martes, 14 de junio de 2016

Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo. Capítulo 11: Proliferación del Marxismo y ascensión del oportunismo.

Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo.
Capítulo 11: Proliferación del Marxismo y ascensión del oportunismo.
 
 
Capítulo 11

El siguiente documento ha sido redactado por el Partido Comunista de la India (Maoísta) y es utilizado como guía de estudio por sus cuadros. El blog “Cultura Proletaria” ha decidido, por su gran importancia y por el interés que suscita, traducir el documento al español.


Capítulo 11: Proliferación del Marxismo y ascensión del oportunismo

El período posterior a la Comuna de París fue caracterizado por una violenta ofensiva reaccionaria de la burguesía contra el movimiento obrero. Este fenómeno tuvo impacto en la Primera Internacional. La sección francesa sufrió las peores agresiones, con la mayoría de sus miembros convertidos en refugiados en otros países, habiendo también severas batallas de facciones entre ellos. Del mismo modo, el movimiento obrero alemán sufrió un descenso debido a la detención de sus principales líderes marxistas, Bebel y Liebknecht, que se opusieron a la guerra y la anexión de los territorios franceses. Esto significa que dos de las secciones más importantes de la Internacional fueron duramente afectadas. Al mismo tiempo, hubo una escisión en la sección británica, con algunos líderes dejando la Internacional en oposición a las posiciones militantes de Marx en su apoyo a la Comuna. Esto, sumado a las manipulaciones políticas llevadas a cabo por los anarquistas, debilitó la Internacional. Marx y Engels decidieron trasladar el cuartel general de la Internacional de Londres a Nueva York. Esta decisión fue tomada en el Congreso de 1872. La debilitada Internacional, sin embargo, no consiguió revivir y finalmente fue disuelta en 1876.
La disolución de la Primera Internacional no impidió el avance del marxismo y la creación de nuevos partidos del proletariado. El período posterior a la Comuna de París contó con un período pacífico de casi 35 años, sin ninguna guerra significativa entre las principales potencias capitalistas en suelo europeo. Durante este tiempo, el movimiento obrero se expandió rápidamente en la mayoría de los países industrializados. Partidos socialistas, que tenían básicamente una composición proletaria, construyeron largas y elaboradas estructuras. Bajo su dirección, crecieron los sindicatos, los periódicos, las cooperativas de trabajadores, etc. Trabajando constantemente en la legalidad, participaron con cierto éxito en los parlamentos burgueses. Varios de estos partidos se unieron para fundar la Segunda Internacional en 1889. La fundación de la Segunda Internacional dio ánimo y estimuló el crecimiento de nuevos partidos socialistas proletarios en varios rincones del mundo.
Hasta el final de sus vidas, Marx y Engels continuaron desempeñando el papel de líderes ideológicos y organizadores prácticos de este creciente movimiento de la clase obrera. Proporcionaban constantemente avances teóricos al emergente movimiento para fortalecer sus bases. Marx se concentró en el estudio de la economía política y en los temas más profundos del estudio del capitalismo. El primer volumen de “El Capital” fue lanzado en 1867. Después de eso, Marx continuó luchando contra sus severas enfermedades con el fin de completar los volúmenes restantes de su obra. No obstante, quedaron sin terminar debido a su muerte el 14 de marzo de 1883. Engels, sin embargo, completó la monumental tarea de recoletar las notas y fragmentos de Marx, editarlas y, finalmente, publicar el segundo y el tercer volúmen de “El Capital“. De hecho, Engels realizó sustanciales aportaciones teóricas después de dedicarse integramente a este trabajo, a partir de 1869. Junto con Marx, así como de forma individual, dio a luz a numerosas obras de filosofía, teoría socialista, evolución, origen de las instituciones políticas y sociales, etc. Después de la muerte de Marx, desempeñó el papel central en la conducción y construcción del movimiento obrero en varios países. A través de una regular correspondencia, desempeñó el papel de una especie de centro que, en cierto sentido, no existía durante este período. Estas actividades se llevaron a cabo hasta el día de su muerte, el 5 de agosto de 1895.

