroísmo de masas.
¡Y la victoria está asegurada! Desde el punto de vista del proletariado y del pueblo, la situación de la Revolución Mundial es excelente. Nuestra época es aquella en que el imperialismo y el socialimperialismo se precipitan a la ruina total y el socialismo avanza hacia la victoria en el mundo entero.
En esta época, el imperialismo y el socialimperialismo, desdentados y moribundos, se disputan para dividirse el mundo y se confabulan para asesinar a los pueblos. Es esa santa alianza que masacró a 500.000 comunistas indonesios; que ajustició, en connivencia con la camarilla de Dubcek, a centenares de patriotas checoslovacos; que martiriza a millares de patriotas vietnamitas, laosianos y camboyanos; que descarga sobre las masas de los pueblos árabes y palestinos. Es esta santa alianza que se prepara para dividir entre sí y oprimir a los pueblos de Europa, a través de un nuevo Munich a escala de nuestro continente: la cacareada conferencia europea de seguridad.
Sin embargo, donde quiera que haya opresión hay resistencia. Los países quieren la independencia, las naciones quieren la liberación y los pueblos quieren la Revolución. Así devino la tendencia irresistible de la Historia. Las conspiraciones urdidas entre el imperialismo y el socialimperialismo tendrán el destino de todas las santas alianzas precedentes: la muerte inexorable a manos del proletariado y del pueblo en armas.
En el seno del movimiento obrero internacional la lucha contra el revisionismo alcanzó éxitos irreversibles. Los trabajadores de todo el mundo comprendieron y comprenden cada vez mejor que es indispensable y vital combatir y aislarla pezuña revisionista, si se quiere de hecho arrancar el poder a la burguesía e instaurar y consolidar la dictadura del Proletariado. En consecuencia, desenmascarados ante las amplias masas explotadas y oprimidas, los revisionistas no tienen otro remedio sino dejar de usar la máscara de corderos y pasar asumir su verdadera figura de chacales.
En nuestro país, la lucha contra el revisionismo tuvo bastantes progresos y obtuvo éxitos destacables. Pero ésta es también una lucha prolongada dentro de la guerra popular prolongada por derrumbar el Poder de la burguesía e instaurar la dictadura del proletariado. Es necesario y urgente proseguirla. Intensificarla y ampliarla. Hoy está claro para sectores relativamente amplios de las masas, el significado y la naturaleza contrarrevolucionarias de las posiciones políticas fundamentales del P”C”P revisionista. La íntima colaboración entre el cunhalismo y la camarilla marcelista se vuelve y se volverá cada vez más un hecho público y notorio. Con su participación, al lado de la PIDE, en el cobarde asesinato del heroico camarada José Antonio Ribeiro dos Santos, el revisionismo aumentó las demostraciones de buen comportamiento, experimentados en diversas ocasiones por el estado fascista, la medalla de oro de los diversos servicios por traición.
Como comunistas, nuestra visión del mundo es el del internacionalismo proletario. Es porque convocamos al pueblo, en el momento en que, sobre la sangre aún caliente de nuestro abnegado camarada, el pueblo jura vengar a José Antonio Ribeiro dos Santos –nosotros llamamos al pueblo a vengar también a los millares de mártires angolanos, guineanos y mozambiqueños masacrados sistemáticamente en las “aldeas” coloniales o en las prisiones de Bié, de la isla de Galinhas, de Tarrafal, de Malvérnia, de Machava y de tantos y tantos otros sitios. La lucha de nuestros pueblos es una lucha unida contra el mismo enemigo común. Nuestros mártires son víctimas de los mismos asesinos.
¡CAMARADAS!
El heroísmo proletario, el temple bolchevique del camarada José Antonio Ribeiro dos Santos constituye la más bella ilustración práctica de su elevado espíritu marxista-leninista-maoísta; al mismo tiempo él constituye también el más seguro pináculo del serio, consciente y entusiasta trabajo de educación comunista de la juventud estudiantil, de preparación de militantes revolucionarios en el espíritu de servir al pueblo al que la Federación de Estudiantes Marxistas-Leninistas se consagra.
¡Honremos la memoria, el ejemplo vivo de este valeroso combatiente de la Revolución Portuguesa! Juremos delante de José Antonio Ribeiro dos Santos marchar sobre sus pasos, imitar su intrepidez, ser dignos de su heroísmo. ¡De las filas de la juventud estudiantil, obrera y campesina de Portugal, millares de jóvenes se alzarán como una tempestad con el fin de tomar de las manos del camarada caído la bandera roja del marxismo-leninismo-maoísmo, la bandera roja de la Revolución Mundial Proletaria!
 
¡VIVA EL PUEBLO! ¡HONOR A RIBEIRO SANTOS!
¡GLORIA A LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES MARXISTAS-LENINISTAS!
Comité Lenin (Órgano Central del M.R.P.P.)
(
 
*) Publicado en “Luta Popular”, órgano de masas del Movimiento Reorganizativo del Partido del Proletariado (M.R.P.P.), nº 9, Enero-Febrero 1973, pp. 1, 2 y 14. Texto seleccionado, traducido al español y transcrito para Dazibao Rojo por R. Manzanares.

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