jueves, 18 de enero de 2018

RBC: “Continúe su gloriosa guerra de liberación” El intercambio de telegramas entre Stalin y Mao Tse-tung en enero de 1949










“Continúe su gloriosa guerra de liberación”
El intercambio de telegramas entre Stalin y Mao Tse-tung en enero de 1949

Publicamos, por su excepcional importancia histórica y política, la correspondencia telegráfica entre Stalin y Mao Tse-tung en enero de 1949 (precedida de un escrito de C.L. Tikhvinsky). Los textos que se indican a continuación fueron publicados por la revista Revolutionary Democracy de Delhi, India, por cortesía de la revista “Novaya i NoveishayaIstoriya”, n. 4-5, 1994, pp. 132-40 (que analizó los documentos del Archivo Presidencial de la Federación Rusa). Los textos en lengua rusa fueron traducidos al inglés por Satyabhan Singh y Tahir Asghar; la traducción del inglés al italiano es de parte de la revista Teoría y Praxis, de la que la Red de Blogs Comunista (RBC) ha traducido el texto al castellano.

De la correspondencia Stalin-Mao se concluye con claridad que la URSS de Stalin apoyaba decididamente, todavía en esos años, la revolución y las luchas antiimperialistas en todo el mundo; ello desmiente las habituales acusaciones, lanzadas contra Stalin por los trotskistas revisionistas y burgueses, según las cuales este miraba con desinterés el desarrollo de los
procesos revolucionarios internacionales por interés nacionalista o porque pretendía “repartirse el mundo” en acuerdo con las potencias imperialistas. A pesar de las fundadas reservas que tenían acerca de la realidad interna del Partido Comunista Chino, Stalin – que distinguía con gran lucidez las etapas del proceso revolucionario –  sí que tenía bien claro, en aquella época, que en China el objetivo principal era la formación de un gobierno revolucionario antiimperialista y el desarrollo de un régimen de “democracia popular” que asumiera los trabajos de la lucha anti feudal y antiimperialista y preparase la transición a la sociedad socialista.

En 1949 la situación había sufrido cambios radicales: el Ejército Popular de Liberación había adquirido la superioridad numérica sobre el ejercito del Kuomintang, el ritmo de avance de las fuerzas populares iba más rápido, el régimen interno del Kuomintang estaba en pleno desfallecimiento; además, la intromisión de las potencias imperialistas, y en primer lugar de los Estados Unidos, a través de las fraudulentas “propuestas de paz” de Chiang Kai-shek acordadas con los americanos, ponían no solo en peligro la victoria del ELP y del PCCh, sino también preparaban el inicio de una intervención militar de las potencias occidentales a China, que en aquel momento no estaba todavía descartada. Un eventual éxito del imperialismo en el inmenso “continente” chino habría significado el cerco del naciente campo socialista (y, en la amplia visión internacionalista, Stalin se daba cuenta también de esto).

Era, por tanto, necesario hacer fallar la tentativa reaccionaria con una táctica que la correspondencia que publicamos ilustra de modo claro. Al final, después de algunas iniciales incertidumbres y reservas, Mao Tse-tung acepta la táctica sugerida por Stalin, que indicaba sin vacilaciones el objetivo a llevar a cabo: “Continúe su gloriosa guerra de liberación”.

Que el camarada Stalin tuviera razón, y que la revolución china debiera pasar por la etapa democrática de la guerra de liberación nacional antiimperialista es historia. La perspectiva estratégica de Mao Tse-tung, en aquella etapa, era la misma. En noviembre de 1948 había
escrito: “El trabajo del Partido Comunista Chino es el de unir las fuerzas revolucionarias de todo el país, cazar las fuerzas agresivas del imperialismo americano, derribar el dominio reaccionario del Kuomintang y fundar una república popular, democrática y unificada ¡Fuerzas
revolucionarias de todo el mundo, únanse para combatir la agresión imperialista!”, (en “Por una paz estable, por una democracia popular”, n. 21, 1948).

Redacción de “Teoría y Praxis”

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Telegramas de J.V. Stalin con Mao Tse-tung, enero de 1949


Después de la capitulación japonesa en 1945, se delineó la posibilidad de alcanzar la unificación de China por medios pacíficos. El 10 de octubre de 1945, en el curso de las conversaciones de Chungking, fueron firmados una serie de acuerdos entre los delegados del Kuomintang y los del Partido Comunista Chino. Estos acuerdos preveían el cese de las hostilidades militares entre las fuerzas armadas del Kuomintang y las del PCCh, la legalización de la actividad del PCCh y el reconocimiento de sus fuerzas armadas como parte integrante del ejército chino.


Fue convocada una Conferencia Política Consultiva en donde participaron todos los partidos políticos chinos. Pero las decisiones de la Conferencia Política Consultiva, entre las cuales Chiang Kai-shek había prometido poner fin al régimen de partido único del Kuomintang, cesar la persecución de los elementos democráticos y convocar una Asamblea Nacional democráticamente electa, no fueron cumplidas.

En el verano de 1946, el Kuomintang, apoyado por los Estados Unidos de América, que querían hacer desembarcar sus tropas en China, proporcionó al gobierno de Nanjing enormes cantidades de armas, aviones y naves y gran cantidad de alimentos y de  medios financieros, recomenzando la guerra civil contra el Partido Comunista Chino. Las tropas del PCCh debieron abandonar los territorios del Norte y del Noroeste que se encontraban bajo su control. Pero el creciente descontento por la política opresiva al pueblo chino por parte del Kuomintang, la presencia de las tropas americanas en el país, el gran deterioro de las condiciones económicas, la tiranía de las bandas criminales del Kuomintang, las tácticas defensivas y las acciones de guerrillas conducidas victoriosamente por el Ejército Popular de Liberación crearon, por fin en 1947, una situación en la cual el Kuomintang, que había llevado contra el EPL un ejército de tres millones de hombres, sufrió la pérdida de más de una tercio de sus tropas.

Entre el verano y el otoño de 1948 las tropas del EPL infligieron una serie de duras derrotas a las fuerzas del gobierno de Nanjing. De septiembre a noviembre de 1948, se llevaron a cabo una de las tres más grandes operaciones militares del EPL contra las tropas de Chiang Kai-shek, la batalla de Laoshen, en el curso de la cual fue liberado el interior de la China nororiental. En aquel periodo, un gran número de soldados, oficiales y generales del ejército gubernamental pasaron voluntariamente a formar parte del Ejército Popular de Liberación. En el mes de noviembre,se inició la operación de Huai He, en la cual el Kuomintang perdió más de 555.000 hombres; en diciembre, la última de las operaciones – la de Bingquing – llevó a la liberación de toda la China septentrional.

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