La decencia está en la calle
Y la indecencia en las instituciones. El pequeño Bonaparte ha conseguido su foto, la reunión con sindicatos -¡menuda panda!- y empresarios para lanzar luego migajas a los “chalecos amarillos”. Sindicatos, empresarios y gobierno diciendo que el “orden” es lo primero y que la represión está bien, muy bien.El penúltimo párrafo es el importante, lo otro es literatura para justificarse. Que si “cólera legítima, que si… pero se denuncia “todas las formas de violencia”. La justificación es que también se están refiriendo a la policial. En la práctica, es sólo a la de los manifestantes. El sistema gana, otra vez. El valor de esta declaración es que la hicieron antes de la manifestación del sábado y de la represión a gran escala que se ejerció. Y no la han mencionado ahora.
4.523 detenidos desde que se inició la revuelta el 17 de noviembre, 10.914 granadas lacrimógenas y botes de humo lanzados por la policía sólo desde el 1 de diciembre, más o menos una por minuto (son cifras del Ministerio del Interior francés). Violencia policial ejercida con la bandera de Europa -es decir, la plutocracia europea sale en defensa del pequeño Bonaparte y está poniendo sus barbas a remojar- y que no es otra cosa que el EuroGendFor, la “policía sin fronteras” que está poniendo en marcha Europa para evitar cosas como las de Francia.
Esta es una valoración en caliente, pero necesaria. Los dirigentes sindicales, incluyendo a la CGT, están dando la espalda a la gente, están colocándose del lado de la indecencia. La CGT no participó en las reuniones anteriores que había convocado el gobierno. Lo hace ahora, tras la manifestación del sábado y la represión a gran escala. Y la sanciona. La CGT ha sancionado la postura del pequeño Bonaparte. Espero que haya un rasgo de lucidez en la militancia y se cuestione a la dirigencia. Ya ha habido rotura de carnets y una federación, la de química, se desmarca de la decisión oficial.
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