Gran parte de las obras de Marx y Engels fueron destinadas a la lucha ideológica contra las corrientes del oportunismo, que comenzaron a ganar fuerza con el crecimiento del movimiento. Entre estas tendencias, una importante fue el lassalleanismo, que surgió durante la Primera Internacional, pero continuaría sus actividades años más tarde. Su creador, Ferdinand Lassalle, fue el fundador del primer partido socialista de la clase trabajadora, fundada en 1863 en Alemania. Los principales aspectos oportunistas del lassalleanismo eran el desaliento de los trabajadores para luchar por mejores salarios y hacer llamamientos al Estado para la ayuda gubernamental con el fin de crear cooperativas de trabajadores, en la que Lassalle veía como la principal forma de reformar la sociedad, trayendo el socialismo de forma gradual. Con el objetivo de combatir el mal entendimiento respecto a las luchas por salarios más elevados, Marx escribió su obra titulada “Salario, precio y ganancia“, presentándolo en el Consejo General de la Primera Internacional en 1865. La lucha contra el lassalleanismo, sin embargo, continuó en 1875, cuando Marx escribió la “Crítica al programa de Gotha“. El programa de Gotha fue el programa formulado en la época de la unificación de los partidos proletarios marxistas y lassalleistas de Alemania en un único partido. En aquel momento, los marxistas estaban tan interesados en la unidad que acabaron por firmar varios compromisos con las políticas oportunistas del lassalleanismo. Marx, en su obra, criticó los puntos que abogaban por políticas oportunistas. Sin embargo, la Crítica dio sólo un puñado de los principales miembros marxistas del partido alemán. En 1891, cuando un nuevo programa se está redactado, Engels insistió en la publicación de la Crítica, a pesar de la oposición de algunos líderes del partido. Esta vez, los aspectos lassalleanistas no aparecieron en el nuevo programa.
Otras corrientes oportunistas que aparecieron fueron igualmente combatidas por Marx y Engels mientras estaban vivos. Después de la muerte de Engels, uno de los mayores ataques al marxismo surgió en el mismo vientre del movimiento trabajador. Ya que la oposición directa al marxismo era muy problemática, este ataque vino de forma furtiva y camuflada, en un intento de “revisar” el marxismo. Esta tendencia, caracterizada como revisionismo, fue llevada a cabo principalmente por Bernstein, uno de los líderes del partido alemán y también de la Segunda Internacional. Presentó sus perspectivas en 1898-99 junto con el partido alemán. Bernstein defendía que, debido a los cambios en las condiciones materiales, era necesario cambiar todos los elementos básicos formulados por Marx. Propuso que no era necesario que hubiese una revolución violenta para traer el socialismo y que las reformas de las instituciones capitalistas lo traerían poco a poco. Como el oportunismo estaba creciendo dentro del movimiento de las clases obreras, el revisionismo de Bernstein logró encontrar seguidores en muchos países. Al mismo tiempo, sin embargo, varios revolucionarios auténticos se unieron a la defensa y apoyo del marxismo genuino. El debate fue retomado en el congreso de la Segunda Internacional, celebrado en 1904. El Congreso condenó el revisionismo por 25 votos contra 5, contando con 12 abstenciones. También hubo otra resolución que no condenó tan firmemente el revisionismo y no fue aprobada debido a un empate de 21 votos en ambos posicionamientos. Así, en las dos resoluciones, hubo una gran sección que apoyó o optó por no oponerse al revisionismo. A pesar de que el Congreso, en última instancia, condenó el revisionismo, se hizo evidente que en 1904 el oportunismo y el revisionismo habían construido una base sólida y sustancial en los más altos niveles del movimiento internacional de la clase obrera. La oposición al oportunismo en diversos países, sin embargo, también fue muy fuerte. Un grupo de oposicionistas particularmente fuerte, fuera de Rusia, donde los bolcheviques, bajo la dirección de Lenin, habían luchado numerosas batallas contra las variables rusas del oportunismo.

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