Las conexiones de Vox con HazteOir, los ‘kikos’ y una docena de obispos españoles.
Mientras
la Conferencia Episcopal admite cierta “preocupación” por algunos
puntos de su programa, prelados como el de Córdoba, San Sebastián,
Oviedo, Burgos o Alcalá alaban al partido
Santiago Abascal fue premio
HazteOir, cuyo líder, Ignacio Arsuaga, ha puesto todos los resortes de
la asociación a apoyar la campaña en las andaluzas
Distintas fuentes aseguran que
miembros destacados del Camino Neocatecumenal, los ‘kikos’, engrosarán
las futuras listas del partido de extrema derecha
Desde la llegada de la democracia a
España, los obispos se cuidaron mucho de no apoyar oficialmente ninguna
candidatura política. Los vínculos del régimen franquista con la Iglesia
todavía hacen daño, y mucho, a las estructuras eclesiásticas (como
prueba, la polémica en torno a la exhumación de Franco). Y, sin embargo,
al menos una docena de obispos han mostrado su apoyo, más o menos
público, a Vox un partido que, según algunos eclesiásticos, defiende los
“principios irrenunciables” de la moral católica tradicional. La
defensa de la vida (no al aborto y no a la eutanasia), la familia
tradicional (hombre, mujer e hijos) y la lucha contra lo que denominan
“ideología de género”.
El único que se ha atrevido a
alzar la voz en público ha sido el obispo de Córdoba, Demetrio
Fernández, quien en su carta pastoral de esta semana se alegraba del
“vuelco electoral” en el Parlamento andaluz, y advertía de que “no se
puede ir contracorriente queriendo construir un mundo sin Dios, en el
que caben todos menos el Dios que ha configurado nuestra historia”, ni
“trocear España, sin que eso tenga un precio político”, introducir
“leyes de ingeniería social que descomponen la persona y destrozan las
conciencias” o “eliminar la vida inocente al inicio o al final de la
vida, y esperar que encima los voten”. Un calco de muchas de las
propuestas electorales de Vox.
Obispos pro-Vox, obispos anti-Francisco
Otros prelados, que hasta el
momento no han saltado a la luz pública, comparten, en el fondo y en la
forma, los postulados más radicales de la formación de ultraderecha.
Son los mismos que coinciden con el grupo de obispos que se oponen a las
reformas que el papa Francisco quiere implementar en la Iglesia. Se
trata de prelados de la vieja guardia, muy conocidos por sus posiciones
reaccionarias, como el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla; el de
San Sebastián, José Ignacio Munilla, el arzobispo de Oviedo, Jesús
Sanz (considerado como el sucesor natural de Rouco Varela); o el
arzobispo de Burgos, Fidel Herráez.
También, a título
individual, docenas de miembros del Opus Dei y el Camino Neocatecumenal
(los ‘kikos’), que se han sentido atraídos por la defensa férrea de los
valores “tradicionales” que hace Vox, según han apuntado
a eldiario.es algunos de ellos, que han preferido omitir su nombre.
Varios, añaden, ocuparán puestos destacados en sus listas de cara a las
municipales, autonómicas y generales. Los principios morales son
compartidos: no al aborto ni la eutanasia, sí a la familia numerosa
formada por hombre y mujer. El Camino es, de hecho, uno de los
movimientos ultraconservadores más potentes de la Iglesia católica, que
considera el aborto un “invento del diablo”.
Desde la Conferencia
Episcopal, se observa una cierta “preocupación”, en palabras del nuevo
portavoz, Luis Argüello. En declaraciones a RNE, Argüello señalaba que
“me preocupa el escenario con Vox y las reacciones ante Vox”, destacando
la posición del partido de Abascal frente a la inmigración. “En este
capítulo -ha admitido- el aspecto que plantea este partido nos preocupa
si cabe más”, recalcaba el secretario general de la CEE, quien también
advirtió de “la polarización y el extremismo” que se está viviendo en el
ámbito de la política.
Abascal, Arsuaga… ¿El Yunque?
Pero, más allá del apoyo de
algunos obispos, lo cierto es que el ascenso de Santiago Abascal a la
cúpula de Vox no se entiende sin el apoyo decidido de HazteOir. Sin esta
asociación ultra, conocida por sacar los autobuses tránsfobos, el
vuelco que el político vasco logró dar a la formación en 2014,
haciéndose con el poder de la misma, no hubiera sido posible.
Santiago Abascal es amigo
íntimo del presidente de HazteOir, Ignacio Arsuaga, quien en 2012 le
concedió el premio de su asociación, y no ha dudado en poner todo el
entramado de esta institución al servicio de Vox en la campaña para las
autonómicas andaluzas. Abascal es socio de HazteOir desde hace años.
Según apuntaba en ETB Álvaro
Delgado, investigador mexicano especializado en el grupo ultracatólico
secreto El Yunque, al que se atribuyen vínculos directos con HazteOir,
tanto Vox como la asociación presidida por Arsuaga podrían tener
vínculos con este grupo surgido en México. “España es quizá el país
donde más fuerza tiene”.
Para Delgado, “los miembros
de El Yunque ven a los partidos políticos como arietes para conseguir
sus objetivos, y Vox responde a ese perfil”. El investigador mexicano
asegura que El Yunque “ha financiado a asociaciones afines, como
HazteOir”. “No estoy diciendo que Abascal sea miembro de El Yunque. Pero
no tengo duda de que Ignacio Arsuaga es uno de los líderes de El Yunque
en España”, concluía Delgado.
Pero no solo es Abascal
quien tiene sintonía, Rocío Monasterio, portavoz de Vox, aparece junto a
Alicia Rubio, otra de las líderes, junto a Arsuaga encabezando una
pancarta por la libertad de expresión. La foto preside el Twitter del
líder de HazteOir, quien esta semana, en su perfil, señalaba algunas de
las razones del éxito de Vox.
Entre ellas, destacaba el
líder de HazteOir, “la persecución” del Gobierno del Partido Popular
“contra los que nos atrevimos a disentir contra los dogmas de lo
políticamente correcto, el marxismo cultural y la ideología de género”.
Para Arsuaga, “Vox triunfó en Andalucía y tiene un futuro brillante por
el divorcio entre la clase política y mediática (que imponen lo
políticamente correcto y persiguen al disidente) y los españoles (que no
tragamos con las ruedas del molino del marxismo cultural)”
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